Hace unos meses, en la III Jornadas
Trans de Andalucía, Erik García Presidente de Visión Trans y
ponente hablaba a todos de lo inoportuna, o más bien oportuna,
manipulación de la política, los medios de comunicación y los
colectivos LGTBIQ+ que borraban a activistas y víctimas trans para
manipular la información a conveniencia. De ese modo salían ellos
favorecidos y nosotras las personas trans perjudicadas por completo,
borradas o convertidas en vasallos de las élites. Mar Cambrollé
apostilló más tarde, ese mismo día, que no sólo había un borrado
trans sino que se nos usaba como esclavos en las calderas llevando un
barco. Nosotras, las personas trans y no-binarias, éramos sin lugar
a dudas, pese a quien le pesase, el músculo que trabajaba en las
galeras o calderas echando carbón y ellos iban en primera clase. En
ese discurso comprometido con todas las identidades, expresiones de
género y sexualidades -muy a pesar que muchos homosexuales
cisgéneros nos han destrozado desde su punto de vista patriarcal y
cisnormativo- exigía que la política se girase, dejase de usurpar
nuestras voces y comprendiese que el megáfono estaba en nuestras
gargantas.
Desde entonces he estado dando más y
más discursos similares, pero no iguales. Ni yo soy Erik, ni soy
Mar, sino que soy Ángel y puedo ser el demonio más perjudicial que
te eches en cara en cuanto a discursos cisnormativos, borrado trans,
periodistas que nos usan como monos de feria o problemática diversa
que tengamos en el colectivo en la provincia de Cádiz. Si ya de por
si era una china en el zapato de muchxs, ahora me he convertido en el
peñón de Gibraltar en la sandalia de verano de una gran mayoría.
Me han denunciado el Facebook, han intentado hundirme en Twitter y
hostigado en otras redes sociales; pero no me van a callar porque
traigo noticias para todos con el deseo de hacer constatar lo que
ocurre cuando tocas los privilegios del patriarcado cisgénero -sea
homosexual o no- en este maldito país de pandereta.
Ya hablé hace poco con referencia al
8M de lo ocurrido con las TERF y el borrado en ciertas circunstancias
cuando no querían incluir a mujeres trans, así como personas
no-binarias u hombres -trans o cis-, en sus batallas. Incluso hablé
de lo violentas que pueden ser estas “feministas” intentando
borrar el problema de la transfobia y transmisoginia que viven muchas
de mis compañeras.
Retomando este borrado, así como una
vieja noticia que di hace tiempo sobre la importancia de dar
reconocimiento a las compañeras encarceladas durante el franquismo,
quiero hacer partícipe a todos de la importancia que tiene este
acontecimiento ocurrido en Huelva.
Los homosexuales cisgéneros siempre
han contado a las mujeres trans asesinadas, violadas, golpeadas,
humilladas y encarceladas durante el franquismo como compañeros
homosexuales ninguneando así su verdadera identidad, borrando su
verdadero problema ante la sociedad y provocando que la
transexualidad no quede visible en una etapa oscura, violenta y
extremadamente cruel para las mujeres -cis o trans- que eran tratadas
como objetos, mulos de carga o simplemente sacos de boxeo donde
descargar la ira y el desánimo de las tropas y mercenarios
franquistas así como “hombres de bien”.
Desde ATA-Sylvia Rivera se propuso
paliar esta denigrante falta de respeto e injusticia histórica hacia
las compañeras que murieron en las cárceles, así como las que
salieron destruidas aunque “vivas”, con una placa conmemorativa.
En Huelva, hoy 6 de Abril del 2018, se ha logrado este hito histórico
colocando una placa que ha sido redactada por puño y letra de Mar
Cambrollé y descubierto por ella misma. Este acto visibiliza el
sufrimiento, así como el tesón de muchas personas trans. Es un día
para celebrar y recordar.
Nota de prensa:
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