Ir al contenido principal

Sailor Star Lights - Personajes Trans en el manga/anime


(Fanart linkado desde Google)

Siempre he dicho que los personajes trans, no-binarios o que transgreden las normas sociales impuestas para el sexo, el género e incluso la sexualidad están ahí y muchos no se percatan porque ni siquiera se fijan en ellos o no recapacitan. Últimamente veo a muchos meapilas echarse las manos a la cabeza porque piden que Elsa, la princesa de Frozen de Disney, tenga una novia y no el típico chico que la enamore. Las mujeres se están empoderando incluso en una franquicia que siempre las ha visto como las mujeres que friegan, planchan, aguardan a su príncipe azul y dicen que sí a todo lo que su hombre desee. Desde la ruptura de normas de Mulán ha llovido muchísimo, pero no es de ella de quien quiero iniciar a hablar sobre personajes de animación. Ya hablé del personaje Hades del manga Olympus, pero quiero hablar hoy de alguien que en su día me hizo percatarme sobre la transexualidad. 

Tendría doce años y ya estaba bastante frustrado con el mundo en general, por eso me hundía en la lectura y en series de animación japonesa. Amaba los dibujos clásicos, pero desde mi más tierna infancia tuve vínculos con Asia y sus personajes como lo son series que hoy en día, si las revisamos bien, son un catálogo de machismo, sexismo y malas conductas. Aún así los niños saben discernir lo suficiente entre el bien y el mal, al menos lo de mi generación, y por mucho que viese “Chicho Terremoto” jamás he levantado las faldas a una mujer o tratado a una como un objeto; pero claro no puedo hablar por todos. Desconozco el vínculo de la “machirulada” de algunos con respecto a estos dibujos... No soy antropólogo ni sociólogo... Así que diremos que la animación, el manga, la literatura “dura” (porque me gustaban autores para adultos y no para niños) así como escribir, bocetear y escuchar música eran mi reino, mi poder, mi rincón... “Yo” y nadie más. Como venía diciendo tenía doce cuando conocí a ese personaje que me hizo cambiar el chip y percatarme que tal vez me sucedía algo similar... 

Todos conocemos la serie de animación, así como el manga, Sailor Moon. ¡Por Dios, si es un clásico! No importa como llaméis a la protagonista, ya que tiene distintos nombres según el país donde se haya doblado o si se sigue el nombre original, y tampoco a los ataques que ella y sus compañeras hacían. Eran chicas muy diferentes, pero con cánones muy marcados, siendo algo así como las Spice Girl de las guerreras intergalácticas. Representaban cada una a un planeta y protegían la Tierra de aliens y cualquier desastre. Eran algo así como los Power Rangers sin esos efectos tan malos que tenía la serie, de dibujos animados y todas mujeres. No vamos a entrar en lo sexista que era la ropa, por favor, y tampoco en lo cursi que podían ser algunos diálogos o lo agresiva que era “Marte”. No vamos a entrar en esos aspectos. Entremos más bien en la tercera temporada de Sailor Moon cuando “Las Star Light” aparecen en acción. Hay diferencias entre el manga y el anime en cuanto a la relación con las chicas, pero vayamos más a lo que eran estas “guerreras”.

Sus nombres eran Seiya, Taiki y Yaten. En cambio, como las Sailor Starlights, se llaman Sailor Star Fighter -Guerrera luchadora-, Sailor Star Maker -Guerrera curadora- y Sailor Star Healer -Guerrera curadora-, respectivamente. Físicamente como humanas eran hombres y cantantes, físicamente como guerreras eran mujeres con trajes negros de látex bastante sexys -estilo Cat Woman pero más cortos- y tenían unos ataques bastante fuertes. El vocalista principal era Seiya y me fijé en él porque me su forma de ser era ingeniosa, tenía un humor ácido bastante potente y comenzó a enamorarse de Bunny/Selena o Guerrero Luna. ¡Diré! Diré que en el manga no es así, pero digamos que el fandom Selena x Seiya es bastante potente y hay muchas chicas que suspiran por Seiya en su apariencia masculina como femenina. 

En uno de los capítulos se ve claramente que tienen un cuerpo 100% masculino cuando son hombres, pues incluso Seiya termina cubierto de tarta, por accidente, en casa de Bunny y se tiene que duchar. Llegan las chicas, sale él con una toalla y se ve que su torso es el de un hombre cis al 100%. Sin embargo, cuando se transforma tiene pechos y unas curvas que más quisieran algunas. 

Cuando vi la primera vez su transformación me quedé clavado. Pensé rápidamente “Ojalá fuese así de fácil ser un hombre o una mujer... más allá de lo que tú sientes... ¡Qué fácil sería!” Yo ya sabía que era un hombre, pero recientemente me había bajado la menstruación y mis pechos crecían, dolían y eran cada vez más difíciles de ocultar. Cierta tarde, tras una de las emisiones, pregunté a mi abuelo algo similar a lo siguiente: “¿No crees que sería genial ser quién deseas ser sin que nadie te juzgue? Ser un hombre con sólo una barita mágica o uno de esos aparatos que tienen las Sailor”. Él no me respondió nada al respecto, sólo me dio la merienda y se sentó a mi lado viendo el siguiente capítulo. Al día siguiente me regaló una libreta, otra más, para que escribiese todas mis inquietudes y lo dejó ahí.

Supongo que él no sabía explicar nada, que tenía tanto miedo como cualquier padre o madre cuando le vienen con esas sus hijos e hijas, porque según mi madre me confirmó que tenía miedo a que fuese como cierta “vecina” (que en realidad era un hombre trans que jamás quiso salir del todo del armario por miedo) y que por eso no deseaba darme más sufrimiento ni más ideas raras. Aún así siempre me decía reglas para ser un hombre de verdad:

“Nunca grites a quien quieres. Un hombre de verdad no amenaza, no insulta, no agrede... Intenta escuchar.”
“Dile siempre a tu madre y a tu abuela siempre que las quieres.”
“Nunca robes. Un hombre va por derecho.”
“Se educado. Si tienes sombrero o gorra quítatelo y saluda.”

Así constantemente. También estaba lo de “cede el asiento a cualquier persona si la ves cansada, pero sobre todo a mayores.” Decálogo de ser buena persona, pero él siempre añadía “Si quieres ser un hombre de verdad...” o “Un hombre de verdad...” Supongo que lo sabía, pero tenía miedo a aceptarlo o decírmelo. 

Perdí a mi abuelo cuando tenía 16 y en secreto había escrito muchas cosas en esa libreta, la cual nunca dejé que nadie ojeara. En ella escribí todo lo que sufría en el colegio e instituto porque yo quería ser “un hombre de verdad” más allá de mis rasgos y soñaba con tener ese transformador mágico que me hiciese a ojos de todos lo que yo ya sabía que era. 

Yo sí he tomado hormonas porque tras pasar años negándomelas, decidiendo que me debía aceptar tal como era más allá de tener ese “gusanillo” de como sería tener barba, una voz más gruesa o un aspecto más “masculino” según cánones... Finalmente, por decisión propia y tras mucho meditarlo, lo hice y con casi 27 tomé mi primera dosis. Si bien, en secreto hice un cosplay de Seiya cuando tenía el pelo igual de largo que él, con ropa prestada y no tengo fotografías porque las perdí... Juro que fue uno de los días más felices de mi jodida existencia el verme así. Me juré ese día que sería como Seiya, que tendría mi apariencia masculina y sería un guerrero para evitar que me esclavizaran en sus normas, en sus mierdas de insultos y golpes. Iría por encima de todxs los que me habían hecho daño, pero sin venganza. Mi única venganza es ser feliz y no detenerme jamás. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Daniel era Carla

Toda persona tiene en su genética un gen llamado “ el gen de la maruja ”. Al menos, así lo afirmo y así me lo demuestran los años, las personas de mi entorno y el resto de la sociedad. He podido comprobar como los bulos se hacen cada vez mayores y todos los años hay uno o dos bastante sonados. El primero que recuerdo, a pesar de ser tan sólo un niño de unos ocho o nueve años, fue el del programa “Sorpresa, Sorpresa” y era sobre un perro que hacía un oral a una joven que iba a ser sorprendida por el famoso cantante Ricky Martin, el cual aún ni había salido literalmente del armario. Otro que recuerdo con bastante exactitud fue cuando dieron por muerta a Carmen Sevilla, la cual está aquejada de una horrible enfermedad que está borrando su memoria, o cuando se afirmaban ciertos hechos políticos Podemos vinculándolos con Venezuela. Todo esto lo he visto día tras día, mes tras mes y he crecido con ello. Personalmente soy muy crítico. Siempre he considerado que necesito varias f...

“Cisfobia” el contraargumento de la transfobia.

Ocasionalmente, por no decir que es algo continuado y prolongado en el tiempo, tengo algún que otro enfrentamiento en redes sociales. Creo que todo comenzó desde que me hice mi primera cuenta online en Hotmail. Desde que tengo correo electrónico y un perfil en una red social, desde foros pasando por Blogger u otros medios como Facebook o Twitter, me estoy topando con personas que son contrarias a mis ideas. No me importa dialogar y dar argumentos a tus “batallitas” de personas cisgéneros que “intentan” dilapidar mi camino y poner trabas a mi libertad tanto de emanciparme de su discurso como de desvincularme de cualquier otro, pues como persona individual, con una serie de años y vivencias a mis espaldas, tengo mi propio discurso debido a mis propias experiencias que pueden ser similares, pero jamás iguales, a mis compañeros. Es posible que me aplasten los mismos problemas, pero los encajo de forma distinta y es porque he logrado tener información veraz y de primera mano, luchado ...

TRANS posible palabra del año.

“Trans” es más que una palabra, es un símbolo de lucha, guerra contra el CIStema, empoderamiento, verdad, honor, orgullo, determinación, honradez, valentía y, sobre todo, de dolor. Dolor porque el CIStema sigue apretando las tuercas al cerebro que determina nuestro verdadero sexo biológico. Eso de “sexo sentido” ya me parece insuficiente. Biológicamente somos hombres y mujeres, no es algo que tú simplemente sientas. Muchos tratan de usar nuestros genitales llamándolos “masculinos” o “femeninos” provocando cierta controversia, dolor, pérdida de identidad y refuerzo de su poder contra nosotros. Pero hay muchos ahí fuera, porque somos más de los que realmente dicen las estadísticas, que clamamos no ser sexualizados ni señalados CIStemáticamente por el órgano por el cual nos reproducimos, tenemos relaciones sexuales o simplemente damos rienda suelta a nuestras necesidades biológicas más primarias. Un pene o una vulva no son símbolo de un sexo, ni un género y ni mucho menos debería...