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"La NO ayuda Cis"

No hay nada más triste en este mundo que intentar difundir un mensaje y que este mensaje sea alterado, minusvalorado, despreciado en su concepto y modificado para ser vomitado totalmente tergiversada. Ocurre constantemente dentro y fuera de los temas género, sexo y sexualidad. No obstante, somos uno de los temas de moda. Junto con la indignación feminista debido a los constantes abusos, el auge del racismo y la islamofobia, así como el paro, el tema de la República Catalana y el robo continuado, y sangrante, de los políticos del Partido Popular, PSOE y otras formaciones minoritarias catalanas, o no catalanas... La transexualidad, en su concepto más global y también en sus pormenores, es de lo más recurrido hoy en día ya sea para quedar bien, imponer criterios o simplemente porque a todos nos gusta opinar de temas, los cuales aunque no lo comprendamos decidimos por activa o pasiva poner las manos en el fuego.

Gente que no se forma, no quiere formarse y cree que no lo necesita en el tema de la transexualidad para exponerlo en tertulias ya sean a nivel educativo, periodístico o meramente en una plaza de pueblo es lo habitual. Sin embargo, no es habitual para ellos que un activista se persone frente a ellos y les quite el megánfono de la verdad.

Muchos se creen que tienen “buenas palabras” y “buen trato” porque no ven la transfobia diluida en sus palabras. Igual que cuando tomas unos azucarillos y los echas al café caliente, lo agitas y luego te lo bebes. No es lo mismo que tomarte el café solo, tal como sale de la excelente cafetera, y comprender que estás tomando algo amargo. Edulcorar el problema, ponerlo de forma agradable para que otros cisgéneros no se sientan incómodos, es lo típico. Lo atípico es dejar que se exprese una persona transexual que se ha desvinculado de la presión y opresión de términos como “FTM” o “MTF”, “cambio de sexo”, “disforia de género”, “cambio de género”, etc..

Desde que tengo aproximadamente 18 años me he visto envueltos en redes sociales. Blogger fue la primera propuesta seria en la que vinculé mi vida en la red con mis escasos conocimientos, los cuales iba formando con el paso de los meses. Tenía 20 años cuando abrí un blog que quedó en el olvido y que actualmente lo he dejado a reestructurar para ser crítico conmigo mismo, con quien fui y quien soy. Actualmente, con 31 años recién cumplidos en agosto, decidí vincular mi vida de nuevo a un blog centrado a la ayuda y visibilización del colectivo Trans* e Inter*. Pongo asteriscos porque no sólo los transexuales, sino también transgéneros, intergéneros y intersexuales. Tal vez no pueda hablar por los intergéneros o intersexuales, pero aquellxs que quieran pasarme sus blog, link a canales de youtube o cualquier contenido que crean necesario estará en mi espacio. Ellxs son hermanxs.

Como he dicho, desde que tengo edad para razonar y cierta habilidad, aunque no creo que sea asombroso sino simplemente me gusta comunicar, estoy activo. He tenido años sombríos, años en los cuales mi vida se ha visto ennegrecida y llena de un humo oscuro de soledad, rabia y depresión que provocó mi debacle. El no dejarse humillar, el llevar sobre mis hombros un enorme mundo, como si fuese Atlas en soledad, sin compañía de nada ni nadie, termina siendo tan tortuoso que finalmente te sientes igual que Tom Hanks en “El Náufrago”. Muchas personas se alejan porque no entienden tus miedos, tus problemas, el deseo, la verdad y lo consideran todo una “opinión” y que “eres demasiado combativo”. Te hablan de “pérdida de tiempo y esfuerzo” incluso “pérdida de dinero”. Te abandonan, te dejan, te humillan, te ningunean y encima parece que debes sonreírles agadeciendo que al menos te dijeran cosas tan horribles.

En mi caso, como en el caso de muchas personas transexuales que se han desvinculado por completo de este discurso tan desgarrador, terminas aprendiendo que la gente viene y va. No puedes admitir que terceros te señalen con el dedo y te digan quién eres, cómo eres, dónde eres y hacia dónde vas.

Hace unos días intenté colaborar con personas cisgéneros que deseaban informarse para dar información a su vez a compañeros suyos en la universidad. Expliqué los términos que son transfóbicos, los cuales todavía están en la sociedad como una verdad, y cuando me pasaron el cuestionario para rellenarlo fue igual que si entrase a una UTIG (Unidad de trastorno de identidad de género) donde el discurso sexista y patologizante aparecía en cada línea. En este caso el sexismo no estaba, pero la patologización sí. Por mucho que hubiese pasado información, aclarado puntos y explicado mi caso vinieron de ese modo. Me ofendí, ellas se ofendieron con soberbia y prácticamente dijeron que estaban haciendo “un favor” al colectivo al elegir este tema. Favor estaba haciendo yo para que aprobasen y se difundiese la verdad del colectivo, no ellas. Ellas no estaban ahí por activismo, sino por conseguir mejores notas.


Lamentablemente siempre habrá gente desde el colectivo que apoye esta “noble causa”. El motivo es porque no están formadas, tienen auto-transfobia (algo que ya hablaré más adelante) y por mucho que intentes hablar con ellos terminas lleno de rabia e indignación.  

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