Hace aproximadamente unos cinco meses
que una joven catalana me añadió a una de mis redes sociales.
Habíamos coincidido en algún comentario y a ella le pareció
curioso que me gustase conversar. Esta joven, como muchas otras
personas, se acercan a mí por información hacia la transexualidad o
para unir fuerzas en este camino que es la vida. Cuando eres trans
aprendes que tienes que buscar aliados en tu mismo bando y no
enemigos. Comenzamos a conversar y coincidimos en algunos puntos.
Hemos hablado de vez en cuando y vamos conociéndonos poco a poco.
Ella se llama Lucy y es una persona abierta, de personalidad
espontánea y combativa.
He visto en su muro muchas denuncias
sociales. Algunas por su parte, porque han agredido a su persona o la
han acosado para tomar como erótico el hecho de ser una mujer trans,
y otras por medio de páginas de ideología de izquierdas, feministas
e incluso de otros ámbitos meramente culturales. Aunque la cultura,
como todo, tiene una ligera carga política.
Durante toda mi vida he tenido
contactos con personas anarquistas, antifascistas, comunistas y
socialdemócratas. ¡Ojo! Socialdemócratas no significa ser del
PSOE. El PSOE hace mucho que dejó la ideología socialdemócrata
gracias, en parte, a Felipe González. Ella es una de tantas personas
que tienen una ideología para nada conservadora y no se calla.
Hará aproximadamente dos meses tuve la
“dicha” de leer como para trabajar como empleada doméstica, es
decir, como limpiadora, le decían que si se “la chupaba” porque
le daba “morbo” que fuese trans -como si lo nuestro fuese un tipo
de marca especial que nos hace ser seres de otra galaxia- y como ella
optó por denunciar en comisaria este hecho. También he visto
insultos por parte de personas hacia ella en distintas páginas de
contactos. Por supuesto, todos los insultos eran de personas
conservadoras hacia el hecho de su transexualidad.
Hoy he visto como un cobarde más daba
otra entrega de vergüenza ajena en su muro. Desde una de las páginas
de contactos recurrentes de muchos jóvenes (Badoo) aparece un
individuo para agredirla por su ideología y su transexualidad. Lucy
no es porque sea amiga mía, no es porque quiera defenderla a muerte,
pero si te atacan te debes defender. Eso de la pasividad porque “toda
violencia engendra violencia” está desfasado. Si te golpean,
golpearás; y si te insultan lo mejor es reírte y denunciar. Ella ha
optado por reírse de esta persona y denunciar públicamente. Esta
vez, con mi blog abierto, he decidido redactar esta nota para el
mundo entero. Felicidades, campeón, van a ver tu ideología
“neoliberar” de “neonazi” o mejor dicho de imbécil sin
cerebro, pues se escapó después del primer rasurado de cabeza, al
sol de este invierno tan fresquito que tenemos últimamente.



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