Llega el verano y más tarde o más temprano la larga lista de campamentos aparecen poblando las ciudades y los pueblos. Algunos son campamentos para aprender idiomas, otros para conocer mejor la vida en el campo, los hay que buscan formarse en ecologismo, también los hay en piscinas donde se aprende a nadar y también se practican diversos deportes acuáticos. Los hay de todos los colores y para todos los gustos, pero habitualmente son un acceso difícil para jóvenes trans. Las personas trans tenemos cierta dificultad para sentirnos cómodas en público. El año pasado hubo noticias donde la discriminación se hizo presente. Se le negó a chicos trans que se bañaran en piscinas llevando camisetas, las cuales empleaban para ocultar cierta parte de su cuerpo que les resulta incómoda o poco acorde a la imagen que ellos desean tener. Por otro lado sé que muchos chicos tardan años en poder acceder a cirugías –ya sea por el sistema privado que es lo habitual o por el sistema público– prov