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Ley Trans Estatal: Registro 23 de Febrero - NO HAY QUIEN NOS PARE.

Desde hace mucho tiempo se lleva luchando por lograr unificar los protocolos sanitarios, así como los diversos avances y mejoras que requerimos todas las personas trans, pero ha sido inviable debido al atraso que la política ha provocado a la legislación perpetuando el CIStema y subyugando, esclavizando, torturando y vilipendiando a muchos trans hasta llegar al borrado, la exclusión y la obligación de someterse a procesos para nada adecuados para llevar una vida sana a nivel mental y físico. 

La Ley Trans Estatal comenzó como un sueño, prosiguió como un grito de guerra, continuó como una necesidad manifiesta y se fue haciendo palpable después que se creara la Plataforma Trans que agrupa a casi todas las asociaciones trans de España. Pero este duro camino, al cual me sumé hace unos años y por el cual estoy luchando conjuntamente con otros, parece terminar con la inscripción de la ley por parte de Unidos Podemos el día 23 de Febrero. Este día quedará marcado en rojo en el calendario para muchos por otras cuestiones, pero para nosotros se viste con los colores de la bandera trans: azul celeste, blanco y rosa amaranto. 

Esta ley está creada por personas trans para personas trans y no por políticos o personas cis que deciden por nosotros. Nadie debe hablar por una persona trans sobre sus necesidades y como el cistema le bloquea el paso. Nadie tiene derecho a decir lo que esperamos o requerimos en un centro de estudios, biblioteca, sistema sanitario, etc... 

La ley registral 3/2007 no es una Ley Trans. Sólo modifica el proceso de obtención de cambio de nombre de un registro, la cual nació con una transfobia galopante porque exigía que las personas trans tomaran hormonas por dos años. Muchas personas trans no desean hormonas por las posibles consecuencias que pueda haber en su salud, porque no creen que necesiten hormonas o porque tienen miedo a como pueda reaccionar la sociedad ante unos cambios físicos mientras su nombre sigue siendo algo aberrante que debe usar, así como se dictamina su sexo dependiendo de una genitalidad al más puro sexador de pollos. Por lo tanto, es transfobia pura. Una transfobia que hace poco han deseado subsanar, pero la Ley Trans Estatal toca la sanidad, el proceso de obtención de documentos, el acceso al mundo laboral, ataca la discriminación y busca que la diversidad sea realmente algo que se cultive en esta sociedad. 

Personas trans y no-binarias necesitamos esta ley de forma urgente y este febrero tenemos una oportunidad de hacer visible nuestras necesidades. Posiblemente el PP se oponga quedando retratados, el PSOE tal vez ponga el grito en el cielo y se den golpes de pecho; pero si tienen un mínimo de pudor y juicio crítico se darán cuenta que hemos sido aplastados por ellos desde la República pasando por el Franquismo, siguiendo con esta denominada Democracia y quedando al descubierto que la ley aún no es para todxs. Nuestras vidas no pueden detenerse. Lamentablemente para estos grupos políticos somos fuerza multiplicadora porque no sólo estamos nosotrxs, sino nuestra familia, amigxs, compañerxs, vecinxs y toda persona que nos aprecia y respeta. 

Añado las palabras de la activista Mar Cambrollé, presidenta de la Plataforma Trans y ATA-Sylvia Rivera:

Esta ley es una propuesta robusta, nacida del consenso y del respaldo de 150 organizaciones, y es una respuesta integral. Aunque siempre es positivo que se aprueben leyes de igualdad, en este caso, nosotros necesitamos no sólo reconocimiento y garantías, sino también comer. La exclusión laboral y precariedad extrema que viven muchos transexuales es también una forma de violencia, que no debemos consentir

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