Durante muchos años he sido condenado desde mucho antes de decir públicamente que era hombre trans. La sociedad me condenaba y juzgaba a pesar de mi silencio, mis miradas esquivas y mi nulo deseo de "destacar". Cuando era apenas un niño aprendí que decir "Yo soy un niño" era monstruoso y prácticamente nadie podía apoyar tus sentimientos. Comprendí, o más bien asumí, que jamás nadie cisgénero entendería mis lágrimas. Ni siquiera mi madre, por mucho que le doliese, o mi abuelo, que hizo de figura paterna, ya que para él era todo demasiado complicado y sólo podía abrazarme, darme libretas para que escribiese sobre personajes, mundos e historias crudas fantásticas, pero con trasfondo real. El juicio ya había sido zanjado y yo estaba en "la cárcel".#LaTransfobiaMata— Mar Cambrolle Jurado (@CambrolleMar) 5 de enero de 2019
Se cumplieron 25 años del asesinato de Brandon Tenna. Uno de los crímenes de odio más recordados.
Brandon, un joven trans, fue violado y asesinado por sus amigos el 31 de diciembre de 1993, cuando estos descubrieron que era un varón transexual. pic.twitter.com/f3nkGDp4QD
Tenía alrededor de siete años cuando una historia como la de Brandon Teena surgió. Yo no la conocí hasta que tenía alrededor de veinte años, lo cual fue bastante duro para mí y me puso en una posición comprometida. La historia es la de un joven violado y asesinado por ser trans. Si la historia es cruda lo hace aún peor cuando se sabe que eran gente de su círculo de confianza, su grupo de iguales, es decir, sus amigos. No hay nada más importante para un adolescente o un adulto joven que su grupo de iguales. Ni siquiera la televisión o la prensa donde aparecen sus ídolos o héroes. Aquellos en los que más confía ya no es la familia, sino con quienes comparten refrescos, salidas al cine, ir a entrenamiento o la consabida frase de "Este profesor/esta profesora... me abuuuuurre".
Cuando cumplí diecisiete repetí a mi madre una frase que ya sabía y conocía, pero que había olvidado porque dejé de repetirla con alrededor de trece años -ya que no paraba de tener golpes en clases y de escuchar a mi madre "es una etapa, cariño"-, y fue "Mamá, soy un chico, hombre, varón... llámalo como quieras... soy un él y no un ella". Lo dije porque me cayeron amenazas por parte de personas que creía mis amigos y fue porque no quise coquetear con una de las chicas de mi círculo cercano. Ella como venganza le dijo a todos que yo la amenazaba y era falso, pero la creyeron. En vez de escucharme decidieron decirle a todo el mundo que yo no era un chico, sino una chica y de amedrentarme con ir a mi madre. Yo me había creado mi identidad, tenía mi nombre elegido (Amaury) y me presentaba de ese modo junto con mi apodo: Lestat. Dentro y fuera de internet, lejos de mi familia, tenía mi mundo. Un mundo que se destruyó años gracias a esas personas que incluso publicaron fotografías mías con textos hirientes. Meses después se unieron otras únicamente porque defendí a otro chico trans. Así que la historia de Brandon Teena fue como un golpe a mi cara y una bala terrible a mi alma. Me llevó varios años decir de nuevo que era trans. Sólo me presentaba como chico cis, aunque seguía informándome sobre los avances en transexualidad tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Si bien, no fue hasta la muerte de mi abuela cuando logré comenzar todo el tratamiento y fui recluido a la UTIG de Málaga donde se me consideró enfermo mental.
Han pasado 25 años del asesinato de Brandon Teena, pero lo tengo presente. No hace mucho violaron y asesinaron a otro chico trans en un país americano. No fue en Estados Unidos, sino en el sur de América. Allí mueren muchas mujeres trans. Sobre todo en Brasil y México. Y, como digo, han pasado 25 años del asesinato de Brandon pero siguen los asesinatos sociales (llamados cómodamente suicidios), el ostracismo, la esclavitud a un canon falso, prejuicios hacia el colectivo y la exclusión sociolaboral que nos aísla de un futuro en igualdad.
Conozco personas que han votado a VOX y que apoyan medidas del PP y PSOE que siempre han desoído nuestras necesidades. Ni qué decir de Ciudadanos, los cuales a veces ni informados están en los Ayuntamientos de la Ley Trans Andaluza. El auge del odio hacia colectivos que han ido ganando terreno a la exclusión está ahí. Odio a las mujeres, odio a los inmigrantes y odio a las personas LGTBI... sobre todo a las personas trans. Nos señalan como culpables de acaparar recursos, pero ellos ni siquiera conocen las leyes o se han informado del desastre que es ser mujer y más mujer trans en este país o cualquier otro. Ni siquiera han pensado que un hombre no es un pene y por ende existimos los hombres trans. No. Nada de eso.
Recordar el asesinato de un joven trans como era Brandon hace que podamos reflexionar en qué se ha avanzado y qué queda por ganar. Nos queda mucho. Estamos luchando por una Ley Trans Estatal.
¿Y tú? ¿Con quién estás? ¿Con el bando de la igualdad, el respeto y la información veraz o con el bando del odio, la intransigencia y el borreguismo anclado en la desinformación?
Recordar es parte de la reparación. Quien recuerda a una víctima tiene presente que no se debe volver a caer con la misma piedra.
Esta es mi primera entrada del año, pero estoy a la espera que se ejecute una nota de prensa por lo ocurrido en Córdoba a un compañero. Al parecer le han dado un botellazo a un chico trans miembro de ATA-Sylvia Rivera y, por lo tanto, también de la Plataforma Trans. Un chico como yo, como quizá tu hermano o tu hijo... como tu vecino, como tu profesor o cualquier persona que te topas en la calle. Un chico, simplemente. Un hombre trans.
Aquí la noticia a la agresión de un compañero en Córdoba:
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Desde aquí todo mi apoyo al compañero y mi denuncia pública. No es la primera vez que tengo que leer, escuchar o saber de primera mano lo ocurrido a alguien que conozco o que conoce alguien cercano a mí. No es la primera vez que veo a una persona trans sufriendo.
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Desde aquí todo mi apoyo al compañero y mi denuncia pública. No es la primera vez que tengo que leer, escuchar o saber de primera mano lo ocurrido a alguien que conozco o que conoce alguien cercano a mí. No es la primera vez que veo a una persona trans sufriendo.
Hace poco hubo otra, ¿recuerdan? Le rompieron las gafas a un chico trans y se burlaron de él... De eso no hace más de una semana y fue en este país. Hace unos días moría una mujer trans por medio del asesinato social... Sólo estamos iniciando el año, ¿hasta cuándo? No podemos esperar más por una ley trans que nos ampare a todxs.
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