Hace mucho tiempo que vemos en obras de
teatro, televisión y cine mujeres trans. Bueno, mujeres trans no.
Vemos prototipos de mujeres trans. Normalmente son personajes
cisnormativos, poco empoderados, llenos de un pasado oscuro y
deprimente que logran que muchxs saquen el pañuelo y se suenen los
mocos. Los mismos que luego apoyan que las mujeres trans “han
nacido como hombres” o exigen que no estén usando el aseo
femenino, pues “tienen pene y son posibles agresoras”.
Recientemente hemos disfrutado de la
gran marea trans en el cine y la televisión. En muchas series han
aparecido mujeres trans, aunque también hombres trans. Nosotros, los
hombres, en menor proporción pero no se puede negar que incluso
salimos favorecidos. ¿El motivo? Tal vez por L Word lo digo. Max
Sweeney incluso rompió cisnormas porque quedó embarazado y tenía
una sexualidad diferente al prototipo heterosexual o heteronormativo.
Ilene Chaiken tuvo un acierto, aunque cometió errores mayúsculos.
Sin embargo, esos errores se pueden dejar pasar y asumir que Max es
un personaje fuera de lo común, de lo que nos solemos encontrar en
películas donde ansiamos ser el gallo del corral. Ellas no tienen
tanta versatilidad ni suerte. Todas lucen taconazos, mucho maquillaje e
intentan afrontar el duro mundo que las espera. No todas usan
maquillaje, no todas usan taconazos, no todas usan vestidos y no
todas fueron artistas o comprometidas con el mundo de la moda. Admito
que el único personaje trans femenino que posee ciertos clichés y
he amado se llama: Bernadette y aparece en Priscilla Reina del
Desierto.
Sin embargo, ¿no ha llovido
suficientemente? ¿No se han empoderado muchas mujeres trans? ¿Acaso
no hay actrices trans? ¿Qué pasa? ¿Todas tienen que ser trans
estilo Almodovar o La Chica Danesa? Los personajes deben evolucionar.
Es cierto que Lili Elbe es una mujer trans real, que se basa en su
biografía y que vivió una etapa muy adherida a la cisnormatividad.
No obstante, ¿por qué no lo protagonizó una actriz trans? Admito
que su actor me pareció brillante, pero ¿no había mujeres trans
que pudieran encumbrarse? Se ha demostrado que sí.
Daniela Vega a roto el discurso de
muchos directores sobre que no podría ser posible. Además, su
historia no está tan regida por la cisnormatividad, tan machista y
asfixiante para la mujer trans. Hay muchas más. No sólo en pequeños
teatros o series de televisión, sino que las hay en territorio
Hollywood y nadie les da una oportunidad.
Háganlo. No sólo con nuestras
compañeras, sino también con nuestros compañeros. Hagan el maldito
favor de dar más diversidad al cine, pues ya que quieren escribir
historias que sean creíbles... ¡Usen actores creíbles! A nadie se
le ocurriría contratar a un hombre blanco para hacer de negro.
Bueno... salvo a los genios que contratan a los reyes de las
cabalgatas.
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