Ir al contenido principal

TRANS

 


En esta entrada voy a dejar información y formación para una persona en especial, la cual desvelaré más adelante, y para cualquiera que desee concienciarse con el colectivo (pertenezca o no a este, esté en lo inicios de su transición o no, etc.).


  • Cis: persona que asignaron correctamente su sexo y género al nacer.

  • Trans: persona que no corresponde su sexo/género con el asignado al nacer.

  • Cispassing: pasar por cis, tener aspecto/características que pueden favorecer la correspondencia con el género asumido. No es únicamente usado para personas trans, también para personas cis. Las personas cis pueden tener o no cispassing.

  • Transfobia: acto (verbal o físico) hacia una persona trans o que se cree (por parte de la persona agresora) que es trans. También se puede realizar actos tránsfobos hacia personas cis, no sólo hacia personas trans. Por ejemplo: mujeres masectomizadas por cáncer de seno que son tratadas con sorna, burla o señalamiento porque otras se creen que son trans. Por supuesto, no sólo lo hacen personas cis. Hay personas trans que son transfobas o tienen pensamientos transfobos porque asumen que ser “trans” está delimitado por roles de género, cispassing, etc.

  • Cisnorma: normas sobre cómo se debe comportar una persona basada en los roles de género.

  • Roles de género: comportamiento asumido que tiene que tener cada género siendo bien vistos o asumidos por una cultura, región o pueblo.

  • Homofobia: actos violentos hacia personas cuya orientación sexual es atracción hacia personas de su mismo género. Género, por supuesto, no se habla de genitales. Los genitales no tienen género, son las personas quienes lo tienen. Se puede ser homosexual y realizar comportamientos homófobos y tránsfobos a su vez.

  • Preferencia genital: acto transfobo en el cual hay personas que “basan” su orientación sexual por los genitales. Ejemplo: decir que no saldrían con mujeres trans no porque no las vean como mujeres, sino porque tienen pene. Asumiendo los genitales de las personas trans, negando identidades, etc.

  • Bifobia: actos violentos hacia personas bisexuales por el hecho de serlo, al igual que la homofobia.


Durante años las personas trans hemos tenido que vivir situaciones de gran estrés debido a la discriminación sistemática por parte de la sociedad, ya que no está preparada para asumir nuestras vidas y que alcancemos la igualdad. Es cierto, que en las últimas décadas estamos dando pasos agigantados y hemos alcanzado el logro de leyes que nos protegen. Recuerdo como era todo en los 80’s, 90’s e incluso bien entrado los 2000.


Las mujeres trans, porque sólo eran ellas visibles y sólo ella parecían “factibles”, eran objeto de burla y escarnio. Tenían que dedicarse a la prostitución, oficios poco recomendables, actuación o emprender sus propios negocios. Eso quedó atrás. Hay personas visibles en numerosos sectores, aunque todavía arrastramos un acceso escaso a puestos de empleo. Si bien, tenemos mayor nivel de estudios y poseemos representación de las diversas identidades y no únicamente femeninas.


Las UTIG, Unidades de Trastorno de Identidad del Género, provocó mucho daño al colectivo. La más conocida fue la malagueña donde se nos torturaba y está registrado por numerosos testimonios. Uno de ellos es el mío y podéis leer en la siguiente ENTREVISTA


Tal vez, por todo lo que vivimos, hemos intentado siempre hacer que nuestra comunidad trans sea un espacio seguro. Un espacio donde ser libres de normas e imposiciones de roles de género. Un lugar donde “ser”, “existir” y “desarrollarnos” sin barreras físicas o intelectuales. En esos espacios también nos informamos y formamos, hacemos activismos o simplemente podemos desahogarnos. Para mí siempre han sido espacios seguros, pero desde hace algunos años me he topado con personas que los han dinamitado.


Cuando una persona trans se dedica a señalar a otras personas trans sobre si son más válidas o menos, sobre si tendríamos que tener necesariamente cirugías y tomar hormonas, etc. genera conflictos, provoca dolor y, por supuesto, nos obliga a expulsarla de la comunidad. No la expulsamos realizando un acto de transfobia, sino que nos blindamos hacia sus actos de violencia. En un primer momento, por supuesto, muchas de nosotras intentamos hacer ver sus errores y ofrecerles acompañamiento para erradicar esas violencias. No sólo por nosotras, por supuesto, también por ellas. Ellas también sufren cuando se imponen estos criterios tan dañinos.


Las personas trans que asumen la cisnorma, roles de género impuestos desde el exterior y quieren tener cispassing (realizándose complejos procedimientos, los cuales tal vez no son del todo deseados por ellas) viven dañándose. Una cosa es desear hormonas y/o cirugías porque realmente las deseas y otra, muy distinto, es desearlas porque quieren ser “más auténtica”. También hay mucho engaño. No siempre las hormonas y cirugías te dan el aspecto que imaginas/sueñas, pues se incluye la suerte genética y el tiempo. Los resultados se ven a lo largo del tiempo, no son momentáneos. Nadie te da con una barita en la cabeza y te transformas en el cisne hermoso del cuento. No hay hadas madrinas que te regalan zapatitos de tacón.


Una vez intentado, por parte del colectivo, el explicarle a esa persona que se equivoca, que se está incluso haciendo daño, y no lo ve… el siguiente paso es expulsarla de nuestros círculos y evitarla. Ya suficiente daño sufrimos a diario, desde que nos levantamos, como para soportar violencia dentro de espacios seguros. Los espacios seguros son seguros porque eliminamos violencias y personas que la ejercen.


Muchas personas trans frustradas arremeten contra otras que viven libremente su identidad, son reconocidas y apreciadas por otras. Sobre todo, personas que han sido expulsadas de espacios seguros (asociaciones, foros, etc. donde nos reunimos) porque han sido violentas y estas, esas mismas personas, son las mismas que señalan, ya fuera de esos círculos seguros, a las que participan en ellos. Es su “venganza” porque no hemos sido “comprensivas” a su parecer, porque no tenemos “palabra”.


También, por supuesto, hay personas que creen que una vez tienen la identidad que les corresponde, o creen corresponderle, ven que sus problemas/problemáticas no se supera sino que se refuerza o acrecienta. Lograr la libre identidad de género, ser percibida por tu identidad, tampoco te tiene que eliminar la precaridad laboral, desarrolla tus habilidades sociales o hace milagros. Ya dije que no existe las baritas mágicas ni las hadas. Los problemas que se tengan, lejos de la problemática de tu identidad, y sean de origen social, socio-político, socio-económicos o de otro tipo no van a solventarse porque asumas tu identidad. De hecho, hay que aceptar que pueden agudizarse.


Del mismo modo que hay que asumir que los roles de género, respecto al género que asumimos y visibilizamos como nuestro, no los tenemos que seguir. Podemos seguir siendo nosotras mismas, realizando las mismas acciones cotidianas, y eso no invalida la elección de nuestra identidad.


Hay personas trans en redes sociales que se dedican a intentar humillar y negar identidades. Incluso insultan y amenazan a otras porque no se sienten aceptadas o dicen no serlo; sin embargo, no son sinceras ni con los demás ni con ellas mismas. Estas personas fueron expulsadas del círculo social, de nuestros espacios seguros, por ser violentas. No fueron expulsadas porque les tengamos envidia o especial inquina. Aclarando: también hay personas trans que son acosadoras sexuales de otras personas trans o de cualquier otra persona del colectivo. Ser trans no te hace ser siempre víctima, también puedes ser la violenta. Del mismo modo que ser mujer cis no te hace ser siempre la víctima, también puedes ejercer violencia sexual (hacia otras mujeres, por ejemplo, en el caso de parejas lésbicas), violencia hacia tus hijos (en el caso de violencia doméstica cuando, por ejemplo, piensas que gritarle y abofetear a tu peque es darle educación en el respeto o valores), etc.


El caso que os presenté, en las anteriores publicaciones, es un claro ejemplo que expulsar a personas violentas de espacios seguros es imprescindible. Alejarlas, para que dejen de ser violentas hacia otras, es una forma de protección. Ser activista no es sólo señalar violencias desde la sociedad cis hacia el colectivo, también lo es aceptar y señalar violencias que pueden ejercer otras personas trans hacia el colectivo. Tal vez esa es la diferencia crucial entre los círculos transfobos que dicen ser feministas (TERF) y nosotras. Nosotras asumimos esa realidad.


El problema es cuando alguien cree a estas personas, asumen que estamos cometiendo un error, y nos acosan en redes apoyando estos delirios de “soy la víctima” mientras esa persona se crea diversas cuentas, nos vincula a enfermedades de transmisión sexual o pederastia mientras, a su vez, nos acusa de lastimarlas. Ya pueden decir que nos van a dar una paliza que ellas, por supuesto, serán las víctimas. Por supuesto, comprendemos que detrás hay sufrimiento y es posible que existan grandes problemas de salud mental, consumo de tóxicos o cualquier otra problemática que puede estar generando estas violencias o provocando que estas personas se comporten de forma poco saludable. Comprendemos que son víctimas y victimarios, pero hay que señalar sus violencias y no reforzarlas con un apoyo ciego (por los motivos que sean).



Comentarios

Entradas populares de este blog

Daniel era Carla

Toda persona tiene en su genética un gen llamado “ el gen de la maruja ”. Al menos, así lo afirmo y así me lo demuestran los años, las personas de mi entorno y el resto de la sociedad. He podido comprobar como los bulos se hacen cada vez mayores y todos los años hay uno o dos bastante sonados. El primero que recuerdo, a pesar de ser tan sólo un niño de unos ocho o nueve años, fue el del programa “Sorpresa, Sorpresa” y era sobre un perro que hacía un oral a una joven que iba a ser sorprendida por el famoso cantante Ricky Martin, el cual aún ni había salido literalmente del armario. Otro que recuerdo con bastante exactitud fue cuando dieron por muerta a Carmen Sevilla, la cual está aquejada de una horrible enfermedad que está borrando su memoria, o cuando se afirmaban ciertos hechos políticos Podemos vinculándolos con Venezuela. Todo esto lo he visto día tras día, mes tras mes y he crecido con ello. Personalmente soy muy crítico. Siempre he considerado que necesito varias f...

“Cisfobia” el contraargumento de la transfobia.

Ocasionalmente, por no decir que es algo continuado y prolongado en el tiempo, tengo algún que otro enfrentamiento en redes sociales. Creo que todo comenzó desde que me hice mi primera cuenta online en Hotmail. Desde que tengo correo electrónico y un perfil en una red social, desde foros pasando por Blogger u otros medios como Facebook o Twitter, me estoy topando con personas que son contrarias a mis ideas. No me importa dialogar y dar argumentos a tus “batallitas” de personas cisgéneros que “intentan” dilapidar mi camino y poner trabas a mi libertad tanto de emanciparme de su discurso como de desvincularme de cualquier otro, pues como persona individual, con una serie de años y vivencias a mis espaldas, tengo mi propio discurso debido a mis propias experiencias que pueden ser similares, pero jamás iguales, a mis compañeros. Es posible que me aplasten los mismos problemas, pero los encajo de forma distinta y es porque he logrado tener información veraz y de primera mano, luchado ...

TRANS posible palabra del año.

“Trans” es más que una palabra, es un símbolo de lucha, guerra contra el CIStema, empoderamiento, verdad, honor, orgullo, determinación, honradez, valentía y, sobre todo, de dolor. Dolor porque el CIStema sigue apretando las tuercas al cerebro que determina nuestro verdadero sexo biológico. Eso de “sexo sentido” ya me parece insuficiente. Biológicamente somos hombres y mujeres, no es algo que tú simplemente sientas. Muchos tratan de usar nuestros genitales llamándolos “masculinos” o “femeninos” provocando cierta controversia, dolor, pérdida de identidad y refuerzo de su poder contra nosotros. Pero hay muchos ahí fuera, porque somos más de los que realmente dicen las estadísticas, que clamamos no ser sexualizados ni señalados CIStemáticamente por el órgano por el cual nos reproducimos, tenemos relaciones sexuales o simplemente damos rienda suelta a nuestras necesidades biológicas más primarias. Un pene o una vulva no son símbolo de un sexo, ni un género y ni mucho menos debería...