Borrado trans

 

 

Contra Borrado de Mujeres es misógina. Suena contundente, tal vez hasta brusco, pero no me retracto ni me retractaré de ello. Los motivos son muchos, pero dejen que les explique algunos.

 

La página de “Contra Borrado de Mujeres” está lleno de calumnias y mentiras tan evidentes que harían reír, incluso parecería que es una vulgar parodia, pero lastimosamente son reales. Es verídico que un grupo de mujeres se han propuesto hacer un “carnet de mujer” y “mujer feminista” a todas aquellas que entren en sus parámetros adheridos a una biología caduca, propia de otro siglo, y casados con una evidente falta de empatía, humildad, solidaridad y conocimientos sociales.

 

Las personas desde pequeñas nos desarrollamos, aprendemos de los ejemplos que nos ofrecen y nos enseñan valores morales vinculados a nuestra cultura. Socializamos con grupos de iguales. Somos seres sociales, pero también algo individualistas en nuestro desarrollo: es un binomio. Lo que ocurre fuera después lo trasladamos a preguntas filosóficas que a veces se nos escapa de las manos, los vemos muy lejanos como estrellas en el firmamento y finalmente salimos corriendo buscando a alguien “más capaz” para que nos explique. Cuando éramos menores íbamos a nuestras figuras de autoridad, las cuales parecían “saberlo todo” o al menos lo aparentaban.

 

Nací y crecí en una casa donde no tuve referentes LGTBIQ+ sanos dentro de la familia. Mi familia tenía personas LGTBIQ+, pero estas habían socializado en un franquismo aterrador. Temían por sus vidas. Decidieron ocultar la verdad. Se reprimieron durante décadas y, una vez muerto el dictador, no fueron capaces de verbalizar su dolor y su verdad hasta hace apenas unos años. En parte, la culpa fue mía. Yo les quité esa carga.

 

Pese a que “parecía no estar bien visto” en la sociedad ser homosexual o bisexual, tampoco era algo “magnífico” ser trans. La palabra “trans” no existía, sino que había otra “travesti” o “Transexual”. Las mujeres trans tenían que ejercer la prostitución o hacer shows prácticamente desnudas para malvivir. Los homosexuales eran señalados sin pruebas de ser pedófilos y pederastas. Los bisexuales eran viciosos y unos rockeros mugrosos. A pesar de todo eso mi familia siempre decían frases como “No es algo malo, sólo se quieren” o “No es nada malo, sólo es una mujer con pene”.

 

Mi madre muy pocas veces se sentaba conmigo a compartir la tarde, pues ella trabajaba duro para poder sobrellevar las deudas que dejó mi padre. Mis abuelos eran quienes estaban conmigo y, pese a su edad, siempre me enseñaron que no se debía odiar ni discriminar. A veces no tenían las mejores herramientas, pero agradezco que nunca me inculcaran odio a quien viene en patera, tiene un tono de piel distinto, poco dinero o decide tener un aspecto “nada común”.

 

En mi barrio hubo ejemplos LGTBIQ+ más o menos positivos, dentro de sus miedos internos y las presiones familiares. Poco a poco fui abriendo más mi mundo buscando referentes, sobre todo cuando me senté frente a un ordenador y pude buscar.

 

Antes había poca información, pero la poca que había no llegaba a ser ni la mitad de salvaje que la que se puede hallar en “Borrado de mujeres”.

 

Ellas hablan que las mujeres trans borrarán a las mujeres cis, las cuales son las auténticas. Las mujeres trans no son reales. Los hombres trans somos hembras biológicas. Las personas trans no binaries no existen, son inventos “posmodernos”. Dicen que se sienten humilladas, borradas y vilipendiadas porque Irene Montero desea garantizar Derechos Humanos a las personas trans.

 

Entiendo que ellas socializaron en un mundo donde no se les permitió ser libres y tomar sus propias decisiones, que se les impusieron numerosos esquemas sociales llenos de una moral y cultura judeocristiana. Admito que fueron secuestradas por completo en su juventud, dándoles una madurez terrible intentando quitarse toda la mierda que cayó sobre ellas. Si bien, eso no les da derecho a que ahora, desde su poltrona, capitalicen violencias que no viven (como la ablación a personas migrantes) en contra de mujeres trans diciendo que “no viven ablación o violencia obstétrica para que cualquier hombre se llame mujer”.

 

Son personas cis, heterosexuales en mayoría, de mediana edad, con un nivel socioeconómico mucho más elevado que el de la media y totalmente alejada de verdaderos círculos feministas. A veces no es porque no quieran acercarse, pues en muchas ocasiones son expulsadas de esos círculos por boicotear a mujeres trans. El feminismo inclusivo es mayoría, el feminismo blanco (como las llaman las mujeres racializadas) o TERF (como lo llamamos las personas trans) es el feminismo hegemónico que se olvida de la realidad, pues han construido una realidad paralela en base a sus conocimientos. No desean ver la realidad. Ellas no quieren ver el sufrimiento, pues si lo vieran posiblemente cambiarían su discurso. Así que no escuchan. Van a programas de televisión para aviolentar a mujeres trans como Duval, para luego pasar al ataque en las redes sociales porque la sociedad da la razón “a ese hombre que juega a ser Barbie y para colmo escribe libros.”

 

Siento profunda lástima porque no quieran comprender que se están haciendo daño a sí mismas, pues están haciendo un canon de mujeres que la mayoría no casa. El mismo canon de mujer que se aplica en las UTIG (UIG) en los sistemas sanitarios que aún exigen tratamiento psicológico. A la vez que siento profundo miedo porque tienen en las esferas del poder mujeres como ellas que no quieren que otras personas tengan la libertad que ellas no tuvieron, que sean felices y libres para ser ellas. No se dan cuenta que eso las favorecería, que las haría más libres y podrían poner nombre a las violencias que sufren cuando se las analiza como “poco mujeres” por tener poco pecho o “poco mujeres” cuando tienen cáncer de útero y pierden la capacidad reproductiva.

 

Carmen Calvo no sólo está borrando realidades, no sólo está aviolentando a las personas trans, sino que se está dañando a ella misma y realmente está borrando mujeres. A mí me daría vergüenza ser mujer cis en estos momentos por tener como política a Carmen Calvo que intenta llevar como bandera el Feminismo… Un feminismo que no existe, un feminismo donde todas son europeas, blancas, aburguesadas y heterosexuales…