En muchas ocasiones he escuchado que
hay lugares recomendables y otros “no tan recomendables” en los
recintos feriales. La feria se supone que es un lugar de ocio,
encuentro, diversión, conversación con amigos y con extraños que
se convierten -tal vez en un futuro- en una amistad próspera, de
bailar sevillanas (o cualquier otro
ritmo en las casetas más juveniles)
hasta que te duelen las extremidades, de gastar algo de dinero
ahorrado y lucir, tal vez, algo de ropa al más puro “flamencx”
con sus vuelos, volantes o sombrero cordobés. ¡Qué da igual! La
feria es un lugar donde uno debe distraerse de todos sus “males”
y disfrutar de unas horas de diversión. En el sur sabemos bien que
la fiesta es lo único que tenemos para no pensar en todos los males
que nos aquejan. ¿Y las personas trans? Todavía más. Muchas
personas trans estamos totalmente encorsetadas en una sociedad que no
nos acepta todavía a pesar que tenemos en el sur la Ley Trans
Andaluza y una ley LGTBIQ+ que nos apoya y defiende. Leyes que han
sido labor encomiable de asociaciones como ATA. Sin embargo, no es
así.
El pasado mes de Mayo, en la Feria del
Caballo de Jerez -tan popular como la de Sevilla-, se dio un caso
terrible de transfobia hacia una persona trans. Gabriel tuvo el apoyo
de toda la asociación de ATA-Sylvia Rivera y todas las personas que
participamos en dicha asociación mostramos repulsa, algo de
desasosiego y cierta preocupación. Siendo mi ciudad, conociéndola
bien, sabía que algo así iba a pasar. Ya en el pasado me han
ocurrido actos de transfobia y actualmente hay pintadas contra
transexuales y homosexuales por todo Jerez, las cuales han sido
borradas -aunque no en su mayoría- por diversos colectivos
feministas y LGTBIQ+.
Si bien, hablemos del “HOY” y
concretamente de la feria de Sevilla del 2018. Los hechos que os
narro pueden leerlo en el siguiente link, pero deseo dar desde aquí
mi apoyo lleno de solidaridad y preocupación por su estado anímico
a la chica agredida. Sí, chica agredida. Una chica trans ha sido
agredida en la caseta del PSOE. Se supone que estas casetas son menos
problemáticas -de haber algún problema- que otras de un bar o local
común. Suelen tener seguridad privada, aunque eso no hace que sea
segura al ciento por ciento. La seguridad absoluta no existe, pero
hay mayores garantías. Toda persona que ha ido a la feria sabe bien
que pueden haber discusiones, malos entendidos, machismo y violencia
hacia las mujeres. Por eso el Colectivo Amazonas propuso que mujeres
cuidaran de mujeres llevando brazaletes morados, pero inclusive así
se dan casos horrendos.
La agresión no sólo fue verbal, sino
que también fue física y tuvo hasta “baño” para la pobre
chica. Le tiraron una maceta de rebujito -bebida popular en dicha
fiesta- y le dijeron palabras que no quiero reproducir. Supongo que
estos “caballeros” por llamarlos de alguna forma elegante, pues
soy un hombre comedido y no quiero entrar en descalificativos,
creerían que estaba “sola” y que podían agredirla e irse de
rositas. La joven no sólo fue agredida por estos personajes, sino
que cuando fue identificada al poner la denuncia no tuvo el trato que
merecía como mujer. Vulnerar su identidad sexual es un acto de
transfobia. Así como todo lo ocurrido en la caseta lo es. Que nadie
ayudase también es un acto de transfobia y cobardía; sobre todo
teniendo en cuenta la caseta en la cual se encontraba.
Espero que este acto en la caseta del
PSOE abra los ojos a los dirigentes de dicho partido, así como a
todos los que son militantes, para comprender lo necesaria que es una
Ley Trans Estatal. Es cierto que tenemos la andaluza, pero la Trans
Estatal tiene medidas más contundentes contra estos actos. Todas las
leyes contra este tipo de violencia están a favor de la joven
agredida y espero que estos individuos tengan su merecido castigo.
También espero y deseo que si alguien que estuvo en la caseta me
lee, o le llega de algún modo mis palabras, quiero que sepan que me
parecen seres humanos de lo más despreciable. Y no, ella no está
sola. Ella tiene gente que la apoya y que ha salido a defenderla para
que este caso no caiga en el olvido de un día más en la feria...
ATA ha movido ficha y hará que se sepa bien que actos así no son
puntuales, que ocurren a diario y que no se deben tolerar. Ya basta
de violencia hacia las personas trans, sobre todo hacia las mujeres
trans que son las más vulnerables frente a la opinión pública.
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