24 de Junio de 2018.
Dispensen si me atrevo a hacer un juego
con todos ustedes. Es un juego de palabras, de consignas, que
únicamente sabrán bien las personas que hayan leído 1984 de George
Orwell. Otras personas, sin embargo, se verán con la necesidad de
apropiarse de una copia y engullirla. Habrá quienes hasta este
momento no se hayan siquiera dignado a preguntarse entre la seductora
comparativa de esta obra con el CIStema desigual, nauseabundo,
aberrante o simplemente desproporcionado que hemos vivido y aún
vivimos las personas que estamos dentro de un margen de verdadera
diversidad. No, no hablo de diversidad sexual, sino de la diversidad
de la identidad de sexo y género.
He cambiado las consignas del Partido
que eran:
LA GUERRA ES LA PAZ.
LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD.
LA IGNORANCIA ES LA FUERZA.
Por lo siguiente:
LA DESIGUALDAD ES LA IGUALDAD.
LA LIBERTAD ES LA CISNORMA.
LA IGNORANCIA ES LA FUERZA.
Pero antes os explicaré, a las
personas que no han leído la obra, que es un libro sobre la
imposición de un sistema poco, o más bien nada democrático, donde
la mente humana era lobotomizada con eslóganes. El ser humano no
vale nada. Cada persona es nada más que un número y puede ser
“vaporizada”. Ser vaporizada es un eufemismo a ponerte en un
paredón, gasearte o simplemente envenenarte para luego borrarte de
cualquier archivo. Literalmente dejas de existir a ojos del resto. Te
conviertes en sólo un sueño para aquellos que hacen doblepensar.
Doblepensar es un crimen atroz y significa simplemente pensar por uno
mismo. El protagonista de la obra se llama Winston y gracias a sus
vagos recuerdos, el sinsabor de desconocer cómo y porqué murió su
familia -padre, madre y hermana- así como el desconcierto que a
veces vive cuando tiene que modificar viejos artículos de Times para
cambiar datos insignificantes y otros demasiado importantes para
“adecuar” la historia a lo que el Gran Hermano admite como
válido. Quien piensa diferente es un enemigo del sistema y tiene que
ser eliminado. Si bien, él se arriesga. Comienza a escribir un
diario cuestionándose todo lo que tiene a su alrededor, aunque en un
primer momento cree no poder trasladar todo su pensamiento al libro
en blanco que consiguió de contrabando o “en el mercado libre”.
El protagonista vive en un supuesto
mundo ideal socialdemocrático, pero en realidad vive en una
dictadura que subsiste a base de oprimir a las clases más bajas y
convertirlos en meros muñecos muy manipulables. Supuestamente luchan contra el capitalismo, pero en realidad es lo mismo pero con otro nombre. Se les prohíbe
amar, que no tener sexo. El sexo es necesario únicamente para tener
hijos, aunque muchos advierten que pueden hacerse en laboratorio
gracias a las nuevas técnicas de reproducción. El vocabulario se
está acortando a un nuevo lenguaje mucho menos diverso, pues de ese
modo se puede acortar el pensamiento y aumentar la ignorancia. Se
acabó las distintas palabras para “bueno” y sus antónimos. Nada
de excelente, por ejemplo, pues se puede decir plusbueno y para algo
malo, que sería su antónimo, nobueno y se acabó. ¿Os recuerda
todo esto a algo? Yo os quiero guiar hacia lo que ocurre actualmente.
El CISPATRIARCADO por llamar así a
nuestro GRAN HERMANO ha pedido a la población que se base en unas
leyes impuestas, que en realidad no existen tales pero “no se toma
a bien” que no se sigan, sobre sus cuerpos, pensamientos y
lenguaje. Se ha impuesto normas y roles de género imposibles de
romper como si fueran muros de acero, se ha borrado a personas
diversas (así como a mujeres) de sus grandes proyectos y menciones
debido a sus méritos en libros, se intenta limitar el lenguaje
burlándose de personas no-binarias que usan lenguaje neutro y se
condena vehementemente a quienes exigen igualdad en las profesiones
incluso a nivel de escritura.
El borrado trans me recuerda muchísimo
a la vaporización. Se elimina por completo a las personas trans, las
cuales primeramente se las encarceló, torturó y asesinó en nuestro
país -así como en otros- y luego se nos sigue clasificando como
enfermos mentales por la OMS (es mentira que haya despatologizado,
pues el nombre que han puesto ahora es aún más aberrante) entre
tanto recorre un bus naranja lleno de odio cada lugar para
“promulgar” su “verdad” ante la “mentira” que les
ofrecemos los Winston de turno.
Alguna vez he escrito, tal y como hizo
Winston con el Gran Hermano, una frase que no puedo quitarme de mi
pequeña materia gris:
ABAJO EL CISPATRIARCADO.
ABAJO EL CISPATRIARCADO.
ABAJO EL CISPATRIARCADO.
Yo os pido que no esperemos más. La
democracia debe llegar a las personas trans, el borrado debe ser
paralizado de una vez, tenemos que quitarnos los monos de trabajo y
agitar los puños para ser realmente libres. Actualmente, incluso en
Andalucía, somos un tanto esclavos. El Cispatriarcado debe llegar a
su fin.
Hoy os pido que la HERMANDAD -tal y
como se fija en el libro al grupo de rebeldes en contra el Gran
Hermano- exista realmente y que nuestro LIBRO -al menos aquí en
España- sea La Ley Trans Estatal. Hermanos, hermanas y hermanes...
¡Tenemos que ser subversivos y arriesgarnos! ¡No podemos vivir en
un sistema opresor ni un minuto más! ¡Si caemos que al menos sea
luchando y que nuestra lucha sea un referente para los siguientes
batallones!
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