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Daniel era Carla




Toda persona tiene en su genética un gen llamado “el gen de la maruja”. Al menos, así lo afirmo y así me lo demuestran los años, las personas de mi entorno y el resto de la sociedad. He podido comprobar como los bulos se hacen cada vez mayores y todos los años hay uno o dos bastante sonados. El primero que recuerdo, a pesar de ser tan sólo un niño de unos ocho o nueve años, fue el del programa “Sorpresa, Sorpresa” y era sobre un perro que hacía un oral a una joven que iba a ser sorprendida por el famoso cantante Ricky Martin, el cual aún ni había salido literalmente del armario. Otro que recuerdo con bastante exactitud fue cuando dieron por muerta a Carmen Sevilla, la cual está aquejada de una horrible enfermedad que está borrando su memoria, o cuando se afirmaban ciertos hechos políticos Podemos vinculándolos con Venezuela. Todo esto lo he visto día tras día, mes tras mes y he crecido con ello.

Personalmente soy muy crítico. Siempre he considerado que necesito varias fuentes fiables para dar por sentada una información. Puede que me lleve días, semanas o incluso un mes para decir “es cierto” o “esto es mentira”. Intento que todo lo que llega a mí lo haga por un filtro. Sin embargo, hay personas que no tienen ese filtro y poseen un gen muy activo.

No hace falta ponerse en el balcón, con bata y rulos, como antaño. Ahora sólo se requiere tener acceso a Internet y a una red social cualquiera. Estos días, con la ilusión y magia de la Navidad, todos nos hemos aglutinado en Facebook, Twitter o WhatsApp porque, seamos sinceros, las felicitaciones online llegan antes, son más baratas y uno puede reenviar cualquier mierda que le parezca mínimamente peculiar, divertida o simplemente pasable.

El año pasado fue “El negro del WhatsApp” que salía hasta del roscón de reyes, ¿lo recordáis? Yo sí. También estuvieron otros acompañándolo con los memes de políticos de todo tipo, ya que teníamos unas elecciones que iban a caer como una piedra lapidaria en nuestras cabezas. Este año ha sido protagonista una personita que apenas está iniciando su camino por la vida.

Ya he dicho muchas veces que los rasgos no nos hacen mujeres ni hombres, tampoco la ropa y ni mucho menos los comportamientos generados por los roles, más o menos sexistas, que poseemos con nuestra sociedad. Una pequeña, pues es una niña y no ha dicho lo contrario, con rasgos poco “femeninos” -hay quienes son sabios en “belleza” y catalogan unos rasgos como de hombre o mujer... vaya usted a saber bajo qué maldito criterio- y pelo corto logró que la tildaran de niño con falda. Muchos empezaron a burlarse del tal “Daniel”, como empezaron a llamarle, y otros aseguraban que era armarse de valor para romper estereotipos de género. Da igual la verdad, ¿cierto? Lo importante era hacer RT, comentario humorístico al respecto y conseguir seguidores a riesgos que esa niña se sintiese invadida en su intimidad, fuese usada como un meme cualquiera o incluso se burlaran de sus rasgos -rasgos que a mi parecer son hermosos y pueden catalogarse de andróginos si así se desea, pero jamás hacer burla a belleza- sin pararse a pensar en que es una persona menor de edad, que está cumpliendo un “trabajo” de forma eficiente con toda su ilusión y el resto de la sociedad está fijándose en sus prendas y pelo, pero jamás en lo bien que lo hace. Nadie de los que estaban haciendo campaña para ganar likes, rt y demás mierdas que carecen de valor auténtico se paró y dijo “Puede que esto le cause estrés, ansiedad o haga que se sienta mal”. Ninguno pensó en sus hijos, hermanos, sobrinos, primos... ¿cierto? Hipócritas. 

Toda persona trans tiene que vivir bajo la presión de esta pequeña. Ella aún no ha dicho que su sexo sentido sea distinto, tampoco ha hablado de su sexualidad o de si el uniforme realmente le parece bonito. Ella solo se envalentonó aquella mañana fría para cantar los premios del sorteo. Ahora esa ilusión puede que se haya borrado y todo porque hay un grupo de idiotas, los mismos que usualmente acosan a personas no-binarias y transexuales por quienes son.


Ahora vamos todxs a negar que hay transfobia en este país de pandera... ¡Negadlo si tenéis agallas! Vuestras CISnormas no TRANSmiten, sólo logran agredir la libertad de otrxs.  

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