Aquí estamos, las personas trans, sobreviviendo a otro año. Un año en el cual muchas personas trans han sufrido vulneración en sus derechos, ataques en redes sociales, ninguneo político y algunas, porque ya no han tenido más fuerza, han caído en manos de asesinatos sociales que llamamos “suicidios” o palizas que las condujeron al coma y, posteriormente, la muerte. El 2018 comenzaba con quejas porque “un travelo” iba en una cabalgata y “eso no es lo típico, nos roban las tradiciones” así como con sucesos tan trágicos como el asesinato social de un joven trans, continuaba con denuncias en la primavera en distintas provincias en Andalucía, Madrid, etc… Seguíamos con quejas y pataletas de TERF por “apropiación de espacios” (ir al baño a “visitar al señor Roca” al parecer es apropiación de espacios), colectivos “LGTBI” (más bien colectivos GAYS) que lloriqueaban porque teníamos Orgullo Trans, seguíamos con una brutal paliza a una mujer trans de mediana edad que, por desgracia, finalme