Mar Cambrollé - Situación legal de las personas trans y retos de futuro - III Jornadas Trans Andaluzas
Todavía recuerdo la mañana en la cual
me dieron el número de ATA para que llamase y me informase.
Realmente me dieron el número de Mar Cambrollé. Su nombre me sonaba
bastante, era como un soniquiete incesante, pero en esos momentos de
nerviosismo, molestia por culpa de estar en Cádiz de nuevo atorado
del mismo modo que en Málaga, y con la sensación que por mucho que
se avanzara, acercando a nuestras provincias el servicio era, sin
lugar a dudas, ineficiente. La lista de espera para la cirugía
seguía siendo interminable y nos amontonábamos de nuevo en la
consulta. Si bien, una vez en casa busqué bien todos los datos y me
di cuenta quién era esa “Mar” y recordé que la había visto
muchas veces, leído en otras tantas ocasiones y relacioné su
rostro, su nombre y cierta ley del 2014 que, aún en esos tiempos,
era muy reciente.
Por supuesto, contacté con ella casi
de inmediato. Quería saber cuándo y cómo ir hacia ATA, pero no
determiné una fecha ni pedí cita. Simplemente no lo pensé. En
cuanto pude tener dinero para ir a Sevilla me personé en un día que
ella, Mar Cambrollé, estaba atareada debido a los preparativos del
Orgullo Trans. Aún así abrió el despacho de ATA, se sentó tras
este y empezó a organizar todo para que mi cambio de nombre fuese
efectivo. También me comunicó algunas cosas más de esa ley, que
ella arrancó de las manos al PSOE, que yo aún desconocía. Por
supuesto, me comentó que me metiese en el grupo de WhatsApp para
poder relacionarme con otros chicos y chicas. Yo acepté.
Desde entonces he visto a Mar en muchas
ocasiones desgañitarse y lo he hecho como un privilegiado en primera
persona. Muchos están en su contra, pero si te acercas a ella y ves
como le brillan los ojos de pura rabia, como alza la voz desesperada
porque hay puntos de esa maldita ley que no se cumple y hay otra que
no se inscribe, que es necesaria y que nos la merecemos, ves a una
mujer rota que sigue en pie porque no va a descansar jamás. Esto no
lo hace por ella, ni por conseguir tener más medallas porque ya
tiene decenas, sino porque lo necesita para poder dormir por las
noches. Sé que hay cosas que le quitan el sueño, incluso que la
enferma de los nervios, porque es demasiado visceral y aunque intente
aparentar calma, como una leona esperando la presa, no puede hacer lo
mismo que de forma externa. Así que podríamos decir que “La
profesión va por dentro” y aunque la ves sentada en una mesa
escuchando como a uno y a otro se nos deniega algo que es importante,
por nuestra salud e inserción en la sociedad, por dentro está que
araña al político, “profesional” o inútil de turno.
Mar Cambrollé no es sólo presidenta
de ATA, sino que también de la Plataforma Trans y portavoz en Europa
de la red RESPETRANS. También es alguien que tiende la mano más
allá de este continente a otros y se hermana con personas de México,
Colombia o de cualquier lugar donde la transfobia, el machismo o
cualquier tipo de violencia campa a sus anchas. Se la tiene jurada al
gaypatriarcado, el cual muchas veces ha borrado a los trans del mapa,
pero aún así no duda en poner el grito en el cielo cuando a una
persona homosexual y cis le golpean.
Su ponencia era “Situación legal de
las personas trans y retos del futuro”. En esta ponencia magistral
ella relataba como se han conseguido grandes logros para Andalucía,
pero no en otras comunidades autónomas. Alzó la voz, como en muchas
ocasiones, para exigir a los políticos más ayudas reales y directas
a los trans y no a las “LGTBI” que sólo comercian con nuestro
sufrimiento, con la situación en la que vivimos y que incluso nos
cierran la boca. Gonzalo de las Heras intervino en su ponencia, o más
bien aguardó respetuosamente el turno de palabra, para decir que
estaba de acuerdo sobre el gaypatriarcado y ese deseo de comercio con
el dolor trans. Gonzalo no es un cualquiera, sino que pertenece a
Arcoiris en Sevilla y dejó claro que si la persona transexual no
tiene problemas por ser gay, lesbiana, bisexual o asexual no puede
ayudar. ¿Por qué? Él sabe de sexualidad, no de identidad sexual.
Los expertos somos los transexuales y no hay nadie más experto que
aquellos que comenzaron el movimiento como Mar.
Desde aquí quiero agradecer todo lo
que ha hecho en el pasado, hace en el presente y hará en el futuro.
Hay transexuales en Cádiz que hemos estado algo abandonados porque
no teníamos contacto con ATA, pero en cuanto lo tenemos el cambio es
radical. Mi amigo Carlos, porque aunque lo conozco desde hace poco
puedo llamarlo así, me ha comentado lo distinto que ve el futuro
desde que se reunió con nosotrxs. Incluso ha apuntillado que ya Mar
está cumpliendo lo que dijo: ayudarlo.
Por mucho que algunos digan que aquí
en Cádiz hay más asociaciones trans es mentira. Los trans de esas
asociaciones no están empoderados, no son gente con cabeza y se
dejan manipular como marionetas. No son aliados trans, son el enemigo
en casa. No me importa si esa persona me lee, la cual se enfunda en
una bandera únicamente para la fotografía de turno, porque sabe
bien que tengo razón y hay testigos de ello. Mar es un referente, un
mar bravo que azota los cimientos débiles de los cisgéneros cuando
no saben como contraatacar, y el ejemplo a seguir de muchas personas
trans.
Esa ley la vamos a tener y si la
tenemos será gracias a la Plataforma Trans que ella lidera y a todos
los trans que estamos bajo esa siglas.
Por último, también quiero agradecer a
los chicxs que estuvieron colaborando con las fotografías, los
vídeos, el mover material, pega de carteles, venta de recuerdos como
camisetas o unos colgantes muy baratos y geniales con el símbolo de
la transexualidad (me llevé dos y uno lo lleva mi madre con mucho
orgullo), etc. También a los que simplemente asistieron y
convivieron.
¡Gracias a todxs! ¡Gracias Mar
Cambrollé y equipo de ATA! ¡Carol, gracias por enseñarnos a como
poner una pancarta sin que se caiga sobre nuestras cabezas! ¡Y
gracias Marcela Zambrano por lo que hiciste en el documental Mujeres
y por la paciencia de esos dos días! Así como Gracias a Alejandro
Almafuerte y a todos los que nos habéis dado un poco de vosotros
para que podamos sentirnos más libres, fuertes y determinantes a la
hora de luchar.
Las antorchas y los rastrillos no
vendrán a nuestro castillo, pues nosotros seremos quienes las
manejen.
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