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Elagabalus y Petronia: Transexualidad en la Antigua Roma




Si hoy en día es difícil ser una persona trans imaginad como sería en otras épocas. No hablo ya de la transexualidad durante el franquismo, la II República Española o precedentes medievales. Estoy hablando de los primeros casos de transexualidad e intersexualidad que puedan ser constatados.

Elagabalus nació en Siria y fue “emperador romano” de la dinastía Severa. He puesto entrecomillado su cargo porque realmente era una mujer transexual. Su nombre de nacimiento era Vario Avito Basiano y tomó el nombre del dios al que sirvió como sacerdote. Sin embargo, tal como he dicho, no era un varón sino una mujer.

Durante un tiempo se paseó por el palacio pidiendo a médicos y cualquiera que lo escuchase el poder conseguir un favor, casi divino e imposible, de convertirse en lo que realmente era. Las cisnormas eran habituales en esa época, mucho más pesadas que actualmente, y se sentía en una prisión en su propio cuerpo cuando realmente ya era lo que tanto ansiaba. Aún así lo buscó hasta su muerte y fue ese motivo el que llevó a sus asesinos a destruirlos junto a todos los que le seguían. Murió muy joven, casi sin poder dejar huella en la historia, pero es uno de los primeros casos de transexualidad que se han podido escribir de forma histórica.

No lo sé a ciencia cierta, pues no me he comunicado con la autora Anne Rice, pero desde hace algunos años -por no decir más de una década- existe un personaje intersexual y de género no-binario en una de las novelas que yo he usado como sustento para sobrellevar mi niñez, adolescencia y posteriormente juventud. El personaje en cuestión se llama Petronia. Este personaje se acerca a las fechas en las que esta emperatriz romana existió.

Petronia tiene una historia algo difícil, no muy detallada en el libro “Blackwood Farm” o “El Santuario” -dependiendo si buscas el título americano o el español-, pero sin lugar a dudas te deja pensando y comprendes más o menos como de dura debía ser “la maldición” de ser tanto hombre como mujer y la genitalización que sufrían -y aún sufrimos- personas trans e intersexuales. El genital es simplemente un órgano de placer su sexo lo confiere la persona que lo porta, pero para la sociedad -incluso hoy en día- es habitual hablar de “genital femenino” y “genital masculino” para referirse a la vulva o el pene. Esto es inadecuado dicho ya por expertos biólogos y neurocientíficos, pero la biología de la calle es así de aberrante y el sistema político no obliga a mejorar la calidad de los libros que llegan a la escuelas. Supongo que la cisnormatividad, los privilegios que esta da y el nulo acercamiento con la sociedad de estos dirigentes provoca que no hagan nada por revertirlo y ofrecer información. Incluso aquí, en Andalucía, que es obligatorio que comiencen a darse charlas e información aún hoy en día nos encontramos con problemas que tenemos que solventar y una educación escasa, un lenguaje periodístico transfóbico y una formación escasa para los profesores de alumnos trans. La Ley Trans de Andalucía del 2014 está haciendo grandes avances, pero todavía quedan flecos que se mejorará cuando la Ley Trans Estatal sea un hecho y no sólo esté inscrita en las cortes.

Volviendo de nuevo al personaje nos habla de una esclava romana que es usada para el circo como si fuese un monstruo y luego vendida para el morbo de la prostitución. Arion, un esclavo liberado y vampiro de raza negra que provenía de la India pero que desconocía sus orígenes, se enamoró profundamente de su alma provocando que adquiriese a Petronia, le diese un oficio como orfebre y ella decidiese ser mujer para él, pero hombre durante los tratos de negocios. Usa su dualidad con un tanto de cisnormas, pues la autora no es una experta ya que no es tran y también debe mostrar la realidad en la cual nos movemos, para desarrollar una personalidad aparentemente cruel, fría y frívola que se rompe en mil pedazos mostrando vulnerabilidad, deseos de ser una persona amada y que confía sus lágrimas al joven que finalmente le da el “Don Oscuro”.

Anne Rice en la mayoría de sus personajes muestra una ruptura de géneros, sexo y sexualidad dando a personajes muy diversos. Algunos parecen haberse desprendido del todo de la presión del patriarcado como sucede con Gabrielle de Lioncourt, pero otros aparecen subyugados o siguiendo una estela machista que sólo se puede comprender si recuerdas la época en la cual nacieron, la educación recibida y el desarrollo que ha tenido en la sociedad vampírica como humana.

Vampiros, brujas, fantasmas, estudiosos de lo paranormal, Taltos y otras criaturas aparecen en Crónicas Vampíricas. No obstante he querido poner el foco en este personaje porque me parece importante para la comunidad trans y no-binarios.

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