Felicidades, Cassandra, porque el Supremo ha demostrado tener algo de raciocinio dentro de la locura de juzgar e imponer una sentencia aberrante para unos chistes hacia Carrero Blanco. Es deleznable que en estos tiempos se pueda condenar a una persona por unos chistes hacia la muerte -aunque fuese por parte de ETA- de alguien que mandó a las cunetas a muchas personas por su ideología, sexualidad, identidad, etc.
Carrero Blanco no era una blanca paloma y terminó muerto a manos de ETA militar. Se han hecho poemas, canciones, chascarrillos de todo tipo e imágenes editadas desde que PS se hizo una herramienta más en cada ordenador. Sin embargo, se requería a alguien para ponerlo frente al pueblo y que fuese el nuevo Jesucristo frente a Barrabás. Claro, Barrabás eran los casos de impunidad de muchas personas vinculadas a tramas de corrupción del PP... ¿y de quienes son amigos muchos jueces? Se necesitaba un chivo expiatorio y le tocó a ella. Sobre todo, una persona trans para demostrar que somos monstruos, pero lamentablemente somos lxs hijxs de las brujas que no pudieron quemar. Y esta bruja de twitter ha hecho magia movilizando a miles de personas en busca de la libertad de expresión.
A las personas trans se nos humilla continuamente en redes sociales. A ella misma le ha tocado ser felicitada el día de San Ramón, el deadname -o nombre que aún aparecía en su DNI-, así como imágenes editadas en grupos TERF, etc... Para ellos no ha habido sentencia, ni se les ha juzgado, ni penalizado y abogan a la libertad de expresión. Del mismo modo que Cifuentes, con la cual tuvo también sus chistes y palabras de rabia, ha soltado sus transfobadas de turno. ¡Y nadie le ha dicho nada! ¡No hay sentencias! Todos siguen riéndose y haciendo daño a alguien que hizo unos chistes hace años, unos que todos sabemos y que muchos hemos incluso compartido.
Pero claro... gente como los “periodistas” de Periodista Digital, El Mundo, etc... han decidido apalearla a pesar de tener una absolución. Ella ha logrado estar libre de una condena penal, pero ¿y la social? ¿Quién se hace responsable de los insultos, calumnias y restantes abusos que se están haciendo hacia su persona? De momento, nadie. Tal vez por eso El Mundo sacó la transfobada hace unos días -la cual hablé en entradas anteriores- porque temen que sus asquerosos comentarios tengan condena.
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