Como vengo haciendo reseña con
diversas noticias, así como diversos mensajes contra las normas
impuestas y la desmemoria, hoy 20 de Noviembre es el Día de la
Memoria Trans. El borrado masivo al colectivo está aún presente.
Son muchas las personas activistas aniquiladas por el “Alzheimer
social” dejando su batalla varada en la nada. Los jóvenes del
colectivo no los recuerdan, desconocen quienes son, y la ingente
labor que hicieron al alzar sus voces, puños y orgullo allí donde
iban aunque eso les condujera a la muerte, el olvido o la mayor de
las miserias. La muerte de muchos fue por asesinato, social o
implícito con un fusilamiento, y en el caso más amable unas horas
de calabozo tras una buena paliza.
Nos han querido siempre amordazar e
imponer una camisa de fuerza para que no combatamos, pero hay que
seguir haciéndolo. Algunos, tal como es mi caso, me veo en muchas
ocasiones solo, desesperanzado, lleno de rabia e indignación en una
ciudad que dice tener colectivos transexuales pero en realidad sólo
tienen monigotes de brazos caídos que aceptan las imposiciones
externas, las de los cisgéneros, teniendo para con ellxs, así como
para el resto de personas vinculadas al colectivo, palabras de
desaliento al ser pura transfobia aprendida, interiorizada y
expandida para dilapidar la lucha de verdaderos activistas.
Deseo abrir este recordatorio con una
noticia de una joven transexual que conozco gracias a las redes
sociales. Ella ha decidido mantener la cabeza alta, como una fiera
indomable igual que muchas antes décadas atrás, para denunciar a la
Unidad de Tratamiento de Identidad de Género de Asturias por tratos
vejatorios. Claudia, como así se llama la joven, ya me avisó que
movería cielo y tierra porque supieran su caso en distintos
periódicos. Yo la animé y la apoyé avisando que en cuanto tuviese
hueco el mismo día de la publicación, que ha sido hoy, lo
anunciaría aquí y haría correr la voz.
Eric García, de Visión Trans, también
lleva años denunciando por su parte a las UTIG o UIG como se hacen
llamar ahora. Que quiten la “T” de “Transtorno” no deja de
ser un lugar turbio donde las peores prácticas se ejercen desde unos
especialistas poco formados y que desprecian la diversidad. Yo mismo
recuerdo la UTIG que existía en Málaga, y que ahora es una UIG con
un lavado de rostro como tantas otras, donde la psicóloga me mantuvo
durante dos años sin hormonas porque mis test no daba el resultado
que ella esperaba. Los test eran sexistas, patologizantes,
desalentadores y llenos de un lenguaje propio de otro siglo. Son
muchos los activistas que aún hoy denuncian estos lugares y Claudia,
sin ser activista pero sí con muchas agallas, lo ha hecho para que
públicamente todos sepan qué clase de gente dirige esos lugares.
Claudia denuncia lo sexista y
anticuados de los test, las preguntas intrusivas en su vida privada
sexual y social, así como otras cuestiones que pueden llegar a ser
incluso más lesivas. Cito parte de la entrevista que “El Comercio”
ha publicado:
«Me dieron cita para iniciar una
terapia psicológica antes de comenzar el tratamiento hormonal para
saber si era apta o no», explica en el texto de la denuncia
presentada ante el juzgado de Instrucción número 1 de Gijón contra
el Servicio de Salud del Principado (Sespa). Pero la experiencia no
fue como esperaba. Una de las pruebas a la que se sometió, llamada
test de vida real, consistía en «adaptar tu aspecto y tu manera de
vivir al sexo deseado, todo ello basándose en el estereotipo de
chico afeminado y mujer masculina».
Señala Claudia que la psicóloga la
instaba a vestir de manera femenina. «Insistía en que fuera a la
playa y me pusiera sujetador», cuando ella no se siente preparada al
no haberse operado para tener los atributos femeninos. Además, en
las entrevistas, la profesional le hacía preguntas incómodas:
«¿Eres activa o pasiva?», «¿te importa la profundidad de la
vagina?», «cuáles son las posiciones que haces con tu pareja en la
cama?». Estos son algunos ejemplos que recoge la denuncia
interpuesta por Claudia. Por si esto fuera poco, la afectada explica
que pidió a la psicóloga expresamente no hablar de sus familiares,
con los que había tenido «problemas muy serios», pero que ya
estaban superados. «Ella se pasaba la consulta preguntándome cosas
de mi familia e insistiendo en que quería verla», relata.
Esta chica relata el calvario por el
cual muchos tuvimos que pasar. Yo fui más fuerte mentalmente y me
hice el loco, pasé por el aro y conseguí mis hormonas. Actualmente en Andalucía estamos despatologizados y no necesitamos criterio de psicólogos ni psiquiatras, pero hay muchas Comunidades Autónomas que aún hoy se ven envueltas en este infierno para el colectivo. La Ley Trans Estatal que tanto necesitamos desmembraría estos lugares desmantelándolos y enviándolos al lugar del cual no debieron salir: la mente de un verdadero enfermo lleno de odio hacia la diversidad. Si bien,
ella llegó incluso a intentar quitarse la vida tal y como relata en
la noticia.
Aquí os dejo el link para que podáis
leer con profundidad todo lo que señalo.
Por otro lado quiero festejar que
Madrid ha decidido rendir homenaje a nuestrxs caídxs. Se ha
encendido La Cibeles con los colores representativos de nuestra
hermosa bandera: rosa, azul y blanco. ¡Gracias Madrid!
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