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GAY PATRIARCADO Y EL BORRADO TRANS.



Muchos pensarán que ser homosexual te hace sensible a las distintas realidades y la diversidad que se maneja en cuanto a sexualidad, género y sexo. ¡Falso! No te dejes confundir, por favor. Ser homosexual no te desvincula de ser un auténtico imbécil y cometer transfobia, transmisoginia, bifobia e incluso homofobia porque no se acepten por completo. No voy a entrar dentro de la homofobia y la bifobia. No es el tema principal de esta cuestión ni lo que más me hiere en estos momentos. Quiero entrar en la transmisoginia y la transfobia, así como un machismo exacerbado que impacta incluso hacia ellos mismos.

La mayoría de homosexuales cisgéneros que he ido conociendo me ha demostrado que carga con un machismo de manual. Admito que no son todos, ni creo que sea la mayoría, pero muchos si no son machistas con mujeres (cisgéneros y/o trans) lo son hacia personas no-binarias o ellos mismos. El imponer ciertos roles y aspectos para relacionarse, así como sentirse “más empoderados” porque tienen unas características físicas, formas de ser, gustos o prendas “distintas” a los cliché habituales provoca en mí que alce una de mis cejas y comience a analizar su discurso.

La diversidad en la sociedad es máxima y está en auge. No se puede consolidar ciertos cliché hacia un colectivo, pero tampoco hay que verlos como algo peyorativo. Que un homosexual se sienta “mucho más empoderado” porque no escucha a “divas del pop” me resulta un tanto patético. También lo es cuando recalcan que ellos no tienen porque saber de moda u odiar el fútbol. Hay hombres heterosexuales que pueden saber bastante de moda, odiar el fútbol e incluso usar estilos de peinado que suelen clasificarse como “femeninos”. Si van a comenzar a “desconstruirse” mejor que se enteren que es la desconstrucción del género, como se aplica y las connotaciones que posee.

Ellos usan estos símbolos para “desmarcarse” de lo femenino e impulsarse hacia un odio acérrimo a ejemplos anteriormente mencionados. Está bien que te moleste si alguien te insiste en que debe gustarte “X” artista porque es “Muy gay” o “Algo que escucha generalmente un homosexual”, pero es estúpido proclamarlo a los cuatro vientos y aplaudirte en el espejo porque supuestamente lo odias. ¿Quizá no lo estás odiando por moda o porque te ves presionado por el resto de “gallitos”? Actualmente cuanto más macho mucho mejor, ¿no es así? Incluso se hacen comentarios despectivos hacia personas I, Q y T cuando suben a las carrozas del orgullo. He aquí donde comienza no sólo el machismo (y un tanto de misoginia bien condimentada) sino que ya raya la transfobia.

En muchos Orgullos han anulado a las personas trans, sobre todo a las mujeres, porque a pesar que ellas iniciaron la revolución (¡Sorpresa! Fueron dos mujeres trans racializadas las que se levantaron contra la policía. Una de ella tuvo la energía suficiente como para lanzar un ladrillazo y gritar que ya estaba bien tanta injusticia) se fueron pidiendo que “se anularan” o “escondieran” mientras que sólo servían de peletón de fusilamiento (y en España lo fueron literalmente porque pasaron incluso décadas encerradas en cárceles españolas o enviadas a campos de concentración nazis) porque “daban mala imagen”. Ellos tenían que aparentar ser “hombres normales” ante la sociedad. Hombres muy masculinos que les atraen otros hombres. Tal vez por eso en otras épocas se dio el culto al cuerpo (todavía más que ahora) y se usaba el vello facial, e incluso el corporal, para mostrarse como “estandarte”.

Aún así muchos hombres homosexuales decidieron deconstruirse y usar símbolos femeninos, hacerse amigos de personas I, Q y T e incluso terminar siendo parte de la Q o la I abandonando el género masculino para abrazar otras identidades. También los hay que finalmente se dieron cuenta que ese “vacío” que sentían era el de ser una mujer, pues eso eran pero no ante la sociedad. Así que destruyeron máscaras, se pusieron las prendas que pensaba que mejor sentaban y salieron a la calle. Pero hay mucho frustrado y a estas personas las terminaron humillando durante décadas. Incluso se las denigraba porque “es demasiada pluma” y comenzó el movimiento “Anti-pluma” comúnmente llamado “Plumofobia”. ¡Y no es plumofobia, carajo! ¡Es transmisoginia, misoginia y transfobia!

Para colmo es un colectivo que parece empoderarse por el miembro viril. ¡Incluso mucho más que los hombres heterosexuales! Si no tienes un pene la mayoría te trata de forma peyorativa, así como si lo tienes y eres “un travelo/una vestida” te arrebatan tu identidad de mujer comenzando las burlas. Incluso muchos, sin creer que son ofensivos, sueltan de “Qué lástima, con el pollón que debe tener”.

Pueden ser terriblemente violentos en sus formas, gente con la que no se puede discutir o simplemente elaborar un discurso para que comprendan sus errores, porque rápidamente saltan intentando ignorar lo que dices, humillarte o simplemente esperar a estar en una manda (sí, igual que la de San Fermín) para provocarte ansiedad, golpes o cualquier otro tipo de tortura física.

El Orgullo es DIVERSIDAD y la bandera de arcoiris no es la bandera gay, es la bandera de la DIVERSIDAD. Por eso jamás entenderé como todavía hoy, en el siglo en el que estamos y en las fechas que tenemos todxs presentes después del 8M, se niegue a las mujeres (cis o trans) y a cualquier persona trans (binaria o no) así como a colectivos lésbicos o de cualquier sexualidad que no sea la gay (dentro de la homosexualidad) a ser visible en los carteles que se difunden para que las personas LGTBIQ+ se asomen a disfrutar.

Tampoco comprendo para nada como se toma a broma que el colectivo gay es violento -ya sea verbal o físicamente- con personas dentro del colectivo amparándose en “si me criticas es que eres homofóbico” (ya que asombrosamente yo soy también homosexual) porque es algo terrible. Es victimizar a la víctima y apoyarles de forma masiva. 

Por eso, en este Orgullo de Cádiz, quiero abrir veda con un teatro en el barrio del Pópulo. El teatro se realizará el 16 de Junio a las 22:00 horas. Es una obra por la visiblidad trans, sobre todo masculina, y por la ruptura de cisnormas, transfobia y desgaste que vivimos las personas trans. 




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