La imagen es de Sevilla en la concentración en memoria de las mujeres Trans.
Mientras unas hacen vítores a
Francisco Franco otras nos dedicamos a recordar a aquellas que ya no
están y fueron víctimas de la presión del régimen Franquista. Es
cierto que la República no fue bondadosa con las personas trans y
decidió hacernos un borrado institucional persiguiéndonos, pero
Franco recrudeció su cruzada contra la diversidad, y por lo tanto,
contra la naturaleza.
España no es el único lugar donde se
rinde memoria y homenaje a todas las personas caídas. No sólo se
hace para aquellas que murieron en distintos holocaustos y reperesión
fascista, sino también fruto de la violencia de género que golpea,
de manera especial y duramente, a las mujeres trans y que, para más
dolo de cualquier persona (cis o trans) han aumentado. También
rendimos homenaje en un grito de horror en mitad de un aplauso y
cientos de minutos de silencio por todo el mundo a aquellas que han
sido asesinadas socialmente.
Los asesinatos sociales se han
convertido desde el origen de las personas trans, es decir, desde que
el mundo es mundo en una forma difícil de asumir (para ellas y sus
familias) como escapatoria al dolor que viven ante la transfobia (la
cual a veces se ejerce incluso desde la política, pero sobre todo
actualmente en redes sociales) y el vacío de incomprensión que a
veces tienen consigo mismas por la falta de acceso a información.
Las particularidades de cada caso son
diversas. No hay una persona trans igual a otra, por ende no podemos
generalizar el dolor o la impronta que causa la sociedad (y en
ocasiones inclusive la familia) que se ejerce hacia nosotras. Hay
personas trans que en su familia son amadas, empoderadas y ayudadas
continuamente a verbalizar lo que sienten, desean y necesitan; pero
también están las familias que intentan hablar por ellas como si
fueran marionetas o simplemente las silencian, niegan y expulsan del
domicilio como un si fuesen un perro sarnoso al que nadie desea
cerca.
Las personas trans nacemos, no surgimos
de la nada. Que actualmente haya más presencia es porque muchas
personas trans estamos hartas del silencio. Incluso los casos de
hombres trans están siendo más visibles que décadas atrás cuando
yo comprendí quién era realmente. El cambio se está generando,
pero posiblemente me moriré y no veré que cualquier persona trans
sea tratada de forma natural. ¡Ojo, natural! La normalización no es
lo que buscamos, del mismo modo que tampoco queremos tolerancia o
comprensión.
Tolerar no es aceptar, comprender es
imposible porque nadie puede ponerse del todo en mis zapatos (ni en
el de ninguna persona trans), y la normalización significa que no
somos “iguales” o “normales”. Somos personas biológicamente
concebidas con una genitalidad que difiere a lo común, pero la
naturaleza ha creado decenas de animales que van contra los conceptos
“habituales” o “normados”. Los caballitos de mar machos son
quienes paren, hay peces que cambian de sexo, hay leonas que les
crecen la melena, etc...
El borrado trans sigue ejerciéndose.
Pocas personas cis saben o tienen conocimiento que hoy, 20 de
Noviembre, es el Día de la Memoria Trans. Escasas son las personas
cis que se cuestionan cuáles son los pasos a dar ante un caso de
transfobia, el cual suele denominarse homofobia, o son capaces de
comprender hasta que punto la democracia no es igual para ellas que
para nosotras y, por lo tanto, tienen privilegio.
Yo tengo privilegio sobre mis hermanas
trans, del mismo modo que ellas tienen privilegios sobre sus hermanas
trans racializadas, con diversidad funcional o de otra nacionalidad
si hablamos de España. También tenemos las personas trans andaluzas
unos privilegios que no nos han llovido del cielo, sino que personas
como Mar Cambrollé, presidenta de la Plataforma Trans y de
ATA-Sylvia Rivera, ha luchado a pulso con otras personas trans
durante cuarenta años. Hay quienes nos hemos sumado buscando la
mejora de nuestras vidas y de otras personas trans, hay quienes nos
hemos quedado porque no podemos dormir por las noches pensando que
alguien ahí fuera, cualquier persona trans, está viviendo un
calvario porque sus padres, las personas superiores a ellas
institucionalmente o laboralmente, no comprenden su dolor e intentan
romper esas alas que a todas nos ofrecen cuando nacemos.
Nacemos libres de cualquier norma
puesta en marcha por personas cishetero. Si bien, el sistema espera
que seas cis, heterosexual y tengas encima una serie de necesidades
básicas que ellas comprendan. Si bien, cuando naces trans y, para
colmo, con una diversidad dentro de la sexualidad se llevan las manos
a la cabeza e intentan imponer sus criterios.
Francisco Franco no encerró en
cárceles a hombres gays y mujeres lesbianas. Las mujeres trans
existían en esa época y eran “las mariquitas”, “las locas”,
“los maricas” o “el maricón del barrio”. Los hombres trans
existían en esa época y eran “las marimacho”, “las
machirulas” o “las bolleras/tortilleras/camioneras/hombrunas”.
Hoy en día pocas cárceles tienen una
placa en homenaje a las personas trans que murieron en sus celdas,
las cuales aún buscan sus Derechos Humanos en la memoria de las que
sobrevivieron. El honocausto del franquismo, el deseo de Franco y el
vínculo con Hitler, incluso envió a personas trans a campos donde
terminaron extenuadas hasta llegar a la muerte o incineradas cuando
ya eran inservibles.
Día tras día veo como se pisotean
incluso nuestros derechos o se olvidan que otras personas lograron
destruir ciertas barreras. No se lucha igual. La juventud lo ve mucho
más fácil o acepta las migajas que les ofrecen como escapatoria. Si
bien, hay quienes siguen muriendo y los transfeminicidios disfrazados
de homofobia, de “crímenes contra travelos” o “hombres
vestidos de mujer”.
Durante años se ha gritado en busca de
una Ley Trans Estatal para que todas las personas trans en España
(sean o no inmigrantes o de cualquier raza) tengan cubiertas sus
necesidades sanitarias y documentales, se de información en aulas
(tal y como se pedía en la última Huelga Estudiantil el día 14 de
Noviembre y en la cual participé como muchas compañeras), se
visibilice los asesinatos hacia las mujeres trans y la violencia
generalizada hacia las personas trans (sean hombres, mujeres o no
binarias) así como se otorgue mayor representatividad en órganos
institucionales y en empresas por medio de bonificaciones para la
contratación de personas trans (y por ende dejar la exclusión
social en la que vive más del 80% de las personas trans). En Febrero
se pudo hacer un pequeño paso, el cual en ese momento nos pareció
enorme, pero se tambalea. Lo necesitamos con urgencia. Hay cada vez
más violencia, el autobús del odio vuelve a circular sin frenos y
marcha hacia delante... ¿No os basta? Incluso en redes sociales
somos a veces la burla, sobre todo en Carnavales cuando los hombres
cis se burlan de nuestras hermanas y también de lo que representa
una mujer en sí.
¡Ya basta! Nos llamáis violentas
cuando gritamos que estamos cansadas. ¡Ya basta! Decís que exigimos
demasiado y nos quejamos por todo. ¡Ya basta! Cuando ni siquiera se
hacen eco en los medios del día en el cual estamos hoy y sólo se le
da eco a los fascistas que visitan a su Mesías.
¡La transfobia mata y nos sigue
matando!
Últimamente me siento muy avergonzado,
cansado y deprimido al leer a jóvenes en redes sociales siendo
terroristas contra personas trans bajo un supuesto feminismo trans
excluyente (TERF). Ese feminismo no existe, no es feminismo, es
patriarcado disfrazado y es para retrógradas. Las personas avanzadas
confían en las personas diversas, aman la diversidad y la apoyan.
Las verdaderas feministas son aliadas y en el feminismo cabemos
cualquier persona (inclusive los hombres -cis o trans de cualquier
sexualidad- gracias a que rechazamos el machismo buscando una nueva
masculinidad) y no nos atrevemos a denigrar a nadie bajo ninguna
premisa.
¡Ni cis ni trans, ni una muerta más!
¡Eso espero escuchar el próximo día 23 por parte del feminismo! No
obstante, habrá algunas que no lo griten o incluso exijan que sólo
se hablen de “hembras biológicas”.
La transexualidad es natural. Acepta la
naturaleza. Ama la naturaleza. ¡Déjanos ser libres! Asume que
estamos ahí, que siempre estuvimos ahí, y que lo hayas desconocido
hasta ahora es tal vez porque el borrado trans ha ido muy bien al
sistema patriarcal.
El 20N es el Dia Internacional De La Memoria Trans, un acto de duelo por todas nuestras hermanas trans asesinadas que en lo que llevamos de 2018 son 369 transfeminicidios!!!! Acompañanos, traete una Vela!!! pic.twitter.com/ZRIRtW3Kj3— Africa (@Africatrujillo2) 17 de noviembre de 2018
Desde aquí un fuerte abrazo y un beso
a todas las personas trans en vigilia hoy, aquellas que han hecho
performance, han izado banderas o simplemente han aportado su granito
de arena en redes sociales.
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