En mi entrada sobre “Transexualidad
Masculina” hablé de lo nula que es la sociedad en estos temas.
Para muchos cisgéneros nuestra sexualidad, sexo y género es confuso
e incluso llegan a creer que los hombres transexuales son nuestras
compañeras de lucha, las mujeres trans. Este error a veces se
origina por la nula información que estos manejan, ya sea por
dejadez o simple incompetencia del estado en temas de género e
identidad sexual.
Hace años que vengo notando que
incluso ocurre en periódicos, centros educativos, instituciones de
formación, etc. Estos lugares que deberían tener información y
personas capaces, cualificadas y que se formen constantemente en
temas diversos, como es la transexualidad o la violencia de género,
pero no es así. Veo a gente incompetente, y en ocasiones
avasalladoras porque tienen “la verdad” ya que su “posición”
le permiten tener un ego desproporcionado, informando y denigrando a
personas transexuales, transgéneros, intersexuales e intergéneros.
Incluso veo cierto rechazo o negación hacia la diversidad sexual que
poseemos en el colectivo T, I y Q+ de nuestro amplio colectivo.
Desde hace semanas vengo viendo
publicado un vídeo que ha sido compartido decenas de veces en
numerosas páginas y donde se denigra a un jovencísimo chico
transexual. No hago esta entrada porque sea “el hijo de” sino
porque es un ejemplo de lo que ocurre en “el amarillismo” o
“prensa rosa” que no le importa escupir ciertos mensajes, por no
decir vomitarlos, para generar ciertos beneficios ya sea a nivel de
fama del medio, dinero, etc.
Unos “periodistas”, por no llamarlo
“gentuza”, ha decidido que sería emocionante, informativo e
incluso educativo publicar algo sobre el hijo transexual de Angelina
Jolie y Brad Pitt. Como muchos sabemos el pequeño desde
aproximadamente los cuatro años verbalizó a sus padres que era un
chico y los hombres masculinos que a él le interesaba usar,
renegando así de cualquier posibilidad de llamarlo por el nombre que
le pusieron sus padres al momento de nacer.
El adolescente, ya que tiene catorce
años, va a someterse a un tratamiento que muchos jóvenes ya siguen
en este país donde vivo que es España, así como en otros países.
Es un tratamiento para bloquear los cambios hormonales que se dan en
esta etapa y evitar así la feminización de sus rasgos. Es un
proceso que puede detenerse e invertirse, logrando de ese modo
regresar a la fase cero y seguir hacia unos rasgos más suaves que
serían los que todos tenemos en mente como típicamente femeninos.
No es un procedimiento demasiado intrusivo y es seguro si se siguen
sus protocolos. No obstante, ya muchas voces de mujeres, sobre todo
de mujeres, están señalando a Angelina como una pésima madre al
permitir que su hijo simplemente sea feliz. Ambos padres han
declarado que la felicidad del pequeño es superior a cualquier deseo
de ellos o de cualquier otra persona. Muchos querríamos tener padres
así o que toda nuestra familia nos aceptase de esa forma tan
amorosa, digna y atenta. No es el caso, por supuesto.
Lo peor del mensaje no queda en los
comentarios regados por las “oportunas madres coraje” sino porque
llaman durante todo el vídeo al joven en femenino, hablan de cambio
de sexo y encima, para colmo de males, lanzan la pregunta de si
deberían o no permitir a sus hijos ser transexuales. La
transexualidad no se elije, como quien elije unos zapatos en una
tienda, sino que viene de nacimiento. Nosotros nacemos transexuales y
por lo tanto tenemos un sexo y es el que nos identificamos desde el
vientre materno. No son los genitales, no son los rasgos, no son las
prendas y tampoco es el nombre que nos colocan en el bautismo o la
cartilla donde nuestros padres nos inscriben en el registro civil de
nuestras respectivas localidades. Tampoco lo son nuestros cromosomas,
pues hay diversidad en la formación de estos y no son tan
determinantes. Es nuestro cerebro, el órgano más importante, quien
dictamina si somos hombres o mujeres, así como hay personas que se
identifican en ambos sexos y que incluso tienen genitales ambiguos.
Un genital no es femenino porque sea una vulva, pero al parecer estos
“dioses de la información” y su “séquito de Helen Lovejoy”
son partidarias de sexualizar, patologizar y denigrar a un menor
impunemente.
Aquí el vídeo: Link al vomitivo legado de Ok Chicas
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