Era Diciembre del 2019 cuando la Plataforma Trans —que es una plataforma de colectivos trans y familias trans así como de colectivos LGTBIQ+— decidió denunciar más allá de sus redes sociales, donde solemos ver interactuar a la plataforma sobre todo ahora en tiempos de pandemia Covid, porque decidió interponer una denuncia contra la presidenta del Partido Feminista. La presidenta es Lidia Falcón y la denuncia se hizo ante la Fiscalía de Delitos de Odio de Barcelona por reiterados comunicados del susodicho partido. También por mensajes en redes sociales, entrevistas dadas en periódicos como “El Español” y programas audiovisuales como la entrevista con Monedero y el “cara a cara” que tuvo en el programa “Todo es Mentira” de Cuatro con Elsa Ruíz.
Mensajes donde se vinculaba a las personas trans con actos delictivos como ser proxenetas, las mujeres trans como “seres extraños” y expandir mentiras sobre las personas trans menores y sus familias. Incluso cargó contra los padres de Elsa la niña trans que en la Asamblea de Extremadura hizo gala de una madurez, una claridad y unas agallas increíbles. Elsa, como toda persona menor de edad, tiene en los Derechos de la Infancia uno que se estaba vulnerando hasta que tomó la palabra: El de hablar por sí misma sobre una realidad que vive. Es el derecho a la participación, el mismo derecho que le otorga voz para explicar que hay otros derechos que le son vulnerados por ser una niña trans.
Muchas personas alegaron que somos el peor colectivo, que somos personas inmorales, al acusar a Lidia Falcón, que fue torturada por Bili el Niño, de Delito de Odio por emplear su libertad de expresión.
La libertad de expresión no es personal, sino que es colectiva en nuestra sociedad. Tenemos unas normas que hay que cumplirlas para que la paz social –que es no vulnerar los derechos de otras personas ni cometer actos como el racismo y en este caso la transfobia— y, por ende, nuestra libertad se somete a esas normas, esas reglas, que también aparecen en la constitución para que no sean olvidadas. Es cierto, que algunas de esas normas son los jueces los que tienen que determinar si cumple o incumple estas normas para que sea delito o no. Los jueces interpretan las leyes, pero no las crean. Las crean las dos cámaras que poseemos de acorde a propuestas de cualquier grupo parlamentario. Estas leyes, a su vez, están siempre bajo el marco de la Constitución como norma fundamental. Por lo tanto, la libertad de expresión está en estos Derechos Fundamentales, pero a la vez hay limitaciones de estas en la propia Constitución, Derecho Civil y Derecho Penal.
La Fiscalía ve indicios de Delito de Odio - Link Noticia
Raúl Solís ha decidido arremeter contra la Plataforma Trans como Adalid de las Libertades. Dice que no tenemos derecho a pedir a Lidia Falcón que sea castigada por dañar nuestro honor, ningunear nuestra identidad e incluso agredir a menores en programas televisivos y periódicos.
PIN PAN TOMA CAPTURITA.
¿Cómete Lidia Falcón Delito de Odio con sus afirmaciones y las publicaciones del Partido Feminista de España? ¿Tiene Raúl Solís razón con que no existe en el Derecho español el Delito de Odio?
Artículo 510 Código Penal es el de Delito de Odio. Citaré a partir de ahora parte del Código Penal, pero a la vez dejaré un link donde podéis acceder por completo a este.
1. Serán castigados con una pena de prisión de uno a cuatro años y multa de seis a doce meses:
a) Quienes públicamente fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo, una parte del mismo o contra una persona determinada por razón de su pertenencia a aquél, por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, enfermedad o discapacidad.
PIN PAN PUN... TENGO CÓDIGO PENAL... PIN PAN PUN... QUE TE CIERRA LA BOCA.
b) Quienes produzcan, elaboren, posean con la finalidad de distribuir, faciliten a terceras personas el acceso, distribuyan, difundan o vendan escritos o cualquier otra clase de material o soportes que por su contenido sean idóneos para fomentar, promover, o incitar directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo, una parte del mismo, o contra una persona determinada por razón de su pertenencia a aquél, por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, enfermedad o discapacidad.
Lidia Falcón y su Partido Feminista no sólo lo han hecho verbalmente, sino que incluso han distribuido manifiestos y han facilitado a terceras personas acceso para que lo distribuyan. Son escritos llenos de falacias y cargado de un odio irracional hacia el colectivo.
¿Pero Raúl Podía quedarse callado? No. Tuvo hoy el garbo de decirle a Elsa Ruíz, con condescendencia como si fuera una niña de 5 años, que deje las cosas “a los hombres adultos cis que saben mucho y ella es una niña trans tonta que no sabe nada.”
Muchas personas trans hemos exigido a Raúl que rectifique, pero él ha seguido en sus trece. Sigue creyendo que él tiene la razón y, para colmo, ningunea el activismo trans. Al parecer los hombres cis blancos deben seguir ejerciendo el poder dándonos migajas a las demás personas, las cuales tiene que soportar. Nosotras no somos cultas, somos alegales, no tenemos información y debemos callarnos... ¿no es así? Pues lo parece.
No, Raúl. No tienes derecho a tratar a Elsa como una niña pequeña. No tienes derecho a llamar a nadie “cariño” con esas insuflas y esos egos, pues para colmo es un tema que no te compete al ser cis. La palabra “cariño” la usas con personas que realmente ames, no con personas a las que vas a agredir o “poner en su lugar”. Elsa es una mujer adulta y sabe defenderse sola, pero como persona trans y feminista me inmiscuyo porque me duele el hecho transfobo y machista que has hecho.
Es un acto de cisplaning donde una persona cis le explica a una persona trans como se debe identificar, sentir o hablar. El término transexual y transgénero ha dejado de emplearse por parte del colectivo. Son términos médicos, extremadamente patologizantes. El término Trans era empleado por las personas trans a principios del activismo, mucho antes que el término médico transexual o el transgénero se empleara. Era una palabra que empoderaba y recogía en un paraguas a todas las personas T.
Montero se equivocó y decidieron subtitular el vídeo con las palabras correspondientes, pero dentro del vídeo debía haber aparecido un letrero pidiendo disculpas por emplearlo. Elsa Ruíz no empleó malas palabras, sólo señaló el hecho. Lamento que una ministra de un partido que votas lo hiciese mal, pero peor lo está haciendo al mantener secuestrada la Ley Trans en un cajón. No obstante, eso a ti te importa muy poco porque no te veo manifestándote por ello. Esa Ley Trans impediría que gente nos agrediese continuamente, gente como tú que has agredido a una persona trans y luego a todas las que hemos ido a defenderlas.
Es mansplaning porque tú eres un hombre cis y ella es una mujer trans. Estás explicándole cómo debe opinar y de lo que no debe opinar. Además, defiendes a una mujer como si Irene Montero no pudiese decir a Elsa Ruíz, como a cualquier persona trans, que haga ese alegato que tiene razón, que no la tiene o que no se había dado cuenta... Tiene cuenta de twitter ella, su partido y el Gobierno... Puede hacerlo solita, no hace falta que tú vengas a defender nada sobre todo porque no te compete al ser cis. ¿Comprendes?
Ahora haré referencia a las agresiones de ninguneo que has tenido conmigo... Mira, señoro, tengo 34 años y llevo luchando contra la sociedad desde que era un mocoso que aún se comía sus mocos, hacía pintadas en la pared con crayolas y poseía una caja de zapatos con gusanos de seda. ¿Está claro? Me han dado palizas, me han quemado el pelo, me han humillado mil veces en redes sociales, me han llamado en plena noche para decirme que me muera... Me han denigrado incluso instituciones públicas y me han tenido en una UTIG con un maltrato por parte de una psiquiatra que fue denunciada por mala praxis por el colectivo. Lo que usted me venga a decir de mi activismo o de mi persona ¿cree que es nuevo? No. ¿Cree que me voy a callar? ¿Cree que le voy a dar la razón? ¿Cree que así gana algo? No. Sólo gana una cosa: Quedar como un impresentable. Ha dañado mi honor, ha ninguneado mi labor y te has quedado tan feliz... ¿verdad? Señoro, si tiene problemas en su vida personal o profesional no use twitter... ¡Vea vídeo de gatitos o haga yoga! A mí me ayuda. Hace que no vaya a twitter a ningunear colectivos y a creerme que estoy en un bar dando golpes con la barra, diciendo como arreglaría el mundo y cantando de vez en vez Gol.
Añado la triste historia de Raúl Solis
Raúl Solís es cis, hombre, blanco y normativo. Raúl le dice a una mujer trans cómo debe pedir la despatologización y la eliminación de términos ya excluidos por la psicología sobre personas trans. Lo hace con paternalismo. No seas como Raúl. No hagáis cisplaning y mansplaning. pic.twitter.com/KNz9ZxNlUK
— Ángel González (@AngelLestat666) October 16, 2020
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