Desde hace aproximadamente diez años he estado intentando hacer un hueco en mi día a día para luchar o intentar combatir las enormes injusticias que he encontrado, como enormes piedras y altos acantilados, en el desarrollo de las distintas plataformas (Facebook, Blogger, Google+. Twitter, Tumblr, etc) que se han ido ofreciendo en busca de la "libertad de expresión". Muchos abogan por este derecho para aplastar los derechos de otros, humillándolos o convirtiéndolos en meros hombres de paja para beneficiarse. La comunidad transexual se ha visto plagada de personas cisgéneros (aquellos que están conformes con el género y sexo que les dieron al nacer debido a los añejos estereotipos que se ofrecen aún hoy en día, a pesar de no ser válidos ya para una amplia parte de la comunidad científica) que se alzan entre la multitud para tomar un enorme megáfono, con afán de protagonismo y nada más, señalándose como luchadores de la igualdad, el respeto, la honorabilidad y el dolor de ...
Desde hace más de 24 horas estoy dándole vueltas a como iniciar las siguientes críticas a las ideas y fundamentos del Orgullo Crítico de Madrid. No deseo exponer una opinión exaltada y simple, aunque pueda ser la más contundente y quizá la más rápida. Quiero hacer algo medido, abriendo un debate interno para aquellas personas que aún están a favor de ciertos postulados. Como sabrán cada Orgullo tiene su Orgullo más cercano a la fiesta, expresión cultural y vinculada a actuaciones, y otro más serio centrado en manifestaciones políticas, discursos donde se predomina el anticapitalismo y se exigen nuevos derechos o hacer valer lo que ya tenemos. Porque una cosa es lo que diga una ley y otra es hacerla cumplir, lo cual se necesita apoyo y vigilancia. La vigilancia no sólo debe venir de las instituciones, sino que por desgracia también desde el colectivo. El Orgullo ya no es sólo cosa de exigir poder vivir en sociedad, poder casarnos y adoptar. Se ha usado el Crítico siempr...