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Canal Sur y la transexualidad masculina.


Durante toda mi vida he pensado que uno se labra su propio destino. Hay personas que creen que la naturaleza se equivoca creando el “fenómeno transexual”. Pero no somos “fenómenos de la naturaleza” ni “errores de la naturaleza”. La naturaleza es sabia. A cada quien nos da unas características únicas, llenas de una amalgama de diversidad, que crea, aunque a primer vistazo no lo podamos apreciar correctamente, un mosaico tan hermoso como las vidrieras de las viejas catedrales e iglesias.

Hace unas noches volvió a salir el tema de la transexualidad en Canal Sur. Lo hizo en el programa GENTE MARAVILLOSA. Esta vez la invisibilizada porción de hombres transexuales quedaron a la vista, surgiendo como pequeños corchos en el mar, y mostrando que existimos. No obstante, no puedo decir que me sienta dichoso por como se trató el tema a pesar que varios se mostrasen empáticos y lógicos al decir que el chico que veían era un hombre, no una mujer con hormonas o que había desarrollado barba.

Se volvió a decir que “biológicamente nacimos mujeres”. Discrepo. Biológicamente somos hombres. Ser un hombre no es sólo tener barba, voz gruesa, testículos o unas mamas reducidas. ¡No! Ser hombre está en nuestro cerebro. Nuestro cerebro reacciona con unos estímulos, en unas zonas determinadas, de forma idéntica al de un hombre cisgénero. No diferimos en ello. Las mujeres trans y cisgéneros tienen distintas zonas, pues sus zonas son distintas a las de nuestros cerebros de hombres. Es decir, ellas reaccionan igual que las mujeres cis y nosotros igual que hombres cis.

Decir que no somos “biológicos” es un error además de pura transfobia. Yo soy biológico. Que yo sepa no provengo del futuro, no soy Robocop y tampoco Terminaitor. Ni siquiera me gusta despedirme con un “Sayonara, baby”. Aunque admito que me gustaría tener la billetera tan grande como Schwarzenegger o Weller, así como los triunfos que ambos han logrado en cartelera e incluso la forma en la cual se han desarrollado en este mundo codeándose con grandes estrellas de cine, directores y gente de toda índole. Sin embargo, no soy biónico como sus personajes y no quiero serlo.

Aunque aplaudo algo que se hizo en el programa y es poner sobre la mesa lo brutal, absurdo y amargo que es tener que soportar dos años en hormonas, más lo que tarde el maldito papeleo, para tener un DNI en regla que te haga sentir en tu salsa y que nadie te increpe, torture con preguntas o rechace. Sin embargo, se les olvidó que está la Ley Trans Andaluza en vigor y esta obliga a centros educativos, deportivos, bibliotecas, etc... a inscribir a la persona trans con el sexo que le corresponde, con el nombre que desee y dejando atrás la persona que no es. Pero voy a añadir algo: ¿Y los no-binarios? Hay personas en este mundo que son “chiques” y no chicos o chicas, ¿qué tal con elles? La Ley Trans Estatal ha pensado en elles. Hay una casilla para poner “Género neutro”. Aún no es una realidad palpable, pues sólo está inscrita, pero estoy deseando que eso suceda para celebrarlo con mis amigues.


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