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"Orgullo Crítico de Madrid"


 


Desde hace más de 24 horas estoy dándole vueltas a como iniciar las siguientes críticas a las ideas y fundamentos del Orgullo Crítico de Madrid. No deseo exponer una opinión exaltada y simple, aunque pueda ser la más contundente y quizá la más rápida. Quiero hacer algo medido, abriendo un debate interno para aquellas personas que aún están a favor de ciertos postulados.


Como sabrán cada Orgullo tiene su Orgullo más cercano a la fiesta, expresión cultural y vinculada a actuaciones, y otro más serio centrado en manifestaciones políticas, discursos donde se predomina el anticapitalismo y se exigen nuevos derechos o hacer valer lo que ya tenemos. Porque una cosa es lo que diga una ley y otra es hacerla cumplir, lo cual se necesita apoyo y vigilancia. La vigilancia no sólo debe venir de las instituciones, sino que por desgracia también desde el colectivo.


El Orgullo ya no es sólo cosa de exigir poder vivir en sociedad, poder casarnos y adoptar. Se ha usado el Crítico siempre para pedir que parte del colectivo, donde se alcanza menos los derechos o no se pueden ejercer con total capacidad y libertad, poder hacerlo. Una de las peticiones es eliminar los CIES. Este punto creo que es algo que se lleva reivindicando fuera y dentro de nuestras protestas desde hace décadas. De hecho, era yo bastante joven cuando la primera manifestación surgió por la muerta de una persona racializada en uno de ellos. Se supone que debe ser algo temporal, como como unos días antes de poder enviarles a otro servicio adecuado, pero no es así. Tampoco las instalaciones son las adecuadas y en muchos están desbordadas. Erradicarlos sí, pero buscando una optativa más amable para personas que deben regular su situación, no tiene lugar donde pernoctar y rehacer sus vidas. Quiero recordar que el trauma, ya sólo de venir a otro país con el choque cultural, es tremendo y más en las condiciones que usualmente lo hacen. Se necesita más humanidad. Dentro de este alegato se habla de las prácticas policiales que bordan la ilegalidad o son ilegales, siendo represivas, y las hemos podido ver recientemente con la muerte de un joven a manos de un policía local. Hay que eliminar las personas que no son aptas para el ejercicio de las funciones de guardar y proteger la dignidad humana, la legislación, etc. También, por cierto, hacer una legislación menos burocratizada, más flexible y amable, para toda la sociedad (sea legal en términos administrativos o no). Se debe tener en cuenta que las fronteras las creamos los países, que no deberían ser tan rígidas y que se debería apelar más a la humanidad y basarnos en los DDHH.


La parte siguiente es donde difiero bastante. Soy una persona trans, soy también parte de otras letras del colectivo, y he vivido una UTIG. Sé perfectamente lo que es la patologización de las personas trans por medio de la psicología y psiquiatría, sobre todo de la segunda. Si bien, también he conocido personas en el sistema sanitario que han ayudado con los efectos que hacen en nuestras mentes, y almas, los años de continuo rechazo, bullying, y violencia en general debido a las múltiples presiones de la sociedad. Los intentos de suicidio, la depresión, la ansiedad, etc. son problemas serios que acaban afectándonos en mayor proporción al resto del colectivo (en general) y a la sociedad cisheteronormativa. ¿Hay profesionales que no realizan bien su trabajo? Obvio. Me he topado con suficientes como para saberlo, pero no voy a gritar en una pancarta demonizando a toda persona que ejerza en el sistema sanitario porque a ti te parece bien. Exigiré mayor control contra discursos de odio y malas praxis, gritaré hasta quedarme afónico para explicar lo que eran las UTIG y rogaré porque dejen de vernos como gente enferma. Sobre todo, lucharé porque profesionales, grandes profesionales, de la psicología que he conocido, que muchas de estas personas son amistades mías (y alguna es trans), para que puedan ejercer sin ser señaladas como violentas sin ser siquiera conocidas simplemente porque trabajan en el sistema sanitario o tiene una profesión como es la psicología. Hemos chillado y aporreado puertas para que se hable de Salud Mental, pero tú en una manifestación sin dar respuestas y sin señalar realmente lo opresivo sueltas tu consigna creyéndote “revolucionaria”.


Hay otra donde me quedo un poco frío. Se pide abolir literalmente el Estado del Bienestar, igual que un capitalista que besaría los pies de Feijoo y Abascal. Habrá quien diga que no, que sólo se pide que se elimine Los Servicios Sociales por opresivos, porque hacen hipervigilancia, etc. A partir de aquí voy a dar varias lecciones y espero, y deseo, que se lean y se reflexionen. No voy a insultar, menospreciar y ser un capacitista de mierda como ha ocurrido por parte de bastante gente cuando he dejado entrever mi opinión al respecto.


El Trabajo Social surgió porque el capitalismo, basado en oprimir a la clase obrera en la época de la Revolución Industrial, estaba segando las vidas de miles de personas y provocando un empobrecimiento del resto mientras que el dueño de la fábrica, como no, se quedaba con los beneficios del trabajo de inclusive niños. Las primeras trabajadoras sociales eran visitadoras, iban a las casas de las personas más pobres y revisaban cuales eran las necesidades más acuciantes a cubrir: alimentos, ropa, calefacción… Algunas de ellas fueron tan influyentes que iniciaron el camino a seguir. Una de ellas era Mary Richmond que fundó las bases del trabajo social con casos.


Si bien, el trabajo social no es únicamente el que conocemos hoy en día: burócratas eligiendo qué servicio requieres para mejorar tu vida o ponerle un parche a tu situación. De hecho, tampoco se actúa así… esa es la idea de personas que no conocen nuestra labor. ¿Por qué digo nuestra? Soy Integrador Social, me quedan 40 créditos para terminar Trabajo Social, y vivo rodeado de Educadoras Sociales, Animadoras Socioculturales, Trabajadoras Sociales, Integradoras Sociales, TCAE, etc. Para empezar, nadie que trabaja como T.Social lo hace de forma individualizada, sino que tiene un equipo multidisciplinar. Nadie que trabaja en T.Social lo hace con un sólo método, sino que muchas veces usamos diversa metodología e incluso la adaptamos a la persona, familias, grupos o colectivos. Cuidado, cuando hablo de colectivo no hablo de “LGTBIQA+”, “Racializadas”… Hablo de barrios, pueblos, etc.


El trabajo social tiene diversas vertientes. Está el individualizado que es para trabajar necesidades que generan ciertas problemáticas en una persona, pero este siempre va de la mano con trabajo social grupal o familiar e incluso se puede incluir un trabajo social comunitario. Pondré un ejemplo, para que se entienda, con la adicción con o sin sustancia. La persona puede acudir por iniciativa propia, sola o acompañada, a la trabajadora social de su zona (también puede ser a un centro para personas con drogodependencias) donde expresa su deseo de iniciar una nueva vida. Ahí expresa sus necesidades en numerosas sesiones (entrevistas), se recurre también a otras T.Sociales o personas que hayan trabajado con ella previamente. Una vez conocido su Historia de Vida, sabiendo bien su capacidad, los puntos fuertes personales, etc. Se inicia un trabajo distinto que es para trasladar a otro servicio donde pueda curarse de sus adicciones. Por supuesto, el trabajo previo, el siguiente y el final también se hace con la familia porque esta también se ve dañada (en todos los sentidos) y requiere atención. Pero ¿y el barrio? Claro, se busca trabajar con familiares pero también vecindario y en muchas ocasiones con zonas concretas de la ciudad. Se hacen programas contra las adicciones, para la prevención, con campañas en los sectores de edad más propensos, etc.


Es graciosísimo que se tache esto de capitalista e individualista, así como que hacemos 0 autocrítica. La mayores críticas que se han hecho del T. Social viene desde dentro. También os diré que hay muchas posiciones, está el trabajo social marxista que es, precisamente, quien fomentó el Estado del Bienestar en Europa. Tuvo mucho impacto sus revindicaciones para una vida digna para la clase trabajadora, tener barrios seguros y necesidades cubiertas así como defensa de derechos laborales y sociales. Pero bueno, somos de un capitalista e individualista insoportable.


Cierto es que desde hace años se ha visto un auge del neoliberalismo, del individualismo y la desafección hacia nuestro Estado del Bienestar. El principal es porque hay un auge de nuevos derechos, hay menos recursos y nuevos problemas que se están, además, agudizando a pasos agigantados (la soledad no deseada, por ejemplo). El Estado del Bienestar es cierto que nos ha burocratizado, aunque también nos ha hecho crecer como profesión, y eso hay que modificarlo. Se están buscando nuevas vías, tomando nuevos modelos, mezclando tipos de trabajo social y añadiendo nuevas profesiones intermedias que hacen bisagra y son un recurso útil: TCAE, Integración Social y Animación Sociocultural.


Por supuesto, se ha puesto a la orden del día el Tsocial Digital. Se trata de intervenir rápidamente a traves de las distintas herramientas, ya sea para trabajar con las personas/familias/grupos/barrios o para contactar rápidamente con otras personas profesionales en la materia o en la problemática que analizamos o abordamos.


Los recursos están menguando porque el mensaje que el sistema está fallando, que el Estado del Bienestar se debe dejar, que habría que irse a lo privado… cala. Pero también cala mucho el “mejor darles recursos a las asociaciones o empresas del tercer sector”. Es gracioso, porque no contratan a la mayoría del personal que trabaja con ellas, salvo dietas de comida y transporte, y también es personal que no ha tenido preparación para tratar con casos límites, prevención de suicidios, etc. Es personal que hará y hace funciones básicas, que trabajan como parche, pero que no solventan nada a la larga. El Tercer Sector está bien para programas de acogida primaria, pero no para sustituir al Estado del Bienestar. Es gracioso que un Orgullo Crítico que se dice ir contra el Capitalismo está siendo aplaudido por neoliberales porque les están allanando el terreno. Precarizar trabajo, atención y el sistema en sí ¿es revolucionario?


Integración Social, mi profesión actual y que ejerzo casi desde que recogí el diploma, me ha hecho trabajar con personas muy diversas, que son de múltiples colectivos, y teniendo que atender perfiles complicados, conflictivos o duros de sobrellevar. He aprendido y aprendo muchísimo a diario. Me gusta mucho escuchar, observar e intentar ofrecer mi atención. Trabajo en un equipo multidisciplinar que se dedica a escuchar a la persona y junto con ella abordar o atajar las necesidades más básicas, después otras más difíciles y ofrecerles a la vez la capacitación para ser autónomas y no tener que necesitarnos más. Mi labor, y la de mis compañeras, se ve reducida a recursos de tiempo, materiales e incluso de personal en alguna ocasión. Creo que hablar de un “sistema opresor” es no saber cómo se trabaja y es, y con perdón, de tener una bajeza moral impropia de alguien que dice querer luchar con la lacra que es el capitalismo desbocado en el que vivimos.


Si tengo que hablar de un caso en particular hablaré del caso de mi madre. Una mujer en los 80’s a finales y principios de los 90’s no tenía la Ley de VG. La trabajadora social de zona, asistente social se les decía, habló con mi madre porque fue a pedirle ayuda porque mi padre la acosaba en los centros de trabajo a los que acudía. Había perdido muchas casas a las que iba a limpiar, fue echada de una empresa de limpieza porque él iba a molestar, etc. Decidió inscribirla en una bolsa de trabajo, donde otras mujeres como ellas y personas que se encontraban en un mal momento, tendrían oportunidades en empresas de limpieza, centros de mayores o jardinería. Mi madre empezó así a trabajar en temporadas en la empresa donde se ha jubilado, pudo dejar de mirar atrás y mirar hacia el presente con cierto orgullo.


Otro caso es el de mi abuela. Tras fallecer mi abuelo ella tuvo un problema neuronal, debido a todo lo que vivía, y empezó con una demencia que en breve sería cada vez más fuerte. Se dio muchísima prisa en informarse, la trabajadora social de zona, de la nueva Ley de Dependencia para que ella pudiera ser atendida en casa gracias a un apoyo económico. Así pudimos contratar a alguien las horas en las que no estábamos en casa (por asuntos laborales y educativos) y también nos ayudó a conseguir un mayor número de pañales, pues los que nos recetaban eran insuficientes.


Tengo amistades que trabajan en ludotecas apoyando a familias vulnerables dándoles ocio infantil a sus hijos, ayudándoles a educarlos en valores y tener una infancia sana. Gente conocida que ha trabajado o trabaja en centros educativos como apoyo para alumnado con necesidades específicas. Familiares y amistades cercanas en centros de atención a personas mayores.


Si bien, según ciertas personas somos opresivas…


Por cierto, la mayoría de esas amistades también son racializadas, LGTBIQA+ o discas… Pero tú, con tu Orgullo Crítico, nos llamas opresoras y denostas lo que hacemos porque así te lo ha vendido el capitalismo que tú tanto dices combatir. ¿Te parece que lo Social no está bien? Por supuesto que te doy razón en ello, pero no por las razones que tú crees. Sobre todo, porque las personas que nos estamos formando o ya tenemos una profesión exigimos mejoras en la formación, avance en derechos, mayores recursos, ampliar plantilla, etc. Ambos bandos criticamos lo que ocurre, pero tú quieres abolirlo sin dar soluciones y nosotras mejorarlo para que haya una burocracia más simplificada, mejor atención, favorecer la expulsión de profesionales que no ejecutan bien sus funciones, etc... No somos lo mismo. Lo siento. Ah, luchar por la dignidad y los derechos humanos no es capitalismo, capitalismo e individualismo es intentar tirar un sistema sin siquiera revisar tu intento de superioridad moral.  Yo no me creo mejor que nadie, pero al menos me hago responsable de mis mierdas (que nadie está con las manos limpias de no cometer alguna o haberla cometido). Quizás es hora que antes de insultar el trabajo ajeno, sin dar soluciones y sin siquiera conocerlo de cerca, toméis conciencia de vuestras consignas. 



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