Llevo días pensando en cómo introducir
esta siguiente sección en el blog. Supongo que debe hacerse sin más.
No todo van a ser noticias, agradables o no, sino que tenía que
meter algo más de información. No hablo de empoderamiento, ni de
creencias y ni mucho menos de vivencias. No, esta vez no. Hace tiempo
hablé de como el arte se abre a nosotros y nos muestra un mundo más
amable, aunque a veces puede ser todo lo contrario, hacia la
expresión física y también a nivel “alma”. El alma del artista
queda plasmado en su obra y esta puede ser controvertida cuanto más
lejos de lo habitual pueda estar.
Muchos conocerán los términos “anime”
y “manga” pero para aquellos que lo desconozcan podríamos asumir
que una definición, más o menos exacta, sería la equivalencia a
“dibujos asiáticos” y “cómic/tebeos asiáticos”.
Posiblemente la mayoría estará pensando en los ejemplos clásicos
que todos tenemos en la cabeza cuando queremos vincular el anime con
el mundo trans o inter. Esta vez quiero hablar de un ejemplo poco
conocido para la mayoría, pero que a mí me llegó a interesar
bastante debido a su vínculo con la cultura clásica.
Dentro de la cultura clásica
grecorromana existía una deidad que nació del vientre de
Venus/Afrodita. Se le llamó “Hermafrodito” y hablaba de la
dualidad de género y sexo que poseía esta criatura. En su
nacimiento no fue así, sino que fue fruto de la decisión de un
tercero. La historia cuenta que fruto de una relación entre Hermes y
Afrodita nació un joven hermoso, el cual llegó a cautivar a una
ninfa que nunca fue amada por él. La joven ninfa no cesó en su
empeño y no entendía que un “No” es un “No”. La joven ninfa
suplicó a los dioses que los unieran para siempre y su deseo fue
concedido mezclando los atributos de ambos. Desde entonces, y para
pena de Hermafrodito, terminó siendo intersexual pues literalmente
unieron ambos cuerpos en el del joven.
Si bien, este no es el mito en sí del
cual trata “Olympus”. Olympus habla de los dioses griegos de una
forma muy peculiar. Uno de ellos, siendo el mayor de todos, es Hades.
Sin embargo, no es el Hades que pintó Disney con el cabello azul
llameante, con chistes de todo tipo estilo el “Genio” de la
Lámpara, y tampoco es el ser entre luces y sombras de la cultura
grecorromana. Hades, este Hades, es una criatura distinta y tiene una forma de
expresarse demasiado peculiar. El encanto del personaje lo vas
notando poco a poco por las conversaciones que tiene con los
protagonistas, pues ni siquiera es demasiado notorix.
Debes esperar a que aparezca, agazapado entre las hojas del manga,
hasta que asume su poder en algunas páginas y te deja pensando con
sus preguntas. Hades no tiene un aspecto definido para nadie y a ojo
de cada quien lo ve más próximo a lo femenino o masculino, más
monstruoso o menos, etc... Depende de como sean tus ojos, de como lo
aprecies, así será para ti. Por lo tanto, Hades no tiene ni un sexo
ni un género definido en el manga y sólo es una criatura que tiene
que soportar el ego, tozudez y la estupidez de sus restantes
hermanos. Además, como bien dice, nunca miente y eso es un
aliciente porque sus preguntas y respuestas pueden provocar que el
lector se impaciente y a la vez se haga sus propias conjeturas.
Os invito a buscarlo online traducido,
pues está en distintas webs, para poder apreciar la historia.
También trata de egoísmo, belleza, crueldad, religión, la
estupidez humana... Podéis disfrutar muchísimo de un manga breve
que os hará un sábado o un domingo más ameno.

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