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El lobo vestido de cordero

La autodeterminación de la identidad, el desapego de normas identitarias caducas, la quema y derribo de muros sociales, el sentimiento de no bajar jamás los brazos porque las cadenas serían más pesadas y otros argumentarios que pueblan el alma de una mujer feminista también lo hace en la comunidad transexual, transgénero e incluso travesti y otras identidades de géneros distintos a los marcados por esta y cualquier otra sociedad moderna. El feminismo ha sido siempre una lucha por la igualdad, el respeto, la solidaridad entre sus miembros y la búsqueda constante de poder tener dignidad en una sociedad que cada vez mira menos por el grupo y más por lo individual.

Los colectivos feministras están plagados hoy en día de mujeres con distinta sexualidad. Al principio, en los albores del feminismo, las mujeres lesbianas eran consideradas enemigo y posibles espías del gobierno para destruir el trabajo de sus compañeras. Eso fue en los años setenta, pero hoy en día la cabeza de turco ha caído en otra azotea y esta es la que se alza con la triple T en los movimientos LGTTTBIQ+.

Existen grupos de mujeres que se consideran feministas, pero que realmente son el lobo dentro de la manada de corderos que han decidido pastorear sin dueño. Mujeres que señalan a otras como menos auténticas, falsas mujeres, o simplemente violadores en potencia. Descerebradas que abogan por una ideología de género muy similar a lo que Hazte Oír publica en su dichoso libro para “concienciar” a los jóvenes y no tan jóvenes.

Estas “feministas” no abogan por el respeto, igualdad y lucha conjunta con los hombres. Los hombres también tienen una carga terrible dentro del machismo. El cliché, el hacer que estos hombres sean considerados mulos de carga en ciertos trabajos sólo por ser hombres o imposibilitarles el acceso a profesiones típicamente femeninas en otras épocas es machismo. El machismo no sólo afecta a las mujeres que se les dice como deben pensar, actuar o simplemente respirar. Esta lacra también envenena al hombre y este tiene que ser liberado. De hecho, la palabra feminista surgió como una burla para los hombres que apoyaban a las mujeres en sus luchas a los inicios de las marchas por el sufragio universal.

Por lo tanto, para estos grupos de mujeres cualquier persona que no posea vagina es enemigo. Un enemigo al cual aplastar constantemente con mentiras, odio visceral en el discurso e incluso ataques de cierre de páginas en redes sociales de personas transexuales/transgéneros y/o feministas que apoyan a los grupos LGTTTBIQ+ sin hacer diferencias entre cisgéneros y transexuales.

Una mujer puede ser mujer sin necesidad de maquillaje, tacones, faldas, perfume sofisticado o comportamientos delicados. Las mujeres pueden ejercer cualquier profesión mientras estén cualificadas y posean el material necesario. El grupo social femenino es diverso y dentro de este existen mujeres que nacieron con pene. No se puede afirmar que una mujer transexual es menos mujer porque carece de senos, pues las mujeres que sufren cáncer de mama tampoco lo serían. Tampoco se puede afirmar que las mujeres reales son aquellas que pueden concebir, pues hay mujeres que tienen cáncer de útero y pierden esa capacidad e incluso nacen estériles. Un órgano con el cual nos damos placer no nos identifica como personas, más bien somos nosotros quienes identificamos ese órgano como masculino o femenino dependiendo de quienes seamos.

El inicio de esta guerra comenzó porque las mujeres de estos grupos, en los cuales nunca dan su verdadero rostro y jamás se presentan al mundo con una identidad real, tachó a las mujeres transexuales de posibles violadoras en baños públicos. Se pedía que se denegara la entrada a mujeres transexuales/transgéneros en estos lugares porque el hombre es un violador nato. Es curioso que lancen estas consignas y jamás den su rostro. Una de ellas es la conocida y mediática Barbijaputa que afirmaba que una mujer transexual jamás será una de ellas. Ha lanzado mensajes tan desgarradores hacia el colectivo como denigrantes hacia las mujeres feministas auténticas. Ella nunca ha dado su rostro, su nombre o el lugar donde reside. Únicamente conocemos sus mensajes por medio de redes sociales y su voz en la radio cuando la llaman. A partir de este icono podemos ir a otras páginas en Facebook, Twitter, Instagram, Tumblr, Wordpress, Blogger, G+, etc... donde prolifera el mensaje del odio.

Una mujer transexual cuando va a un baño público decide hacerlo para refrescarse, ir a orinar, defecar como todos hacemos o simplemente limpiarse una mancha de su ropa. Eso debería tenerse en cuenta pues todos tenemos necesidades de ir a baños por diversos motivos. Si bien, ellas consideran que únicamente irían a violar a otras mujeres.

La sexualidad en el mundo transexual es muy diverso y ya lo tocaré en otro momento, pero que existan mujeres lesbianas entre las mujeres trans no implica que sean violadoras en baños públicos. Del mismo modo que hay mujeres lesbianas en baños públicos y en cambiadores de gimnasios y no veo a mujeres feministas expulsándolas porque pueden mirarlas con morbo, tocarlas y violarlas. ¡Ah! Por supuesto, es que ellas carecen de pene.

Después está el discurso que van a liberar a la sociedad de la caduca ideología de género y eliminar el género para que así seamos más libres, por lo tanto los transexuales estamos obligando a la sociedad a no caminar hacia el futuro. Esto es rotundamente falso. La libertad se pierde cuando se obliga a los demás a ser distintos. Ellas que son mujeres deberían saber que nadie es nadie para obligar a otros a ser, vestir o pensar distinto por mucho que no nos guste mientras que esos pensamientos no sean dañinos para la sociedad como es el machismo, la xenofobia o la transfobia que ellas usan como un arma de liberación.

Hay transexuales binarios y no binarios, personas dentro del colectivo que deciden tener un rol masculino, femenino, ninguno o una mezcla de ambos. Sin embargo, ellas creen que todas las mujeres transexuales son el cliché de la buena esposa, así como los hombres transexuales somos el cliché del buen camionero. ¿Acaso eso no era también un cliché que se ponía a las mujeres lesbianas cuando se pensaban que no eran nada femeninas? No olvidemos que algunas de esas mujeres están dentro del colectivo LGTTTBIQ+, por lo tanto son traidoras hacia la libertad de otros cuando ellas han conseguido lo que tienen gracias a que una negra transexual agarró un ladrillo y lo arrojó contra la policía. Esa negra con esa mirada fiera y esa hermosa voz que se alzó con fuerza, con una determinación que jamás se había visto contra la presión social hacia el colectivo, era Marsha P. Johnson.

Por supuesto, a los hombres transexuales ellas nos llaman traidoras y nos dicen que nos hemos unido al machismo para poder sobrevivir cómodamente. Claro, claro... un hombre trans, se hormone o no, ha decidido pasar un calvario social, familiar, económico e incluso personal hasta que se aceptó porque quiere privilegios que hoy en día cada vez son menos gracias a las luchas de las auténticas feministas que luchan por la dignidad e igualdad entre los géneros.


En realidad sólo siento lástima por estas mujeres que cosifican a otras catalogándolas de “auténticas” o “plagios” por tener órganos reproductores distintos. No obstante me veía en el derecho de iniciar la concienciación y la lucha desde esta plataforma. Esto sólo ha sido una introducción. En siguientes publicaciones, después de seguir con breves aportaciones de información sobre transexualidad, lo haré mucho más a fondo y expondré mensajes que hemos recogido de estos grupos.  

Comentarios

  1. Estoy tan de acuerdo con esto. Qué bueno que lo hayas expuesto, es un tema delicado pero real. Y la razón de que el "Feminismo" anti hombres me caiga mal. Muchas creen que con la exclusión y la agresividad van a conseguir un cambio. Eso no es luchar por la igualdad, eso sigue siendo violencia.

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  2. Nunca se debe ir con violencia, sino ayudando e informando. Además, los hombres también somos subyugados por el machismo. Si queremos una sociedad realmente libre de machismo hay que hacer lucha contra todos sus francos. ¡Gracias por tu comentario! Espero que las próximas entradas también sean de tu gusto.

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