En un momento tan crucial como en el que vivimos, con la crispación por las nubes y un conflicto bélico que puede afectar a Europa, podemos retrotraernos a momentos históricos que causaron un gran impacto y una huella prolongable en el tiempo. La mayoría de personas que les gusta la historia, o quizás ha caído de manera fortuita en alguna película o documental, reconocerá la “Noche de los Cristales Rotos”. Si bien, para quienes no lo conozcan les diré que fue la coordinación de linchamientos y asaltos nazis hacia el pueblo judío. Fue parte del culmen de años insertando odio en el corazón de la ciudadanía, un odio basado en bulos cuya estrategia era que el fascismo se viese apoyado en las casas alemanas.
En España hubo cierta propaganda similar por parte del CEDA. Si bien, se ve hoy en día con mayor facilidad en medios de comunicación (las más clásicas y las destinadas al consumo vía redes sociales). VOX se ha instalado en muchos hogares. No obstante, no voy a hablar de VOX aunque tiene ciertos lazos con esta ideología, lo cual ya explicaré más adelante.
El Feminismo no está dividido. Aunque para la prensa de este país lo está, se de como bueno unas cifras de participación en una manifestación TERF que ni de lejos llegan a la realidad, y no paren de decir que la culpa es de la Ley Trans. Ellas que hablan de la pureza del feminismo, el feminismo clásico, me provocan una carcajada tras otra.
El feminismo clásico no miraba hacia las minorías, las cuales eran pisoteadas por la “abrumadora” mayoría de mujeres, muchas de ellas sufragistas, que las veían como inferiores. Las mujeres racializadas, las prostitutas, las obreras… no estaban presentes en sus protestas. Eran las mujeres de clase alta las cuales pedían derechos para ellas, no para el resto. Esa fue la primera ola del feminismo, el feminismo clásico.
Después se fue incluyendo poco a poco a las minorías. La última fue la lésbica, la cual se vio durante un tiempo como un “enemigo” al que abatir. Todavía hoy en día muchas son miradas con recelo por parte de “feministas”. Es curioso que dentro de las TERF haya tantas lesbianas, las cuales se han olvidado que hasta hace poco eran expulsadas de círculos seguros de mujeres. Temían de sus intenciones, de sus verdaderos motivos.
Actualmente el feminismo aún tiene que mirar muchos de sus discursos porque deja atrás a discapacitadas, trabajadoras sexuales, racializadas, mujeres de distinta religión… y trans. Sobre todo trans. Las mujeres trans son las nuevas mujeres cis lésbicas de los años 60’s y 70’s.
Ahora quiero que se imaginen que una profesora se dedica en sus redes sociales a discursos de odio antisemitas. Que tiene hilos y frases contra mujeres judías. Sólo quiero que imaginen comentarios tan desafortunados como delictivos que aboguen a la expulsión social de mujeres judías, las cuales acusa de crímenes horrendos basados en bulos que ella misma sabe que son falsos. Esta profesora para colmo es catedrática y da clases en una universidad. En esa universidad se ofrece un Máster que aborda temas cruciales como el racismo o el antisemitismo. Y justo, pero justo, en la clase contra la xenofobia da clases esta peculiar mujer. ¿Ustedes irían? ¿Irían a una clase donde se va a escupir odio hacia el pueblo judío? No. Se opondrían. Denunciarían y harían boicot a la clase porque se niegan a que alguien así de clases.
Para añadir más quiero que se pongan en la época actual donde se habla tanto de “Cultura de la Cancelación” y esta señora hace un vídeo, lo sube por Twitter y se expone como víctima de una persecución ideológica. Mucha gente, con el mismo odio o simplemente desconocedora de su discurso, la apoya en su libertad de cátedra. Toda esta gente, por supuesto, no es judía. El pueblo judío expone que es antisemita, pero siguen alegando que es “Libertad de Expresión” y por más que mucha gente les recuerde que en nuestra Constitución Española en el artículo 14 prohíbe este tipo de discursos, esta gente, dice que su libertad de Cátedra está por encima. Y es falso. Sin embargo, ella lo aplaude. Lo aplaude aunque sabe que es falso porque le puede más su odio que aceptar que necesita ayuda, que no es quien para dar ese curso y que debería revisar todos sus privilegios.
Bien… cambien pueblo judío, mujeres judías y antisemitismo por PERSONAS TRANS, MUJERES TRANS Y TRANSFOBIA/TRANSODIO. ¿Entienden que es lo mismo? Es un discurso de odio y los discursos de odio no los protege la libertad de cátedra, pues incluso pisotea el derecho a una información veraz.Este discurso está muy vinculado a la ultraderecha, a VOX, y no al feminismo. Si se llaman feministas entonces están manchando el buen nombre de una lucha que viaja hacia la dignidad, igualdad y respeto de los derechos humanos de todas las personas y no sólo de las cishetero blancas de clase alta.
Aquí el vídeo:
Un ejemplo de la "cultura de la cancelación": las alumnas del Màster @GIC_UAB de la @UAB hacen boicot a mis clases por mi posicionamiento público. Por ejercer mi derecho a la libertad de expresión. No conozco a las alumnas ni ellas a mi. Totalitarismo puro. Así estamos. pic.twitter.com/c3lj0TXdic
— Juana Gallego Ayala (@juana_gallego) March 15, 2022
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