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Pinkwashing de lo Trans.

Las personas nos movemos en sociedad, la sociedad está influida por la cultura y la cultura está vinculada estrechamente a lo que nos ofrecen medios de comunicación. Al menos, la cultura actual. Los medios de comunicación han evolucionado en este mundo digital, dando un gran salto. Sin embargo, ¿realmente ha sido tan importante? Dicen que ahora no sólo somos meras consumidoras de los contenidos, sino que podemos crearlos. Aun así hemos socializado con criterios que creíamos “ciertos” y que pueden estar llenos de estigmas y privilegios.

 

Durante mucho tiempo la televisión no ha podido ser desbancada de su trono de líder indiscutible en los momentos de ocio, pero también para informarse y formar opiniones. La “caja tonta” ha logrado tomar su lugar, muchas veces evidentemente destacado, en nuestros salones e incluso alcobas. Cuanto más se consume el producto televisivo más homogénea es la sociedad que se tira a sus brazos.

 

La teoría del cultivo advierte que todo lo que se presenta en la televisión, que está meticulosamente estudiado y medido, termina siendo reproducido por aquellas personas que la consumen. Las personas espectadoras consumen continuamente diversa programación y su comportamiento se va amoldando. Sus opiniones terminan siendo idénticas a las del presentador o presentadora de turno. Se interiorizan comportamientos y emociones como “lo adecuado” y otras como “lo reprobable socialmente”.

 

Incluso está ese hecho de ir a conciertos, eventos, viajes, etc… porque los promocionan muchísimo en televisión o han salido noticias continuamente acerca de lo “emocionante” o “placentero” que será. Después, van esas personas a esos lugares, y se dedican a filmar todo el tiempo sin disfrutar realmente de la experiencia. Están más pendientes de grabarlo para luego compartirlo, para decir “hey, que estoy donde dicen… me lo estoy pasando bien”, que en realmente llevarse recuerdos que ningún teléfono móvil con la mejor tecnología podrá conservar.

 

Entablé conversaciones entrañables con personas con inicio de Alzheimer hace unos dos años. Fue mediante una experiencia muy bonita con una residencia de día. El centro está situado en mi provincia y fuimos la clase de Integración Social al completo. Me acuerdo sobre todo de una señora. Ella me hablaba de un violín, del sonido de violines en una cena, en un viaje a Venecia. Fue un viaje de bodas que se dio mucho después de su boda, pues en aquella época no tenían dinero. No fue hasta pasados unos años que se dieron ese capricho. Su marido ya falleció, pero me juraba que cuando recordaba esos momentos era como tenerlo de nuevo. Temía a que se perdieran en la memoria. Si bien, la memoria se conecta muchísimo con la música y posiblemente esas imágenes vendrán. ¿Sucederá lo mismo con quienes han ido de vacaciones hace unos años y se dedicaban a tomar fotografías, vídeos y audios sin prestar atención real al momento? Lo dudo.

 

También quiero hablar del síndrome del mundo mezquino. ¿Cómo puedo explicar ese síndrome? Pues son programas como Sálvame, Al Rojo Vivo, La Sexta Noche, AR, etc… Programas donde los debates, sean de lo que sea, terminan a la gresca con comentarios zafios y sin respeto alguno. Se muestra lo peor del ser humano.

 

Por cierto, que haya más canales de televisión no ha implicado un aumento de su calidad, ¿verdad? Sólo que hay más programas de ese tipo por todas las cadenas de televisión. Después está el auge de plataformas como Netflix o Amazon Prime que han dado una bocanada de aire y generado una sutil diferencia, sin embargo, no todo el mundo tiene acceso a ese contenido y mucho de su contenido sigue siendo similar al que podemos hallar en televisión.

 

Deseo hablar ahora de la influencia en las personas más jóvenes, que son les niñes y les adolescentes, que terminan desconectando de esa etapa de su vida para adentrarse rápidamente en el mundo adulto porque los programas de televisión que ofrecen son todos para el público adulto. Luego les –adres se ofenden si se les recalca esto, pero los patrones de conducta de sus hijes viene de ahí.

 

No puedo olvidar el efecto placebo que da las infoadicciones. La necesidad de ir a consumir ciertos contenidos on-line como el porno, que luego repercute en una mala calidad a la hora de relacionarse en sociedad y provoca disfunciones de conducta y conflictos con la vida real.

En definitiva, nuestra identidad, proyectos y circunstancias están influidas por los medios de comunicación. Sobre todo porque existe el “efecto vagón” y “agenda-setting”.

 

El efecto vagón es el contrario a lo que hace un pez nadando contra la corriente. El efecto vagón es “hago y opino lo que dice la mayoría, pues quiero pertenecer a ese grupo y no quedarme excluida”. ¿Pero cómo sabemos las personas que es “la mayoría” la que opina o hace tales cosas? Pues porque los medios de comunicación así nos lo dicen. ¿No os suena algo así como que son los jóvenes el único porcentaje poblacional que no cumple las medidas? Je…

 

La agenda-setting es una agenda de temas que deben darse importancia, porque genera beneficios al medio de comunicación, y otros que no deben tocarse. Los medios de comunicación pertenecen a grandes corporativas, las cuales pertenecen a grandes entidades bancarias o empresa de servicios financieros. La política está muchas veces atadas de pies y manos, pues la mayoría de partidos políticos tienen deudas con esas entidades, lo cual genera que ciertos temas incómodos o que pueden afectar a la política de turno… No se den. Se borran de la cartera. Y bueno, si se tienen que poner sobre la mesa, ya se encargará el medio de manipularlo o lanzarlo brevemente para que no se diga que se “oculta”.

 

Hecha esta extensa aclaración deseo explicar ciertas cosas que estoy viendo y analizando. Sobre todo porque yo soy consumidor, pero también creador de contenido.

 

La Ley Trans, y todo lo trans, comenzó a estar sobre la mesa en la agenda-setting convirtiéndose en agenda pública hace unos meses. Ya ocurrió en 2018, pero de forma menos revulsiva. Tal vez la serie de Veneno, así como otros cambios políticos y sociales, ha generado que se ponga el foco sobre mi comunidad.

 

No obstante, bien que han hecho efecto vagón en los medios de comunicación. Han hablado de división del feminismo haciendo creer a la sociedad que el feminismo está roto, que se ha dividido, con la Ley Trans. Es rotundamente falso. El feminismo sigue apoyando a las personas trans, sólo una sección de personas transodiantes han decidido que el feminismo es lo que ellas defienden, que sólo son feministas ellas y que cualquiera que apoye a las personas trans es misógina, machista, etc… Personas que suelen ser racistas, xenófobas, clasistas, etc… Personas que se sientan junto a Hazte Oír.

 

Por supuesto, no puedo olvidar como se silenció en los medios de comunicación la Huelga de Hambre Trans. Así como se señaló a todo el colectivo trans de un acto de supuesta violencia hacia Carmen Calvo, donde el PSOE sacó pecho para defenderla, y todo esto a sabiendas que era un acto cultural de Carnaval y que no era la única que había sido señalada en dicho acto. Se silenció. Hubo apagón informativo. También se ha callado, por supuesto, la lista llena de personas transfobas y machistas que presentó PSOE en Cataluña, pero sí se ha hecho Pinkwashing con la lista para la Comunidad de Madrid. Claro, eso sí, bajando de puestos a una persona trans en las listas y dejándola en la cuerda floja si no tienen buenos resultados electorales. Supongo que por eso es necesario un enorme cartel con fondo rojo, muy rojo, para hacer creer que son de izquierdas.

 

Si ya nos metemos en “terreno pantanoso” no entenderé jamás como medios de comunicación permiten a personas que se dedican a faltar al respeto, al honor y la integridad física de personas LGTBIQA+ en redes sociales (como Twitter, Instagram o Facebook) así como darse el lujo de plagiar a numerosos/as autores/as para “sus libros”. Se exponen a dar voz a personas que agreden continuamente a las personas trans, lavando su imagen en concursos televisivos o plató de televisión de todo tipo, ¿con qué fin? Con el fin de hacer efecto vagón de cola. El mismo fin que hablé al principio de dar ciertos patrones de conducta y pensamiento a la ciudadanía y, por supuesto, así asegurarse ciertos criterios para analizar lo que es oportuno, lo que no lo es, lo que son derechos humanos y lo que no a la sociedad.

 

Lamento decirles, tanto al PSOE como a las distintas cadenas de televisión, que el Pinkwashing ya no cuela. Que vuestra agenda-setting queda desmontada y que tal vez no haya efecto vagón… sino boomerang y termine dándoos en toda la cara dura que tenéis. Que posiblemente sea tan dura como el cemento, pero la sociedad se puede convertir en una enorme bola de derribo.

 

Del mismo modo quiero aclararles que si hay sedes como la de COGAM que ha sido atacada, por “supuestas feministas”, la culpa la tenéis vosotros, los medios de comunicación, al darle alas al fascismo vestido de violeta. Que puede que no tengamos imágenes ni vídeos de las personas trans antes del franquismo, durante el franquismo y los años posteriores porque fueron exterminadas, murieron en cárceles o instituciones mentales, o simplemente hoy en día intentan malvivir con todos sus demonios alejadas de los medios. Sin embargo, su memoria está activa y escrita a fuego en cada voz de las personas trans que estamos en el activismo. Que la Ley Trans será ley y que la indignidad con la que nos estáis tratando se pagará con alto costo, pues supongo que aunque conservéis vuestro poder tal vez haga mella en vuestras conciencias… Si bien, ¿tiene conciencia alguien que vende su alma al poder? El PSOE está demostrando que no.


 

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