Patrulla Transfóbica

No hay nada más complicado ni complejo que hablar sobre la problemática que aquí les vengo a presentar. Posiblemente ya hayan leído una entrada anterior en mi blog llamada “El lobo vestido de cordero” donde explicaba a grandes rasgos qué era una TERF y como se comportaba habitualmente en redes sociales, el lugar donde suelen generar odio y miedo hacia sus víctimas más comunes: mujeres trans.

Permitan que inicie el recorrido recordando qué es TERF (TransExclusionary Radical Feminists) y prosiga con sus consignas, ideas y la verdad, que a mi parecer, hay tras ellas así como sus últimos ataques mediáticos buscando seguir ostentando el poder sobre sus víctimas que somos las personas trans (seamos o no binarias) así como sus familiares, amigos y sociedad en general que apoye la transexualidad. Este movimiento se inició para excluir a las personas trans de la vida social, cultural, sanitaria, educativa y, en definitiva, generar otro “Borrado trans” similar al que ocurrió antes, durante y después de la II República así como en el Franquismo y aún se perpetua. 

Ellas nos llaman “Fenómeno Frankestein” y nosotros a ellas les respondemos con una sonrisa, un aplauso y luego la consigna de “Nosotros nos empoderamos por el cerebro, no por un genital”. Porque esa es básicamente la clave: los genitales. 

Basan el discurso transfóbico y transmisógino hacia mujeres trans porque poseen un pene. Para ellas hay que genitalizar a los seres humanos como si fueran sexadores de pollos. Son iguales que ellos. Se sientan en un rincón y empiezan a levantar las faldas para comprobar que “son auténticas mujeres” cuando hay una vagina. Porque la autenticidad la basa en patrones biológicos que ya han sido descatalogados por la biología moderna y son irrisorios, además de profundamente errados y transfóbicos. 

Si Ben Barres levantase la cabeza volvería a morirse, pues este científico trans estudió el sexismo que vivió antes de mostrarse ante el mundo como quien realmente era: un hombre. El mismo que comentó con contundencia que cuando desconocían el hecho de ser trans, un hombre trans común y corriente, lo trataban como a un colega pero que la cosa cambiaba cuando sabían la verdad. Él estudió el cerebro y demostró que existen distintas funciones para las mismas capacidades. Así como escribió en Nature "De lejos, la principal diferencia que he notado es que las personas que no saben que soy transexual me tratan con mucho más respeto" “Incluso puedo completar una oración completa sin ser interrumpido por un hombre". Alguien que hizo tanto por el feminismo para demostrar la desigualdad, el machismo implícito en la sociedad, para estas mujeres no es un hombre sino un “Moderno Prometeo” o, a lo sumo, “Bollera reprimida” y sus compañeras trans, por las cuales también luchó, “Posibles violadoras”.

Algunos, los más amables en este mundo, han escrito que es un movimiento mezquino. Muchas mujeres cisgéneros y feministas auténticas ven indignadas como estas otras arrancan sus cuerdas vocales, hunden miserablemente el feminismo y provocan que la ciudadanía las mire con lupa creyendo que todas son unas TERF que van a destruir a sus hijos, sobrinos, vecinos, amigos, parejas o a ellos mismos... Niegan nuestro verdadero sexo, nos niegan atenciones médicas, nos niegan poder expresar un género distinto al sexo que nosotros decidimos que es el correcto y se burlan porque no podemos definir qué es ser mujer o qué es ser hombre.

Ser mujer es algo más que una vagina, ovarios, pechos, cadera, peinados estereotipados, laca de uñas, pintalabios, pestañas postizas, tacones, faldas, corsé y todo lo que una mujer puede ser en el canon femenino. Una mujer es un cúmulo de sensaciones y sentimientos que para nada puede ofrecerlo un genital, sino un cerebro. 

Kara Dansky, una feminista “radical” -una TERF- que lidera Women’s Liberation Front, ha comunicado, orgullosa y “empoderada”, que se han unido a los ultraconservadores cristianos para luchar contra las protecciones a las mujeres trans. ¡Sí, a los ultraconservadores! Para ellas una mujer es lo “estrictamente biológico” y eso es una vulva, senos, ovarios y capacidad reproductora. ¡Nada más! No caben otras. Por eso tanto ultraconservadores como ellas se han unido para impedir la entrada de mujeres trans a los lavabos femeninos, porque como ya dije arriba las TERF consideran a las mujeres trans “posibles violadores” o “violadores potenciales”. (Link noticia)

Por supuesto, la “feminista” de Dansky no se pudo quedar tan sólo con ese lema transfóbico, sino que tuvo que soltar su golpe de efecto también hacia los hombres trans con la siguiente frase “ya no se nos permite hablar de mujeres embarazadas, sino que hay que decir personas embarazadas”. ¡Sorpresa! Muchos hombres trans, como dije en otra entrada anterior en mi blog llamada “Transexualidad masculina, el gran misterio de los cisgéneros”, deciden tener hijos antes o durante su tratamiento de hormonas. Por supuesto, se suele parar el tratamiento unos seis meses antes de comenzar con el proceso para concebir. Nos quieren sacudir con la biología, pero luego odian que la “biología” nos permitan ser padres de una forma no convencional, aunque es tan natural como cualquier otra. 

Para ellas si un hombre trans decide parir o una mujer trans decide gritarlo a los cuatro vientos lo ven como un ataque a su feminidad. ¿Dónde quedó la consigna “Mi cuerpo, mis normas” o “Yo paro, yo decido”? Creo que en la iglesia, donde van todos los días a rezar con sus madres y padres ultracatólicos. Aunque también podría ser que la dejaron aparcada cuando entraron a formar parte de las admiradoras de Trump, pues no olvidemos que Trump nos quiere fuera de su ejército -aunque no se lo han permitido- y nos ha vetado en el sistema sanitario prohibiéndonos en los informes. (Link noticia)

En este país miserable, donde se nos ha borrado y usado por el Lobby Gay, existe una mujer trans que conozco a la perfección. Ella formó parte del Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria y fue además una de sus fundadoras. Desde hace cuarenta años planta cara a la discriminación y exige la libre determinación del género o la libertad sexual. Es decir, consignas muy feministas que todo el mundo debería tener presente y comprender, así como asumir. 

Esta mujer tiene un libro que se llama “Una mujer de verdad” que deberían leer algunas TERF para comprender hasta que punto ha sufrido de machismo, sexismo, transfobia y todo tipo de violencia. Yo aún no he podido leerlo por completo, pero sí he podido sentarme a su lado, hablar con ella por teléfono y compartir incluso mesa. Puedo decir con orgullo que conozco bien su trayectoria y sé de lo que es capaz. Ella es Mar Cambrollé.

En 2009 Mar decidió recuperar los movimientos revolucionarios, el empoderamiento más allá de los límites habituales, y conseguir una libertad real para las personas en todo el país. Busca la verdadera igualdad, dignidad, respeto y derechos que todos poseen y que las personas trans todavía carecemos. Fue entonces cando comenzó desde ATA atacando contra cualquier imposición y transfobia, la cual fue creada en el 2007, con otro grupo de mujeres trans que aún hoy siguen en sus filas, las cuales cada vez son más numerosas y hay hombres trans como lo soy yo. Porque, como suelo decir, queda muy bien decir que somos personas LGTBI hasta que la T sólo se usa para sacar provecho de nuestro sufrimiento y mercadear con subvenciones que luego no se invierte en personas trans. ATA-Sylvia Rivera logró en 2014 que la Ley Trans Andaluza fuese una realidad, aunque aún cojea y a veces no se sigue del todo lo que se demandó. Aún así ella está ahí, a una llamada de teléfono en ATA, para hacer que se cumpla la ley y los demás parámetros que ha dado para sanidad, educación y cualquier ámbito social en el cual nos desarrollamos las personas trans de cualquier edad, género y sexualidad. 

Como ciudadana tiene su opinión en numerosos temas del mismo modo que los tengo yo, tu vecino del quinto o tu amigo Manuel. Todo ciudadano tiene su opinión que puede ser más correcta o menos, más acertada o menos, pero la posee. Mientras no invada los derechos de otras personas, denigre o sea delito ¿por qué no puede dar su opinión? Ella puede tener opiniones diversas a las tuyas, como por ejemplo podría decir que ser vegano lo ve correcto pero no para ella o que los zapatos que usas no son del todo de su agrado, pues no parecen cómodos o a ella le molestaría de tener un juanete. Si bien, sus opiniones son miradas con lupa por “Humor RadFem” y sus compañeras “Patrulla Feminista” que ha generado unos memes transfóbicos donde se burlan de mujeres trans no-binarias, mujeres trans activistas y todo tipo de persona trans que se les cruce. De hecho, las conozco muy bien porque a mí me han agredido en twitter por decir que los hombres trans parimos, por lo tanto son personas las afectadas por los vientres subrogados y no sólo mujeres cisgéneros. Y, es precisamente en este tema, donde la atacan con mayor dureza. 

Llamar vientre de alquiler a colaborar de forma altruista, sin dinero de por medio y muchas veces hacia un familiar o amigo, en la posibilidad de tener un hijo ¿es correcto? Para Mar, como para muchos, no. Porque no hay dinero de por medio, por lo tanto no es comerciar. Conozco casos de mujeres que han concebido a sus nietos porque sus hijas no podían, también hermanas que lo han hecho por sus hermanos gays o incluso tías hacia sobrinos o sobrinas. ¿Qué hay de malo que un familiar te ayude y preste este favor tan enorme? Ninguno. Sobre todo porque no cobran. Si esto estuviese reglado habría menos problemas, ¿no es así? No puedes decidir por otra persona sobre su cuerpo, porque ¿dónde queda nuevamente “Yo paro, yo decido” o “Mi cuerpo, mis normas”? En el sumidero. 

Como dije anteriormente esta es la opinión de una mujer, de una ciudadana, y no de una activista por la gestación subrogada. Es una mujer como probablemente lo eres tú, como tu madre o como cualquier otra que ves caminando por la calle. Es una mujer cualquiera. Sin embargo, es agredida y usada en un panfleto lleno de odio.

Del mismo modo que Mar siempre dice que mientras no existan mafias de por medio y una mujer decida prostituirse, porque el mercado laboral es un desastre o porque realmente le parece correcto, ¿por qué iba a decirle que no lo hiciese? ¿Por qué iba a prohibírselo? Así que díganme ustedes a mí “Patrulla feminista” ¿Sabían que es difamación lo que hacen ante una ciudadana que es libre de dar su opinión hacia la prostitución libre? Eso no es trata de blancas. Les recuerdo que mayor trata de blancas y esclavitud se hace en el Mercadona, Hipercor o cualquier bar de poca monta donde se trata de forma sexista, desigual de forma salarial y no se permite a la mujer conciliar su vida familiar con el trabajo. ¡Luchen por eso y dejen de atacar a otras mujeres! ¿No les da vergüenza?

Por última, os tengo que recordar que un coño no tiene neuronas y por lo tanto empoderarse por el coño es igual que cuando un machista suelta “Por mis cojones” o “Viva mi polla” que tanto ustedes odian. Llamadme cospiranóico, pero viendo a Dansky siento que vosotras sois el caballo de Troya de las auténticas feministas. Vosotras, con el mensaje de la ultraderecha, queréis que muchas chicas jóvenes, que no entienden bien el mundo, sean manipuladas a su beneficio. Aunque tengo teorías de todos los colores como que algunas son hombres trans que jamás asumirán su verdadera voz por su cisnormatividad y amor a lo binario... Ustedes que dicen “romper lo binario” ¿no es más binario decir que sólo existe el coño y la polla para determinar si eres hombre o mujer? 

Y ahora atacadme. Atacadme a mí también como lo habéis estado haciendo estos años. Os conozco desde hace demasiado tiempo. Todo transexual os conoce bien y poco a poco también los cisgéneros. Ya habéis salido a la luz y pronto seréis destruidas sin necesidad de violencia, pues cuando alguien se empodera con su cerebro deja adoctrinamientos pretenciosos como los vuestros.