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ATAcando la Violencia de Género sobre las mujeres trans.



Ayer me enfrenté a los demonios que asolan nuestra comunidad. Sabía que iba a ser una jornada dura, pero necesaria. Ante mí iban a desfilar los testimonios de mujeres valientes, comprometidas y amantes de su propia historia, aunque fuese amarga y oscura en muchos aspectos. Mujeres que decidieron buscar a su alma gemela que eran ellas mismas, tal y como menciona una de las participantes que tuvo el coraje de no achantarse jamás.

Muchos sabréis a qué me refiero si habéis seguido día a día el progreso de esta zona de guerra, este lugar de entrenamiento para nuestra comunidad. Otros no. para los que estáis perdidos os explicaré brevemente porque para mí iba a ser duro, pero necesario. También el motivo por el cual he querido escuchar el testimonio desgarrador de diversas mujeres.

En primer lugar como bien sabréis hoy 24 de Noviembre es el Día Contra la Violencia de Género y el Ayuntamiento de Cádiz decidió hacer unas jornadas previas para informar y colaborar con el discurso contrario a la violencia: diversidad, igualdad, sonoridad entre mujeres, colaboración de la sociedad, etc... Ponencias de todo tipo y actos culturales llenaron las dos jornadas tanto mañana como tarde. En la tarde de ayer, 23 de Noviembre, se proyectaba “Mujeres” Diversidad y Violencia de Género hacia las Mujeres Trans el documental que decidió realizar ATA-Sylvia Rivera hace unos meses y que ha sido proyectado ya en más de 20 localidades. Incluso fue seleccionado en la 22 edición de LesGaiCineMad, el Festival Internacional de Cine LGBT de Madrid.

Decidí desplazarme con grandes expectativas desde mi localidad hasta la capital de la provincia. Caminé desde la estación hasta la Plaza Palilleros con inquietudes que todos los trans tenemos. Sabía que iba a exponerse frente a cisgéneros una verdad que es sangrante, pues mata a nuestras hermanas y que sin lugar a dudas está oculta a ojos de todos. Muchas personas cisgéneros, por no decir la mayoría, piensa que nosotros ya no estamos tan perseguidos, que no sufrimos discriminación y, que en definitiva, vivimos en un mundo donde todo es maravilloso. La verdad es demasiado demoledora. Verla cara a cara no suele ser agradable y muchos reniegan, se jactan que mentimos y nos condenan a otra represión mayor que la que ya de por sí vivíamos.

Al llegar saludé a varios compañeros y compañeras de ATA y tomé asiento. Mar Cambrollé, nuestra presidenta y principal voz crítica en muchas ocasiones, me aseguró que sería para mí, como para muchos transexuales y transgéneros, emotivo e importante. Destacó la gran labor de todos los que participaron en la filmación, sobre todo de ellas que pudieron voz a una realidad demasiado cruda.

Por mi parte he visto a compañeras al borde del suicidio, llenas de desánimo por las infructuosas entrevistas de trabajo, algunas decidiendo entre ejercer o no la calle para mantenerse porque sus familias las habían despreciado, varias siendo humilladas y usadas como objeto por su pareja y hay quienes no se atreven a decir aún en voz alta que son transexuales y viven una doble vida. Incluso he conocido casos de mujeres transexuales que deciden dar el paso al frente cuando ya han cumplido la cincuentena, las cuales a veces les falta valor y terminan volviendo a un rincón por la presión social, las humillaciones y el desprecio de sus hijos, sobrinos o hermanos.

En mis carnes también he vivido la violencia de una sociedad machista, ciserxista y violenta que me han querido imponer roles de género constantemente. Cuando creían, a su juicio, que era mujer me acosaron sexualmente, me humillaron por no ser el estereotipo Barbie o simplemente me intentaron colocar unas prendas de ropa en las que no me reconocía. Durante un tiempo lo intenté, pero fracasé porque esos meses sentí que había enterrado mi alma sólo para callar a otros. Prefería morir realmente, en cuerpo, que ver mi alma marchitándose en un cementerio oscuro y terrible. Antes de las hormonas, cuando algunos iban comprendiendo qué sucedía, me decían que si era hombre trangénero debía usar los roles de un hombre. Roles que están llenos de estereotipos machistas y que vulneran mi libertad de expresión, así como la tranquilidad mental de muchas mujeres. Yo no soy violento, no me gusta la violencia, así como no me agrada aparentar que soy el típico chulo, con ropa extremadamente masculina y unos gustos basados en fútbol y, con perdón, tetas.

Sin embargo, pese a los insultos injustificados y otros casos de violencia, admito que soy un afortunado. Nosotros los hombres transexuales tenemos un mejor encaje en la sociedad porque algunos desconocen que existimos, otros pasamos desapercibidos y sólo un pequeño porcentaje somos capaces de seguir dando la cara por nosotros, por nuestros compañeros y compañeras, así como por lxs aliadxs intergéneros e intersexuales.

Cuando empezó el vídeo pude ver los rostros de todas mis compañeras. Ante mí desfiló una mujer vinculada al espectáculo debido a su portentosa labor como maquilladora, así como artista en sí misma. Ella mostró una fuerza arrolladora en su discurso, pero sobre todo en su voz. No le tembló ni un minuto cuando habló sobre su experiencia en el ejército, como fue aceptada en un barrio donde se odiaba a los que eran como nosotros y la vivencia más cruel cuando un agente de autoridad, junto con sus compañeros, la detuvieron para vejarla. Ya es una mujer con canas, arrugas y que si la ves por la calle seguro que te recuerda a esas abuelas entrañables que están llenas de alegría, que comparten contigo en la parada del autobús algunas palabras y unas cuantas carcajadas. Estoy harto de ver mujeres como ellas sentándose a mi lado, conversando sobre cualquier cosa y montándose conmigo en el autobús para desplazarse al mercado de abastos de mi ciudad, algún centro comercial o para pasear sin más. Sin embargo, tras ese rostro amable guarda una frase que la hirió para siempre. La frase fue hecha por el hombre anteriormente mencionado: Cuando tú naciste tu madre se debió haber muerto.

Este es uno de los testimonios durísimos a los que me enfrenté y que me creó un nudo en la garganta. En ese momento recuerdo que me moví inquieto en la silla. Pude revivir con ella esa situación porque a pesar de ser hombre lo he vivido, pues soy transexual y sé qué clases de insultos habría tenido que soportar en su juventud y aún hoy. Pero sobre todo fue el hecho que alguien que dio la vida por su país, que tuvo que enfrentarse a sus miedos, tuviese tan clavado esa frase que se la llevaría a la tumba. ¿Cómo poder reparar ese dolor? ¿Cómo calmar esa herida? Con amor y respeto. Sin embargo, en esta sociedad dista aún de darle confort y calma a alguien que ve un autobús naranja con mensajes similares los cuales se basan, según Hazte Oír, en libertad de expresión.

Otro de los testimonios más desgarradores fue el de otra mujer vinculada al espectáculo. Ella imita a Isabel Pantoja en las tablas, aunque admite que ama más a Sara Montiel. Sonreí cuando dijo eso porque mi abuela admiraba a Sara y por un momento pensé en ella diciendo que le caía bien esa chica. Aunque su discurso comenzó con un rayo de luz hablando de lo maravilloso que fue su pareja, lo felices que fueron juntos y que pudieron ser padres pronto todo se enturbió. Sus ojos se llenaron de una pena que sólo he visto en madres que han perdido a un hijo y lo que vino después confirmó el hecho. Su hermano, y la mujer con la que se encontraban, despreció a una hermosa niña que ella decidió tener entre sus brazos y criarla como si fuese suya. Tanto su marido como ella estaban locos de felicidad por ser padres, pues así sentían a ese bebé que con tan sólo unos pocos días llenaron años de vacío de una paternidad deseada. Sin embargo, a pesar de tener los papeles en regla, la Junta de Andalucía en 2005 le arrebataron la niña y no ha vuelto a saber de ella. Fue cuando decidió inscribirla con dos añitos a un colegio de monjas, el cual no fue jamás su primera opción pero no le quedaba otra, para que la pequeña se empezara a socializar y empezar sus cursos académicos desde parvularios. No sólo tuvo que sufrir la vejación de ver en la carpeta de su pequeña una nota “Esta es la niña del maricón” como que también tuvo que sufrir el ser arrebatada del lado de la pequeña. Ambos sufrieron terriblemente y aún la Junta de Andalucía no ha admitido su error. ¿Dónde está ese PSOE que hace gala de apoyar la diversidad? Una madre llora aún por una hija de la que no sabe siquiera si está bien de salud y lo hace desde hace doce largos y amargos años.

En un futuro me gustaría ser padre, aunque creo que será imposible. Tal vez me muera con esa pena de no saber que es abrazar a un pequeño, besar su frente por las noches tras un cuento y enseñarle todo lo que sé, que quizás es poco o nada, porque así es como creo que actuamos tanto padres y madres. Si algún día lo soy temo que pasen estas cosas por el hecho de ser transexual porque no es la primera vez que lo veo y escucho. Ya son muchos casos. A ella se la juzgó por ser transexual y por ser trans tal vez no era lo suficientemente buena madre para darle techo, comida, amor y dignidad a una pequeña.

La siguiente fue Carol. Digo su nombre porque Carol pertenece a ATA-Sylvia Rivera y aunque es una mujer tímida, de voz tranquila y suave, no se echó atrás ayer para poder hablar de las caras largas de sus vecinos al ver el inicio de sus hormonas o la desfachatez de una cajera bancaria al denegarle crédito, pues su DNI no concordaba con su aspecto. Carol no empezó joven, aunque le hubiese gustado, y fue de las primeras en apuntarse a las filas de guerrilleros y guerrilleras de ATA. Mar Cambrollé es la cabeza más visible de la Hidra, pero cabezas somos muchos y todos tenemos los dientes afilados. Carol es tesorera, estuvo en el documental y también resolvió dudas. Quiero señalar la firme determinación que tuvo en acallar una voz crítica que decía que posiblemente la hija de esta mujer, la anteriormente citada, no estaba en acogida de forma reglada. Pude ver desde mi posición que frunció el ceño y respondió tajante que “Tenía papeles, todos en regla. Pero la Iglesia es muy poderosa y puede con todo”. Defendió a una compañera que no estaba presente y explicó mucho mejor el caso del que la propia acusada de “no haber hecho las cosas bien” hizo en su testimonio, pues ella dio datos que no se habían dado en el vídeo y así cerró la boca a una persona cisgénero que sin tener todos los datos sobre la mesa juzgó, pues nadie puede creer que ocurran cosas así... ¿Cierto?

Como último apunte hacia Carol fue agradable charlar unos minutos fuera, pues siempre la veo ocupada tomando fotografías, vídeos o con la pancarta de ATA. Es una mujer silenciosa, pero muy valiente. Quiero agradecer que estuviese allí ese día y participase en el documental con su historia.

El siguiente testimonio fue el de una profesora de pintura, así como restauradora y enorme en cuanto talento se refiere. En su rostro, algo serio, se puede ver las secuelas de años de humillaciones. Cuando la vi pensé en tantas artistas femeninas que han sido olvidadas o mandadas a un rincón porque se vende más el nombre de un hombre. Me recargué bien en el asiento y escuché como vivió una de las humillaciones más terribles. Esta artista, llamémosla artista porque se merece ese título más allá de profesora, comentó como cuando fue a recoger un encargo de libros tuvo que mostrar su DNI y al no concordar con el nombre la joven de la ventanilla, por señalar a este “ser humano” de algo, le dijo que debía venir “él” y ella aseguró que era la persona que aparecía en ese documento. La mujer se levantó, fue hacia un pasillo y regresó con compañeros para que viesen a nuestra protagonista. Ella se quedó allí sin saber qué hacer. Como comentó en el vídeo con frases similares a las siguientes: ¿Qué hacía? ¿Los insultaba? ¿Los golpeaba? ¿Pasaba el platillo?”. También comentó que dejó de ejercer como profesora en unas aulas por los malos tragos que pasaba y que en el médico solía quedarse la última para entrar, pues llamaban por el nombre y ella pasaba vergüenza ya que era un nombre masculino. Esto último lo vivimos todxs los trans. Si bien, desde 2014 podemos cambiar el nombre de la tarjeta sanitaria aunque no rece así en el DNI. Por supuesto, esto sólo en Andalucía y el trámite a veces es demasiado enrevesado, no se aclaran o no tienen el formulario. Aún así si te plantas frente a ellos y te vuelves obstinado lo consigues... Yo he tenido que ir cinco veces para que me cambiaran el nombre, pero lo logré. Ahora es un alivio estar en una sala médica y no ser llamado por el nombre que no me corresponde ni me correspondió jamás. Aunque aclaro que ya hoy en día tengo mis datos cambiados, ¿pero y quienes no? ¿Y el resto de España? Por eso se requiere una Ley Trans Estatal que cubra a todxs.

En el vídeo Mar Cambrollé habló de lo importante que es la unión de la comunidad trans, sobre todo de mujeres trans, a la lucha feminista. Recordó también que el embarazo subrogado no sólo puede ser por parte de mujeres cis, sino también de hombres trans. En cuanto a la manifestación de ATA sobre este hecho cabe destacar que apoyamos el embarazo subrogado siempre que no sea previo pago económico, sino por parte de familiares o amigos que decidan ayudar a la persona o personas que desean ser padres. Ella, junto a una diputada de Podemos, una psicóloga y una activista transfeminista cis decidieron hablar de las TERF que son “feministas” trans excluyentes y hablaron de lo arcaicas que eran sus ideas y que no era nada revolucionario, sino terriblemente machista.

Destaco también que se habló de como el médico en el parto, cuando venimos al mundo, se nos hace la prueba de si somos “hombres” o “mujeres” dependiendo de la longitud de nuestro miembro. Si tiene un aspecto u otro, unos centímetros u otros, somos hombres o mujeres. Eso es terrible porque luego hay errores. Las personas intersexuales y muchos trans han vivido esos errores en sus propias carnes. Por supuesto destacaron que es el cerebro, la mente y nada más, lo que llega a determinar quien eres y no unas características físicas basadas en una biología desfasada.


Una vez finalizado el vídeo África y Carol, compañeras de ATA, decidieron responder dudas que fueron variadas. Se escuchó en la sala terminología transfóbica como “cambio de sexo” que a más de uno nos hizo girar el rostro. También se habló de las UIG que antes se llamaban UTIG. Las personas cisgéneros presentes no se podían creer los test cuando ellas, otro compañero y yo mismo aseguramos como eran las preguntas. Yo mismo las tuve que vivir. África no lo vivió en primera persona, pero sí su prima y ella comentó lo dolorosas y absurdas que eran algunas. Hace unos días una conocida mía, a la cual estoy tomándole mucho aprecio por su fortaleza, decidió denunciar a la de su Comunidad Autónoma. En Andalucía ya no existe, Madrid tomó nota de nosotros y otras zonas de España. Si bien, en la mayoría del territorio, aún existen UIG donde se nos imponen pruebas sexistas y machistas para que encajemos en unas normas absurdas que ni siquiera muchos cisgéneros siguen.

África explicó parte de los protocolos que se están siguiendo en Sanidad, Educación y otros sectores en Andalucía. También habló de como con ocho años creía que era gay pero empezó a escuchar la palabra trans, lo que implicaba y entendió que no era gay sino que era una mujer trans. En ese momento una voz crítica soltó la consabida, desgastada y cisnormativa frase de: Un niño cómo va a saber eso.

Por supuesto yo no pude quedarme callado. Jamás me quedo callado. Yo sabía lo que era con tres años. Me giré, la miré serio y le dije: Yo lo sabía con tres años. La respuesta no tardó en llegar: “Tú, pero seguro que la mayoría no lo sabe”. ¡Demonios, señora! ¡Usted está en la cabeza de todxs! ¡Es Dios y no lo sabía! Por supuesto, tuve el suficiente empaque en quedarme hasta el final y afrontar las consecuencias de intentar hablar con alguien que sólo desea ser escuchada, pero no escuchar a las voces transexuales.

Si un transexual te está intentando explicar qué es la transexualidad, por decoro y educación, escuchas atentamente todo lo que tengas que decir y no interrumpes. Ella interrumpía completamente nerviosa porque en su cerebro bullía una revolución. No era lo que quería oír y como no era lo que quería oír insistía e insistía en que no podía ser. Otra mujer del público, la cual agradezco desde aquí aunque dudo que pueda leerme, se incorporó y aplaudió mis palabras. Pues ella tiene un hijo que es homosexual, que no le importa el rol de género que lleve su ropa o el personaje que admiraba o admira aún hoy, porque simplemente desde pequeño entendió que puede ser y hacer lo que desee en esos ámbitos si con ello es feliz. Tal y como le dije a esta señora, la nerviosa e insegura porque su cisnormatividad y superioridad moral como cis se derrumbaba, los niños tienen menos prejuicios que los adultos. Ellos viven en un mundo menos gris, con más color. Son hojas de color y absorben toda la tinta oscura de esta sociedad hetero, cis y patriarcal quedando en negro. Si un niño o una niña te dice que es trans lo es, créelo, atiende a sus dudas y verás que quien más va a dudar de todo eres tú y no él o ella.


Otra de las mujeres que intervinieron comentó asombrada sobre la diversidad sexual que existe en nuestra comunidad. Muchos creen que por ser mujeres transexuales deben ser heterosexuales y viceversa con los hombres. En mi caso soy homosexual. Me gustan los hombres. No me cierro a que pueda quizás en un futuro amar a una mujer, pero lo dudo y niego ahora mismo. Jamás cierro mi mente a nada porque todo es posible. ¿Y si me enamoro de un hombre y finalmente a los años me dice que es una mujer transexual? No dejaría de amar a esa persona. Ese punto también debería grabárselo mucha gente. Nos enamoramos de una personalidad, una sonrisa, un guiño, una caricia, unas palabras amables en un momento duro y no de un genital. Amar a una mujer trans es amar a una mujer y como hay que amar a las mujeres, porque son nuestras compañeras en este mundo lleno de momentos duros y necesitamos guerreras, tenemos que apoyarlas, amarlas, respetarlas y ayudarlas cuando nos lo piden porque hay que escuchar sus voces y hay que aplaudir su coraje.  

Quiero pedir desde aquí a cisgéneros, transgéneros, transexuales, intergéneros e intersexuales que por favor exijan más educación en las aulas. ATA-Sylvia Rivera está dispuesta en su conjunto a repartir información, dar charlas o proyectar el documental si es necesario en colegios, institutos, universidades o allí donde haga falta. Si bien, tienen que pedirlo. Ayer mismo se pidió más información, pero son los centros quienes deben exigir la participación de la asociación. Desde mi posición, debido a que soy delegado de ATA en mi provincia, voy a intentar junto con DELTA, que es una asociación LGTBIQ+ muy plural y abierta, que se dé esa posibilidad. Intentaré en la próxima reunión de la comitiva de Cádiz con Orgullo que esté sobre la mesa de propuesta. Si bien, debéis pedirlo. No hay futuro sin información y educación. 

Como punto negativo debido a que se cambió el formato del vídeo a uno MP4 para que pudiese ser proyectado en diversas ocasiones, en total unos cuatro minutos aproximadamente, la voz de las diversas personas del documental quedaba solapada con la música de la propia producción. No obstante, la sala se llenó. ¡Fue un éxito! Y todxs salimos encantadxs. 




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