Se han cumplido 40 años de Constitución Española, pero aún
hay grandes diferencias entre la ciudadanía. Se llevan cumplidos 40 años de
luchas, incluso algunas décadas más, por parte de activistas trans por el
derecho a simplemente ser, existir, respirar y señalarse a sí mismas como “mujer”
u “hombre” sin ningún título médico que las defina como enfermas, sin normas
impuestas por altos cargos políticos que ni siquiera han oído sus voces y por
no ser usadas como marionetas por parte del lobby gay que monopoliza muchas
asociaciones, las cuales sin tener siquiera una persona trans, deciden por el
colectivo sus necesidades y cuáles son sus opresiones.
Somos personas naturales. Nacemos como nace el resto de
personas en esta España, la cual ha sido educada dentro del nacional
catolicismo apabullante y maniatada durante décadas a una historia que sigue
siendo segada, pero que aún se da como aceptable y se promulga en escuelas. El machismo,
la opresión hacia la mujer y todo lo que la identifique como tal, sigue siendo
un dragón terrible y, nosotras las personas trans, somos San Jorge combatiendo
con un mondadientes.
No hay leyes que nos amparen ante ataques violentos, no hay
leyes que prohíban que un autobús se crea con todo derecho a pasearse por las
ciudades Españolas promulgando odio, no hay freno para el dolor terrible en
muchas comunidades autónomas –las cuales no tienen leyes trans que
despatologicen el sistema médico y a las personas trans que acuden– sigan
siendo nombradas por su “deadname” y sentadas ante psiquiatras que las examinan
como enfermos mentales.
Los asesinatos sociales, la exclusión social y laboral son
temas que muchos ocultan bajo el nombre de suicidios y homofobia/plumofobia. Las cosas
por su nombre, señores. Se llama transfobia, transmisoginia y asesinato social
porque provoca que una persona que podría ser feliz, libre y empleada gracias a
bonificaciones, leyes que colaboren con su inclusión, etc… ¡No lo esté! Sobre
todo sucede con mujeres trans y menores trans, aunque los hombres trans también
estamos aplastados cuando conocen nuestra identidad como trans.
Es, por lo tanto, 40 años de lucha desde que el dictador
Francisco Franco decidió “criar malvas” y liberar a la sociedad de su brutal
opresión. Si bien, nosotras las personas trans seguimos ahí, buscando
soluciones, pero nuestras iniciativas se meten en cajones porque no interesan.
Se ve que proteger a animales es más “pogre” y da más “votos” que hacer una
sociedad más inclusiva y democrática. Lo peor de todo es que muchas personas,
por no decir hombres cisgéneros con enormes privilegios que dicen ser de
izquierdas, promulgan odio y tachan nuestro dolor de “Carta a los Reyes Magos”.
Hablar por hablar… y no luchar por todas las personas atrae
votos hacia la derecha, no el deseo de muchos colectivos de ser escuchados…
especialmente el colectivo trans.
Por eso la Plataforma Trans hará “calentito” este Febrero
con un nuevo combate. Hace 10 meses celebrábamos un pequeño paso que nos
parecía enorme, ahora vamos a ir a las barricadas y mostrar la furia que todas
llevamos dentro.
Link a noticia: Ley Trans Estatal
Link al tweet al que hago referencia: Link
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