Nuevamente Andalucía hace gala de
estar más avanzada que en el resto de comunidades autónomas. Por
supuesto, muchos políticos se harán “la foto” con una pletórica
sonrisa avisando que son ellos, y no otros, quienes han hecho esa
gran proeza. Quienes estamos vinculados al verdadero mundo del
activismo, y no sólo el activismo de “fotografía” y el “tengo
una vida más allá de mis gritos de guerra”, sabemos cuánto se
han esforzado activistas andaluces que llevan una mochila muy pesada
a sus espaldas y son ellos, y no otros, quienes logran que los políticos muevan sus manos hacia el botón de aprobar leyes y aceptarlas para luego bañarse en una marea de micrófonos abiertos. La mochila a la que me refiero es una mochila del horror, la indignación, la falta
de recursos por parte de la administración, las consignas y hasta la
huelga de hambre o la incitación a un movimiento más poderoso, más
fuerte y más sólido que una fotografía con unas consignas vacías
y presas de una politización cada vez más avasalladora entre las
LGTBI.
Como he dicho nuevamente es Andalucía
la que avanza y España la que parece no querer hacerlo aún. La
nueva Ley LGTBI es celebrada por cada sigla que representa una amplia
porción de la población. Bajo esta nueva ley se ha triunfado contra
la impotencia, el dolor y los suicidios sociales que a veces terminan
padeciendo unos y otros.
Esta ley se ha denominado como Ley para
garantizar los derechos, la igualdad de trato y no discriminación de
las personas LGTBI y sus familiares en Andalucía. Para el colectivo
se trata de una ley necesaria,, sin llega a ser definitiva, que
facilitará el ejercicio de los derechos que las leyes españolas,
así como las del marco de Andalucía, que a pesar de estar amparadas
luego es difícil verlas desarrolladas como se requieren. Y, para los
alarmistas, hay que decirles que esta ley no modifica el código
penal, como algunos andan ya divulgando, sino que implementa una serie
de sanciones administrativas que pretenden garantizar los derechos
LGTBI.
Por supuesto, no es lo único que trae esa ley. También se añade ayuda a la información, soporte y protección de los menores dentro del sistema educativo. Con estas acciones se fomentará la diversidad y se alejará el monstruo del bullying que tanto daño está realizando entre los jóvenes desde temprana edad debido a su identidad sexual o su sexualidad.
Para los menores trans hay incluso un impulso más favorable: bloqueadores hormonales para aquellos que lo deseen. Estos bloqueadores evitarán que las características sexuales del sexo contrario al que realmente poseen aparezcan. En el caso de las chicas trans es el vello facial el que más problemas puede llegar a causarles y en el caso de los chicos el desarrollo de las mamas.
Según la activista trans Mar Cambrollé es “una herramienta necesaria para garantizar la igualdad legal que han supuesto los últimos avances en España, y concretamente en Andalucía“. “A mayor visibilidad de unos derechos también aumentan los casos de intransigencia que sin esta ley caían en un vacío legal y podían ser delitos nímios sin el agravante que comporta la homofobia, la transfobia o la bifobia”, añade Cambrollé, quien estuvo presente durante la votación en el Parlamento.
Si bien, también se realizará apoyo en el mundo laboral para garantizar la inclusión de las personas LGTBI. Para mayor información: Link a noticia
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