Esta entrada va a ser tal vez la que más me va a costar hacer. No porque el tema no lo haya tratado mil veces, sino porque me provoca un profundo desencanto hacia recuerdos especiales que formaban parte de mi adolescencia. Sé que sonará estúpido, pero cuando no tienes referentes LGTBIQA+ y empiezas a verlos en televisión, en series de muchísima audiencia, comienzas a sentir como que parte del peso que iba sobre tus espaldas desaparece.
No estoy hablando de Mauri, que fue de ayuda para visibilizar la plumofobia, sino del personaje Diana Freire. Diana era un personaje LGTBIQA+ en la serie 7 vidas. Ya hemos visto lo que ha ocurrido con Toni Cantó, el cual se ha convertido en un chiste andante, y lo que pasó con Paz Vega, también actriz de esa serie, con lo referente a burlarse de personas del colectivo (concretamente apoyando acoso a Rosa María García). Si bien, ¿cómo crees que le sienta a alguien del colectivo ver lo que ha sucedido con Anabel Alonso? Anabel Alonso interpretaba a una mujer cis lesbiana, la cual a su vez no resultó ser únicamente un papel. Ella logró ser un referente en televisión sobre su propia orientación sexual.
Voy a citar una frase de Amparo Baró: "Si algo nos ha enseñado Gran Hermano es que hay que ser muy selectivo con la gente que metes en casa".
Anabel Alonso la metimos en casa gracias a esa serie, la hemos seguido en toda su trayectoria profesional y hemos visto sus opiniones en Twitter. Sí, sobre todo en Twitter. Ha sido Twitter donde se ha abierto la caja de Pandora, aunque ya hace meses daba ciertas actitudes que no me terminaban de cuadrar en una persona que aceptara la diversidad natural de la sociedad. Ya preguntó “qué es cis” y muchísimas personas (trans, transfriendly y familiares de personas trans) con toda la educación del mundo le respondimos. Viendo que la gracia no había colado como “chiste fácil”, pues quedó ahí. Nadie la señaló como transfoba. Eso fue en septiembre del 2020.
La polémica saltó en un tema muy delicado. Digo que es un tema muy delicado porque incumbe a una persona trans que está a punto de parir. Él es un chico trans y fue entrevistado en Telecinco. Rubén en esa entrevista dejó claro que desde muy temprana edad quería ser papá, que deseaba tener la experiencia de parirlo él y darle pecho. Si bien, él no es una mujer. Es un hombre trans y los hombres trans poseemos capacidad de gestar.
De él se hicieron muchos bulos. El primero de todos es que iba a dar a su hijo a unos amigos, por lo tanto, era gestación de vientre de alquiler. Rubén, y repito, dijo en todo momento lo feliz que estaba de ser papá y que había hablado, así como hecho un documental, para que quedara constancia no sólo para su futuro bebé sino para que otras personas con capacidad de gestar supieran que podían hacerlo. Esas otras personas que no se califican como madres y que son hombres trans y personas trans no binarias con capacidad de gestar.
El término que se está usando, que aún no está asumido por el Registro Civil ni por el sistema médico, es persona gestante. Las personas gestantes hay tres tipos: mujeres, hombres trans y personas trans no binarias. Muchas mujeres se pusieron coléricas y empezaron a usar twitter para esgrimir odio. Muchas de ellas se burlaron de su sueño que se estaba cumpliendo. Empezaron a hacer bullying a un bebé que aún no había nacido. He leído salvajadas y no voy a reproducirlas. Lo lamento, no quiero dejar constancia aquí de todo lo que se ha dicho.
Durante gran parte de mi vida he deseado ser padre, pero no se han cumplido las circunstancias. Yo por supuesto no gestaría, adoptaría. Si bien, es muy difícil y he decidido dejarlo por la paz. Me rindo. Si puedo ayudar en acogida en un futuro, si puedo ayudar de algún modo a que una persona menor de edad (como esos “MENAS” que señala VOX) sienta comprensión, afecto o apoyo… Ahí estaré. Adoro la infancia porque me parece la época más maravillosa y yo me la perdí. Me perdí la infancia por culpa de acoso en las aulas. Un acoso del que nunca se sale, pues aún tengo pesadillas con el colegio y el instituto. Últimamente han aumentado, pero eso es tema a parte. Hablaremos de la importancia de proteger a las infancias trans y a las infancias de la descendencia de las personas trans.
Comprendo muchísimo a Rubén como a cualquier persona trans que decide formar su propia familia. Para mí es importantísimo que podamos saber que podemos tenerla, que no tenemos porque conformarnos con sentir que nadie nos va a amar o no nos merecemos una vida plena en familia. Por eso vi en Rubén un brillo de esperanza y me sentí muy agradecido. Tal vez soy un sentimental, pero juro que esa tarde se me escaparon algunas lágrimas de felicidad. Espero y deseo que ese documental salga a la luz.
Dicho esto… iré al principio de mi post. Anabel Alonso fue referente y lo ha sido de un sector muy invisibilizado del colectivo: la L. Las mujeres lesbianas están muy señaladas. Siguen siendo acosadas por el machismo. Se las humilla constantemente. Por eso que un personaje así abriera brecha y ella siguiera haciéndolo dando ejemplo era una esperanza para muchas personas. Igual que para nosotras las personas trans Rubén lo es, así como otras personas que hacen activismo demostrando que podemos ser lo que queramos y que no debemos de estar excluidas de logros que tienen el resto de la sociedad.
Ella ha usado su poder mediático para burlarse de Rubén y otras personas trans. Empezó con chistes que todo el mundo, en un primer momento, intentamos rebatir esperanzados con que reculara, se diese cuenta que se estaba equivocando. Si bien, lo que hizo fue exponer cuentas de personas trans (donde me incluyo). Ha provocado que muchísimas personas trans pierdan su cuenta porque les ha hecho rt, las ha invalidad, ha generado un odio y un blanco perfecto para denuncias falsas de las TERFs a nuestras cuentas.
Me pregunto, como se lo preguntaba GemMuay y otras personas, si a ella le gustaría que se burlaran de su maternidad con su pareja. Si le parecía correcto que negaran su orientación sexual. También me pregunto qué sentiría si todos los días, a todas horas, en cientos de cuentas se la acusara de borrar a las auténticas mujeres que son las heterosexuales porque ella no lo es, por lo tanto no es normal. Pasó en el feminismo en los 70’s cuando las mujeres lesbianas eran consideradas enemigas del feminismo porque, atención, se decía que eran infiltradas del FBI. En muchas ocasiones he oído que no han sufrido las mismas opresiones que las heterosexuales porque no han vivido con maltratadores y violadores en potencia, ¿eh? Ojito al dato. Por supuesto, se ha negado que tengan violencia dentro de la pareja y que, si por algún casual, tu pareja te maltrata o te obliga a tener sexo pues “no puede ser porque es otra mujer”. Entonces, Anabel, ¿cómo compras ese discurso similar al que hacen contigo?
Su Twitter está lleno de contenido vomitivo cargado de odio. Señora, recuerde que usted es LGTBIQA+. Que usted será la siguiente cuando empiecen a quitar derechos al colectivo.
Lo mejor no ha sido Anabel Alonso. No, para nada. Lo mejor es ver a la “supuesta activista” Carla Antonelli diciendo que Anabel Alonso no es transfoba, que es una gran mujer. Señora, quedaba claro hace tiempo, siendo militante de un partido con listas llenas de Transfobia, que usted no estaba por la labor realmente de hacer nada por la ley trans. Quedaba claro que la usan para limpiar su discurso de odio hacia las personas trans. Es usted como el negro de VOX. Es un Token. Ahora también es un Token para el terfismo. Felicidades. No esperábamos que nos apoyara, pero tampoco esperábamos que nos pusiera en los pies de los caballos. Como persona trans si la agreden ahí estaré para señalar la violencia, pero como activista le pido por favor que no hable por las personas trans, no hable en nombre de un colectivo, que ha sido amenazado y atacado por Anabel Alonso y sus seguidoras. Le recuerdo que el fascismo se combate, no se debate ni se deja entrar en las casas.
Concluyo con otra frase de Amparo Baró en 7 vidas:
"Pues claro que votaré porque este país necesita un cambio, votaré por el cambio verdadero, no por el PSOE."
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