Hace unos días tuvimos la desgracia de tener que decir adiós a un compañero. Era joven, demasiado joven aún, y ya estaba cansado de luchar contra la sociedad que intentaba humillarlo simplemente por ser quien era, por amarse como jamás se había amado, y tomar la decisión de ser libre. Un ser libre. Libre, con unas alas magníficas, que lo llevaban lejos de ser la mentira de una ideología de "naces con ciertos genitales y por lo tanto siempre serás x sexo". El sexo no está en los pantalones, sino en el alma, en la mente, en la verdad intrínseca...
¿Por qué abro este tema con ese recuerdo? Porque es de sentido común que el fascismo, que la transfobia, que la lesbofobia, la homofobia, el racismo, la xenofobia y todas esas fobias se curan educando a la sociedad. Más bien reeducando, reaprendiendo y culturizándose. Leer y viajar abre mucho la mente, pues te da la oportunidad de conocer otras realidades.
La educación en sexualidad reducirían muchas violencias machistas originadas por la cultura del porno, pues muchas personas a edades muy jóvenes aprenden sexualidad a través de Internet en páginas pornográficas. La educación sobre identidades sexuales, sexualidad y la amalgama del género (así como nuevas masculinidades o empoderamiento femenino) eliminaría violencias machistas que agreden a otras personas por ser de un sexo o género concreto, por amar diferente o simplemente por expresar unos roles diferentes a los arcaicos provenientes de la cultura patriarcal.
La educación en otras culturas enseñaría quizás a las Muxes de México o informaría sobre Afrodito. Figuras sobre la transexualidad o intersexualidad. Así como eliminaría fake news sobre "Los inmigrantes me quitan las ayudas porque son unos vagos, pero también el empleo".
La educación en valores es necesaria. Necesaria para frenar el bullying. Necesaria para que personas como Lucas o como cualquier joven, como cualquier persona ya que todas somos diferentes, tengamos cabida en la sociedad y no seamos aviolentadas hasta llevarnos a soluciones como el asesinato socia.
Soy, además de transexual masculino y transactivista, estudiante de último curso de Integración Social y futuro universitario estudiante de Trabajo Social. Mi curso toca mucha diversidad, dividen los conceptos en distintos colectivos, y acabas viendo lo que siempre has visto... nadie es de un sólo colectivo, todas las personas tenemos inclusión dentro de alguno y estamos fastidiados por un pequeño grupo que quieren que nada cambie: Hombre cisgénero blancos con alto nivel económico. Sólo mujeres manipuladas hasta la saciedad, que al ser educadas en el machismo lo abrazan, pueden estar de acuerdo.
Los Derechos Humanos se defienden. Yo voy a defenderlos hasta que no me quede voz, hasta que me muera. No voy a permitir ni una muerte más.
Comentarios
Publicar un comentario
Deja tu respetuoso comentario, duda o sugerencia.