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La necesidad de ser incluidxs en la sociedad y unir fuerzas.



Desde hace algunos años vengo reivindicando entre compañeros transexuales y transgéneros que no se puede dividir las fuerzas. Muchos de ellxs están de acuerdo. Algunxs inclusive los he encontrado manifestando los mismos comentarios en distintas redes sociales o en plena calle. He venido notando como muchos discuten continuamente sobre cuál es la “mejor transición”. La “mejor transición” no existe. No transitamos porque nacemos tal como somos y simplemente tardamos un tiempo en percatarnos de ello. Las preguntas habituales el cualquier persona, sea del sexo o género que sea, se hace continuamente es “Quién soy”, “A dónde voy” y “Qué debo hacer para alcanzar mis metas”. Tomar o no hormonas u operarte o no jamás te hará mejor transexual, pero apoyar a otrxs sean del colectivo que sean, sobre todo si son compañerxs de lucha transexual, transgénero, intersexual o intergénero sí pueden hacerte más fuerte, mejor y llevar un camino más diverso donde la paz se hará contigo cada noche.

Deberíamos unirnos por amor a quienes somos y a quienes son los demás. No podemos imponer criterios y menos criterios externos patologizantes que son aberrantes. Muchos todavía agarran en decálogo médico para ejercer sobre ellos una violencia dañina, después intentan imponer “su opinión” a otros para que vuelvan al redil ciserxista y patologizante del cual salieron. Las voces críticas no suelen favorecer a la concordia en un primer momento, pero si no se agita la rama del olivo no cae la aceituna ¿no es así?

Hay que unirse para derribar la transfobia interna como externa en los colectivos, alcanzar leyes que nos equiparen a los cis y poder tener una verdadera inclusión social. Esto sin duda alguna podría ser un breve resumen de la estancia en México de Mar Cambrollé donde dio su ponencia al respecto. Debemos mirar hacia el futuro teniendo muy en cuenta el pasado y el presente, para no desvincularnos de quienes somos o hemos sido. Pues tenemos que tener siempre en la memoria colectiva los triunfos que se han logrado en lugares como Alemania o el sur de España para apoyar a países donde todavía es difícil la situación de los transexuales debido a las normas impuestas desde fuera que terminan siendo divulgadas entre hermanxs y donde la ley no lxs ampara en absoluto. Todos somos conscientes que los transfeminicidios en lugares como México, Brasil o Chile son habituales y que debemos intentar por todos los medios condenarlos, luchar contra ellos y apoyar a los colectivos que alzan la voz de una forma tajante.


Somos personas de un colectivo diverso, muy plural, y que debería ser autónomo. No podemos poner una impronta externa llena de dolor o apoyarla porque “son expresiones” u “opiniones” y hay que “tolerarlas”. Ya hablé en otra ocasión que no se puede ser tolerante con el intolerante.  Así que simplemente hay que seguir luchando. La lucha nunca se acaba. 

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